Juan Manuel Bellver (Corresponsal) | París
Actualizado miércoles 28/09/2011
"¿Señor, señora o señorita?". Esa es la pregunta habitual que figura junto al apellido en todos los formularios oficiales de España o de Tombuctú. Una curiosidad asaz puntillosa de los gestores públicos que las feministas francesas juzgan inapropiada e incluso malsana y están dispuestas a cargarse de un plumazo. "¿Por qué a los hombres no les ofrecen la distinción entre señor y señorito en los cuestionarios?", se pregunta molesta Julie Muret, portavoz de la organización Osez le Féminisme!
Esta asociación de activistas galas en pro de los derechos de la mujer se ha unido a otro colectivo similar, Les Chiennes de Garde (Las Perras de Guardia, ¡caray con el nombrecito!), para erradicar de los formularios oficiales y corporativos del Hexágono la ofensiva casilla de 'mademoiselle' (señorita, en español) por "atentar contra la vida privada de las mujeres".
"En una época en que uno de cada dos niños en Francia nace fuera del matrimonio y que, desde 1965, las mujeres no necesitan pedir permiso a sus maridos para abrir una cuenta bancaria, el lenguaje oficial tiene que ponerse al día para ser políticamente correcto", sugiere al respecto el diario Le Parisien.
"Esta dialéctica es reveladora del lugar que le otorgan a las mujeres en nuestro país", denuncian las dos organizaciones feministas en su página web http://www.madameoumadame.fr. La campaña que han iniciado desde dicha página web trata de lograr el pronunciamiento del Gobierno galo sobre la cuestión, "aunque la dificultad principal de esa lucha se encuentra precisamente en que la ley no obliga a utilizar dicha diferenciación", apunta la agencia Efe.
Según explicó ayer Agathe Paintaud (Osez le Féminisme!), la polémica casilla es "intrusiva" en la privacidad de las mujeres y revela de un trato "machista". Esa costumbre es "reveladora de la concepción retrógrada del matrimonio" en el sentido de que "transmite la impresión de que una mujer sólo alcanza su plenitud una vez casada, cuando, entonces sí, se iguala 'madame' a 'monsieur'".
Para las feministas galas, todas las mujeres tienen derecho a ser tratadas de señora, ya tengan 18 ó 78 años, y ni el Ministerio de Hacienda ni Correos ni ningún otro organismo público o privado puede inmiscuirse en su estado civil. "¿Acaso les preguntan a los caballeros si están casados para tramitar un contrato telefónico o concederles una tarjeta de crédito?. ¡No, claro! Eso sólo se aplica a las mujeres y ya casi sólo sucede en Francia", insiste Muret.
Efectivamente, hay países europeos como Dinamarca, Alemania o Portugal que han desterrado el uso administrativo del término. Pero no es más cierto que, en la República Francesa, muchas mujeres siguen adoptando el apellido de su esposo al contraer matrimonio y eso crea no pocas confusiones administrativas; de ahí que en muchos formularios se pregunte a las ciudadanas casadas por su patronímico de soltera.
En Canadá, el término está considerado casi un insulto, de connotaciones prostibularias. Mientras que en el resto del Viejo Continente, las expresiones 'miss, Fräulein o signorina' entran dentro de las normas de urbanidad pero no de las señas de identidad. ¿Lograrán gracias a esta campaña Osez le Feminisme! y Les Chiennes de Garde terminar de una vez por todas con el apelativo de mademoiselle? Quién sabe. En todo caso, ellas mismas indican que está lejos de su intención hacer que la palabra caiga en desuso. "En el lenguaje de la calle", apuntan, "un 'mademoiselle' bien dicho puede resultar incluso simpático".
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/28/internacional/1317207623.html
Esta asociación de activistas galas en pro de los derechos de la mujer se ha unido a otro colectivo similar, Les Chiennes de Garde (Las Perras de Guardia, ¡caray con el nombrecito!), para erradicar de los formularios oficiales y corporativos del Hexágono la ofensiva casilla de 'mademoiselle' (señorita, en español) por "atentar contra la vida privada de las mujeres".
"En una época en que uno de cada dos niños en Francia nace fuera del matrimonio y que, desde 1965, las mujeres no necesitan pedir permiso a sus maridos para abrir una cuenta bancaria, el lenguaje oficial tiene que ponerse al día para ser políticamente correcto", sugiere al respecto el diario Le Parisien.
"Esta dialéctica es reveladora del lugar que le otorgan a las mujeres en nuestro país", denuncian las dos organizaciones feministas en su página web http://www.madameoumadame.fr. La campaña que han iniciado desde dicha página web trata de lograr el pronunciamiento del Gobierno galo sobre la cuestión, "aunque la dificultad principal de esa lucha se encuentra precisamente en que la ley no obliga a utilizar dicha diferenciación", apunta la agencia Efe.
Según explicó ayer Agathe Paintaud (Osez le Féminisme!), la polémica casilla es "intrusiva" en la privacidad de las mujeres y revela de un trato "machista". Esa costumbre es "reveladora de la concepción retrógrada del matrimonio" en el sentido de que "transmite la impresión de que una mujer sólo alcanza su plenitud una vez casada, cuando, entonces sí, se iguala 'madame' a 'monsieur'".
Para las feministas galas, todas las mujeres tienen derecho a ser tratadas de señora, ya tengan 18 ó 78 años, y ni el Ministerio de Hacienda ni Correos ni ningún otro organismo público o privado puede inmiscuirse en su estado civil. "¿Acaso les preguntan a los caballeros si están casados para tramitar un contrato telefónico o concederles una tarjeta de crédito?. ¡No, claro! Eso sólo se aplica a las mujeres y ya casi sólo sucede en Francia", insiste Muret.
Efectivamente, hay países europeos como Dinamarca, Alemania o Portugal que han desterrado el uso administrativo del término. Pero no es más cierto que, en la República Francesa, muchas mujeres siguen adoptando el apellido de su esposo al contraer matrimonio y eso crea no pocas confusiones administrativas; de ahí que en muchos formularios se pregunte a las ciudadanas casadas por su patronímico de soltera.
En Canadá, el término está considerado casi un insulto, de connotaciones prostibularias. Mientras que en el resto del Viejo Continente, las expresiones 'miss, Fräulein o signorina' entran dentro de las normas de urbanidad pero no de las señas de identidad. ¿Lograrán gracias a esta campaña Osez le Feminisme! y Les Chiennes de Garde terminar de una vez por todas con el apelativo de mademoiselle? Quién sabe. En todo caso, ellas mismas indican que está lejos de su intención hacer que la palabra caiga en desuso. "En el lenguaje de la calle", apuntan, "un 'mademoiselle' bien dicho puede resultar incluso simpático".
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/28/internacional/1317207623.html
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