CUSTODIA PATERNA: Segunda vuelta en Tacones

viernes, 11 de enero de 2013

Segunda vuelta en Tacones

Viernes, 11 de Enero, 2013

No existe una fórmula secreta para lograr que la ex se aliviane y te deje ser feliz
Anna Bolena Meléndez

Siempre hay dos caras de la moneda. Yo tengo la suerte de haber dado con una cara armoniosa cuando de ex esposa se trata, pero hay quienes dan con la otra cara que no solamente es molesta sino frustrante, y voy a citar a una Cirila: “believe me, I’ve been there…”
Hoy en día no es raro casarte con un divorciado, sobre todo cuando tomas el paso al matrimonio avanzados los 30, y algo que en algunas ocasiones viene colgado del primer matrimonio son los hijos que espesan el pegamento de la relación con la ex esposa.
Las mujeres sabemos cómo hinchar las pelotas, eso no es algo nuevo. Cuando hay que marcar territorios somos maestras y no nos importa lo que tengamos que hacer con tal de lograrlo y dejarle claro a la intrusa que lo nuestro es nuestro aunque haya dejado de serlo. ¿Capiche?
El problema es que los Cirilos son medio mensos en estos menesteres. Ellos saben, también, cómo marcar su territorio entre machos, pero cuando se trata de hembras haciéndolo no tienen la menor idea y piensan que las Cirilas somos paranoicas y exageradas, lo cual favorece a la ex, que muchas veces se esconde detrás de los hijos para mover las tuercas a su beneficio.
El verdadero obstáculo no es el niño sino la mujer detrás de ese hijo que rara vez va a estar contenta con que Cirilo rehaga su vida, sobre todo si es primero que ella. Así somos las mujeres, nada que hacer.
¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo lograr que este espeso pegamento entre tu Cirilo y su ex esposa madre de sus hijos no te embarre a ti?
Como en todo, la comunicación es básica y aunque estoy segura de que no existe una fórmula secreta para lograr que la ex se aliviane y te deje ser feliz, debe existir la fórmula para que tu Cirilo le haga entender a ella, por las buenas o las malas, que está en una nueva relación que va a cuidar y que no permitirá que le sabotee. Pero entra el importantísimo tema de los hijos, que en “las malas” afectará a un pequeño que necesita armonía en su vida y no tiene la culpa de los pleitos de sus padres.
El primer paso es analizar si realmente la ex esposa está pasándose de la raya o es un simple capricho tuyo. Esto es muy importante porque no se puede olvidar que cuando aceptas tener una relación con un Cirilo con hijos, la ex mujer es parte del paquete.
El segundo paso, suponiendo que estás bien segura de que la ex es un pain in the ass por deporte, es hacerle ver a Cirilo, amorosamente y casi con manzanitas, que su ex está haciendo pipí en los alrededores de tu territorio y no lo vas a permitir. Una cosa es que ese pegamento espeso sea necesario por el bien de un niño que aceptaste en primera instancia, y otra es que ella se aproveche de dicho pegamento para andarlo embarrando por aquí y por allá. Un clásico y bien conocido: está bien que te cuelgues pero no te columpies.
Por último y probablemente el más importante tercer paso: no pierdas el glamour. No te agarres ni con la ex, ni con tu Cirilo; sé más inteligente que eso, no cedas el terreno que ella busca con uñas y dientes, ni te dejes envolver por la ira que puede llegar a provocar el saber las intenciones de tu rival mientras Cirilo chorrea la baba sobre su hijo.
Inhala, exhala, fantasea con que se le engorda la papada, con que se cae en público y se le ven los calzones; incluso con que se le quema el pelo de tanto peróxido, pero nunca, nunca pierdas el glamour.
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