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- Detienen a dos mujeres por el crimen de Poio, una recién nombrada heredera de la víctima
La familia de la víctima destaca que en cuestión de días cambió su testamento en favor de una de las detenidashttp://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2014/02/12/octogenario-poio-llevaba-apenas-semanas/965761.html
Secundino Prego, sonriente, con una sobrina-nieta.
"Un sexto sentido nos decía que algo raro ocurría en torno a la muerte de mi tío, yo ya se lo dije a mi padre durante el entierro que a su hermano no lo habían matado unos atracadores". Así se expresaba ayer una sobrina de Secundino Prego Amil, el octogenario asesinado a golpes en Chancelas, tras la detención el lunes de dos mujeres (entre ellas su cuidadora) como presuntas autoras materiales de los hechos, y de un vecino de Monte Porreiro, compañero sentimental de una de ellas, como cómplice.
Y es que en el seno de la familia de Secundino "nunca había caído bien" una de las detenidas, Albertina T. F., vecina de Vilalonga, con quien, según explican, este octogenario había entablado amistad hace algo más de un año durante su estancia en el Hospital Domínguez de Pontevedra. Allí él se recuperaba de un accidente de moto y la detenida "ya andaba detrás de los viejos por los hospitales", señaló esta familiar, quien asegura que la detenida llegó a convivir entonces con Secundino durante un tiempo pero que esa relación se había roto. Ahora desconocían que su tío había vuelto a vivir en su domicilio con Albertina T. F. pero aseguran que, en todo caso, apenas llevaba "unas semanas metida en su casa, no mucho más". Supieron que esta mujer estaba de nuevo al cuidado de Secundino porque él mismo se presentó no hace más de diez días en su compañía en la casa familiar de Cambados para recoger unas botellas de vino albariño. Allí nada les comentó de su intención de convertir a su nueva cuidadora en heredera universal lo que incluía, además del dinero en efectivo, la casa que el octogenario tiene en Chancelas. Secundino cambió su testamento sin que su familia lo supiese apenas unos días antes de que se produjese el crimen.
Fue precisamente en el entierro de este octogenario cuando este aspecto salió a relucir. Alguien allí presente aseguró que la ahora detenida se había jactado de que toda la herencia de Secundino era para ella, algo que levantó las sospechas de sus allegados y abrió una nueva línea de investigación para la Guardia Civil que a su vez iba descartando la hipótesis del robo.
"Insistía en ir al notario"
Los familiares del fallecido creen muy posible que finalmente esta mujer hubiera convencido a Secundino de que le dejase toda la herencia a cambio de cuidarlo. "Parece ser que él le había dicho a los vecinos que ella insistía mucho para llevarlo al notario". O incluso no se descarta que este octogenario de Poio, en el final de su vida, hubiera cumplido una promesa que proclamaba a los cuatro vientos cada vez que tenía oportunidad: "que se lo dejaría todo a aquella mujer que lo cuidase". "Con el testamento ya firmado igual tuvieron apuro y vieron que él era un estorbo", explica esta familiar. Lo que desconocía probablemente la detenida es que tan solo hederaría mitad de la casa de Chancelas, ya que la otra ya habría sido heredada por los hijos de Secundino al fallecer en un atropello la mujer de este octogenario, según indicaron fuentes familiares.
La Guardia Civil sospecha, según informó el lunes el subdelegado del Gobierno, que Albertina T. F., de unos 50 años, y su amiga B. G. P., de unos 30, planificaron el asesinato de Secundino y que pudieron contar con la colaboración de R. G.G. (vecino de Monte Porreiro, aunque compañero sentimental de Albertina T. F. con quien al parecer convivía en Sanxenxo).
Habrían sido ellas las que, para desviar la atención de los investigadores, simularon un atraco en la vivienda del anciano en Chancelas, sabedoras de que en noviembre había sido víctima de un episodio similar. El azar quiso que, para liar más la madeja, uno de los detenidos por aquellos hechos hubiera abandonado la prisión tras pagar una fianza apenas unos días antes del asesinato. Ambas se encontraban en la noche del domingo en el domicilio de Secundino cuando este regresó de la discoteca la Luna. Desde allí llamaron al 112 alertando de un asalto en una vivienda. Cuando los agentes llegaron se encontraron con el cadáver de este octogenario frente a un galpón en la entrada de la vivienda. Las dos mujeres detenidas el lunes estaban dentro. Aseguraron que dos encapuchados habían entrado en la vivienda, ellas se encerraron en una habitación, y al salir sintieron una fuerte discusión. Dijeron también que a través de una ventana vieron como los dos encapuchados se iban en un coche en dirección a Sanxenxo. Solo se habían llevado un electrodoméstico de la vivienda.
Poco a poco la versión de estas dos personas se fue tornando menos "coherente" y las detenciones se precipitaron cuando una de ellas sacó un billete para volar ayer a un país extranjero. La profusión de detalles sobre la investigación que se aportó el lunes se tornó ayer en mutismo absoluto sobre las diligencias que se practicaron con los detenidos durante su estancia en la Comandancia, tras el enfado que provocó en el estamento judicial la rueda de prensa que dió el subdelegado del Gobierno. Tan solo se sabe que los tres detenidos pasarán a disposición judicial a lo largo de la jornada de hoy o incluso de mañana.
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