Pide abolir o revisar el artículo que regula este derecho
Jueves, 18 de Julio, 2013
Detecta que niñas muy jóvenes, incluso menores, ya ven comportamientos machistas en sus primeras relaciones
La portavoz de la Fiscalía de Valencia y
fiscal de violencia de género, Susana Gisbert, aboga porque las víctimas
de violencia tengan que declarar "desde el mismo momento en que ponen
sus pies en el juzgado" con el objetivo de evitar archivos o
sobreseimientos, algo que se está produciendo en la actualidad y que
evita la imposición de numerosas condenas.
Gisbert, que se ha pronunciado en estos términos en una entrevista
concedida a Europa Press, ha sido muy contundente sobre este aspecto:
"hay que revisar o abolir" el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, que permite a las víctimas acogerse a su derecho a no
declarar, y esto "evita la posibilidad de perseguir delitos". En
concreto, en este precepto, se indica que están dispensados de la
obligación de declarar, entre otros, los parientes del procesado en
líneas directa ascendente y descendente, su cónyuge o persona unida por
relación de hecho análoga a la matrimonial, sus hermanos consanguíneos o
uterinos y los colaterales consanguíneos hasta el segundo grado civil.
Al respecto, Gisbert ha sido clara: "si no tenemos ninguna prueba,
no podemos acusar a nadie", y es lo que suele pasar en muchos casos de
violencia de género, cuando solo existe como prueba la versión de la
víctima, y ésta, a lo largo del procedimiento, se acoge a su derecho a
no declarar. "Y con ello suele acabar el caso, porque no podemos hacer
más", ha lamentado.
Por ello, cree "absurdo" que "todavía" perviva este artículo de la
ley, porque "proviene de una ley del siglo XIX" y "estaba pensado para
un ámbito meramente doméstico y para un supuesto totalmente diferente,
que era el de un familiar que ve como su marido, su pareja o su padre
comete un delito contra otro y él es testigo". "No estaba pensado para
una víctima de violencia de género porque en el año 1870 nadie se podía
plantear eso", ha aseverado.
En esta línea, Gisbert --quien estudió un poco por inercia la
carrera de derecho pero ahora se define como una apasionada de su
trabajo-- ha afirmado que se debería abolir o, por lo menos, revisar el
precepto, porque ante un maltrato psicológico, que se suele cometer en
la intimidad, "la única que podría declarar es la víctima". Sin su
testimonio, no suele haber caso, pese a que Fiscalía insista en
continuar.
"El derecho a no declarar --ha agregado-- ampara a las mujeres
desde que pisan el juzgado, o bien porque ponen una denuncia, o porque
se les llama a raíz de un atestado policial, o porque denuncia un vecino
o un familiar, y puede decir desde el primer momento que no declara. Y
así es complicado instruir", ha aseverado.
De esta manera, si no hay prueba "es muy difícil poder seguir
adelante", ha reiterado. Otras mujeres, durante el juicio, también
recurren a esta posibilidad de no declarar: "estamos en un Estado de
Derecho y recae sentencia sobre lo que versa en el juicio y no en la
instrucción, con lo que estos procedimientos, sin declaración, están
abocados a la absolución", ha insistido.
EL PRÍNCIPE AZUL HACE DAÑO
Otro tema que preocupa a la fiscal es el hecho de que hay muchas
niñas muy jóvenes, incluso menores, que en su primera o segunda relación
ya ven comportamientos de violencia de género, "y lo peor de todo es
que ellas no los detectan por su visión romántica". "Creen --ha
agregado-- que les prohíben ponerse minifaldas porque les quieren mucho,
y eso es un error", ha dicho. A su juicio, "el príncipe azul ha hecho
mucho daño a muchas generaciones".
En ocasiones, ha comentado que son los padres los que denuncian
que sus hijas pueden ser víctimas de violencia de género, pero "lo malo"
es que en muchos casos "ellas no están de acuerdo y no quieren
declarar". No obstante, los padres suelen tener pruebas de hematomas y
describen comportamientos como empujones o humillaciones.
Gisbert también ha señalado que la colaboración ciudadana en
denunciar estos casos "ha aumentado", pero "siempre hace falta más". Al
respecto, ha puesto como ejemplo que un grupo de jóvenes de 16 años se
presentó en el juzgado a denunciar que había visto cómo un chico pegaba a
una chica en la calle. Con sus testimonios se pudo condenar al agresor.
SENTIMIENTO DE VERGÜENZA
La fiscal ha indicado que sigue echando en falta que en un
determinado nivel socioeconómico medio-alto se denuncie, y achaca este
comportamiento a que "aún está muy arraigado el sentimiento de
vergüenza". Al respecto, ha señalado que cuando una mujer tiene una
carrera --médico, policía, juez, fiscal o cualquier otra profesión-- "le
da vergüenza que todo el mundo sepa que le han maltratado, que se ha
dejado maltratar pese a que es una persona formada y no tendría que
haberlo consentido". "Esto es muy duro", ha aseverado.
Gisbert considera que esta situación debe cambiar y, para ello,
"es necesario que la gente se siga concienciando". "Si tú sabes que tu
amiga te llama para decirte que su marido no le trata bien, o le
insulta, no hay que darle la espalda", ha apostillado.
Por otro lado, preguntada por si hay un número elevado de
denuncias falsas en violencia de género, ha contestado que "no", que el
porcentaje es "irrisorio". "En el tiempo que llevo trabajando en
violencia hemos deducido testimonio una sola vez y no me consta que haya
condena", ha dicho.
En este sentido, ha aclarado que "no es lo mismo una denuncia
falsa que algo que luego no se pruebe. Y tampoco es una denuncia falsa
una cosa que se cuenta y que luego no se cuenta". Así, entiende que es
"mucho" más frecuente la denuncia falsa en materia de robo --el
"listillo" que dice que le han atracado y que le han quitado el móvil
para cobrar el seguro-- o en seguridad vial --en la que se dice que el
conductor era otro--.
http://www.europapress.es/comunitat-valenciana/noticia-fiscalia-valencia-aboga-porque-victimas-violencia-genero-tengan-declarar-evitar-sobreseimientos-20130714123254.html
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