CUSTODIA PATERNA: Alega que no gritó cuando era violada por no asustar al hijo de uno de sus agresores

miércoles, 12 de febrero de 2014

Alega que no gritó cuando era violada por no asustar al hijo de uno de sus agresores

Miércoles, 12 de Febrero, 2014

Audiencia Provincial de La Coruña

Una mujer explicó ayer en la Audiencia Provincial de A Coruña como dos hombres la violaron en mayo del 2010 en un bar de Xuño. Contó que acompañó a uno de ellos al negocio del primo y allí dentro, delante del hijo de 4 años de edad de uno de ellos, abusaron de ella. Los procesados, que se enfrentan a una pena de 14 años de prisión, lo negaron. Juraron ante la jueza de la sección segunda que mantuvieron relaciones, pero consentidas. Porque la mujer quería. Dijeron que se les insinuó, que les tocó. Una de las partes miente y tendrá que ser la jueza, con las pruebas, la que decida.
Sea violación o una relación consentida entre adultos, como la definen los procesados, los hechos ocurrieron el 24 de mayo del 2010. La mujer explicó que aquella noche había salido con su pareja y unos amigos. Cuando estos se fueron, se encontró en un bar con uno de los procesados. Este, que tenía a su hijo de 4 años con él, la invitó a una copa y le dijo -siempre según la versión de la supuesta víctima- que la llevaría en coche a Ribeira, pero antes tenían que pasar por el bar que un familiar suyo tiene en Xuño. Y allí se fueron.

Llegaron sobre la una de la madrugada. Ya dentro, y sin mediar palabra, mientras uno la agarraba por los brazos, el otro le bajó la ropa y la violó. ¿Gritó o pidió ayuda? «No, pues no quería asustar al niño, que de vez en cuando aparecía y ellos le decían que se apartase». Luego pudo coger el móvil y llamar a la Guardia Civil.

La versión de los procesados nada tiene que ver. Solo se parece en que la víctima se había encontrado en un bar con uno de ellos y que acudieron al negocio. Llegados al bar, explicaron que la mujer comenzó a insinuárseles. «Nos tocaba las partes», dijo uno de ellos. «Luego me dijo que me fuera a lavar al baño. Cuando salí, me bajó los pantalones y me hizo una felación. Luego se quitó parte de la ropa, se sentó en un taburete y mientras mi primo la sujetaba para que no se cayera», declaró el otro procesado y dueño del bar.

Al terminar, según la misma versión, la víctima les pidió cien euros. Pero solo le dieron 40. Y vieron como salía del bar para llamar a la Guardia Civil. «Eso fue lo único que ocurrió», dijo.

Un agente de la Guardia civil explicó que al llegar se encontró a la víctima «normal», que se había dedicado a la droga y que estaba protegida por amenazas.