CUSTODIA PATERNA: "Hace falta un cambio de mentalidad"

jueves, 14 de junio de 2012

"Hace falta un cambio de mentalidad"

Jueves, 14 de Junio,2012

Por DIEGO LUNA (*)

Es importante considerar que el nuevo rol de la mujer en la sociedad no puede limitar su participación en la familia a las tareas del hogar; que ésta tiene todo el derecho a consolidar sus aspiraciones, independientemente del rol que ejerce como madre, y que la inserción de la mujer al mercado laboral es una realidad, bien sea por motivos de superación o de índole económico. Por ello, la custodia compartida se presenta como una opción para distribuir responsabilidades entre los progenitores en la formación y desarrollo integral de los niños.
Así, pues, la formación de una familia monoparental en una situación de crisis familiar no contribuye al fortalecimiento o mantenimiento de las relaciones paterno-filiales, sino que propicia progresivamente que los vínculos afectivos desaparezcan, factor que muchas veces se encuentra acompañado de una insatisfacción en el plano material.
A nuestro modesto entender, se comete una equivocación al identificar a los hombres con la custodia compartida y a las mujeres con la custodia monoparental. Dicha situación requiere un cambio de mentalidad por parte de todos los actores sociales, llámese progenitores, jueces de familia, Asesores de incapaces, profesionales del ámbito de familia y la sociedad civil en su conjunto.
Por ello, la "Responsabilidad Parental Compartida" se presenta como una alternativa para evitar que los niños sean utilizados respectivamente como moneda de cambio o considerados como un objeto susceptible de transacción.
Creemos que es el momento propicio, en aras de hacer efectiva la pregonada "igualdad de derechos entre progenitores", para regular el establecimiento de dicha figura jurídica sin condicionamientos previos, ni requisitos adicionales que cumplir para su implementación, vista como alternativa conjunta a la custodia monoparental, -por supuesto, en casos donde no exista maltrato infantil ni violencia intrafamiliar- contemplando como criterio rector la satisfacción del interés superior del niño.