Martes, 6 de Marzo, 2012
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DEANNA BEAUCHAMP, a la derecha en la sala del tribunal el viernes junto a su madre Janet Evans
La esposa de un individuo a quien su hijo de 7 años llamaba “Monstruo” ha sido arrestada con relación a un rapto de violencia ocurrida en febrero en Deerfield Beach que dejó muertos al padre y al hijo mayor junto a un turista invernal canadiense.
Deanna Beauchamp, quien también fue apuñalada, fue acusada el viernes de homicidio con relación al baño de sangre del 9 de febrero. Su hijo sobreviviente está bajo custodia estatal tras haber sido dado de alta del hospital.
Se trata de la más reciente sorpresa desagradable en un caso que ha suscitado intensas críticas al Departamento de Niños y Familias (DCF), que devolvió a sus padres a los niños que estaban bajo la custodia estatal, a pesar de reportes de que los menores habían sido abusados sexualmente por sus padres biológicos, y de numerosos reportes de que el padre había golpeado violentamente a Beauchamp durante su matrimonio.
Dani Moschella, portavoz del Departamento de Policía de Broward (BSO), dijo que Beauchamp fue arrestada por la policía en Lake Mary, condado Seminole, cerca de Orlando. Beauchamp ha sido acusada de homicidio con agravantes y de negligencia infantil. La declaración del arresto, añadió, fue sellada, de modo que muchos detalles sobre el arresto son confidenciales.
Oficiales de la policía, no obstante, dieron a conocer detalles escalofriantes de los asesinatos en un comunicado el viernes por la noche. Según éste, Beauchamp “se quedó sin hacer nada mientras su esposo, drogado, apuñalaba a sus dos hijos”.
El “ataque” a los dos niños, según la policía, duró varios minutos. Mientras William DeJesus acuchillaba repetidamente a sus hijos pequeños, Beauchamp “no hizo nada” y “sólo protestó cuando su esposo la apuñaló a ella”.
“Cuando él se apuñaló a sí mismo”, dijeron los investigadores, Beauchamp “se percató de que él estaba muerto y de que [su hijo de 7 años] estaba vivo, pero no buscó ni pidió ayuda”, a pesar de que el equipo SWAT del BSO tenía rodeado el la casa móvil desde hacía horas.
“Ella no dijo ni hizo nada para salvar las vidas de sus hijos”, dijo el Departamento.
La oficina del médico forense de Broward reportó que tanto DeJesus como Jeshiah, el hijo mayor que era autista y no podía hablar, tenían cocaína en sus cuerpos cuando murieron. Beauchanp, según la nota de prensa, “dijo a un testigo que ella estaba al tanto de que su esposo a veces pulverizaba drogas y se las daba a sus hijos. Es probable que William DeJesus viniera al sur de la Florida en busca de drogas”.
Según los archivos, William DeJesus tomaba oxicodona con regularidad, y el comunicado del BSO afirma que DeJesus, de 41 años, era un drogadicto.
Beauchamp, dijo Moschella, será devuelta al condado Broward “en el futuro”.
Archivos obtenidos el viernes por The Miami Herald afirman que el esposo de Beauchamp, DeJesus, sacó de la escuela a sus dos hijos el 9 de febrero y los llevó en carro desde Port Orange, cerca de Daytona Beach, hasta el sur de la Florida, donde llegaron a la casa móvil de Oliva Plante, de 76 años, en Highland Woods, un destino al parecer escogido al azar.
Cuando DeJesus exigió a Plante que le diera su teléfono celular, el francocanadiense, quien no hablaba inglés con soltura, no le entendió. Archivos del DCF afirman que DeJesus le disparó al hombre, quien se desplomó, y le volvió a disparar, rematándolo. La novia de la víctima, quien se encontraba en la casa móvil, se las arregló para escapar.
El rapto de violencia de DeJesus, no obstante, no había terminado. Acuchilló a Jeshiah, de 9 años, hasta matarlo, y luego hirió repetidas veces a Beauchamp y a su hijo de 7 años, quien fue hospitalizado con un cuchillo clavado en la cabeza que le fue extraído quirúrgicamente.
La familia DeJesus tenía una larga historia con los trabajadores de bienestar infantil del estado, incluyendo reportes anteriores a la línea directa de abuso del estado de que tanto DeJesus como Beauchamp habían molestado sexualmente a ambos niños durante muchos meses. A pesar de esos reportes, el DCF devolvió a los niños a la pareja en el 2010.
Cuando el niño que tiene ahora 7 años estaba bajo custodia estatal, según los archivos, se refería a DeJesus como el “Monstruo”, y dijo a su custodia estatal que tenía miedo de que el Monstruo estuviera oculto bajo su cama y en el clóset. El niño decía tener miedo de que el Monstruo lo matara.
En una audiencia en la tarde del viernes en los tribunales de bienestar infantil de Broward, la abuela del niño sobreviviente pidió al juez de circuito de Broward, Kenneth Gillespie, que le concediera derechos de visita al pequeño, una solicitud que Gillespie dijo que iba a pensar después de una evaluación a profundidad del hogar y los antecedentes de la mujer.
“No me siento cómodo permitiendo visitas de los abuelos hasta saber más”, dijo Gillespie. “No se trata necesariamente de que yo vaya a restringir las visitas, sino que necesito saber más”.
Específicamente, Gillespie dijo que quería averiguar si la abuela, Janet Evans, estaba al tanto del largo historial de Beauchamp y DeJesus con los administradores de protección infantil del estado.
Y, aunque no presentó objeción en particular a dichas visitas, un abogado y defensor de los niños de Broward, David Bazerman, quien fue designado por Gillespie para representar al pequeño, dijo que Evans no tiene “derecho” alguno a visitar al niño. Bazerman dijo que la solicitud de visita de Evans sugería que ella tenía derecho a ver al niño.
Otro abogado designado para representar al niño, Walter Honaman, dijo que todos los esfuerzos en nombre de la familia deben asegurar que el bienestar del niño sea la máxima prioridad.
“Este niño pequeño debe ser la máxima prioridad”, dijo Honaman. “La prioridad debe ser su perspectiva y lo que él entiende en este mundo”.
Gillespie estuvo de acuerdo, y advirtió a los trabajadores de bienestar infantil que traten de entrevistarlo que el niño está en estado muy vulnerable.
“El niño estuvo en el hospital, salió del hospital, y se vio sujeto a todo tipo de interrogatorios por parte de policías y psicólogos”, dijo Gillespie. “Tenemos que darle tiempo para que sane. El tiene que tener un momento para sanar.
“Hay que tener en cuenta la sensibilidad de este niño en estos momentos”, añadió el juez. “Hay que hacerlo. El tiene 7 años y ha sido testigo de cosas tremendas. Ha pasado por cosas tremendas”.
http://www.elnuevoherald.com/2012/03/02/1142659_p2/wife-of-monster-dad-jailed-in.html
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