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domingo, 19 de enero de 2014

«Las mujeres extremeñas seguirán abortando aquí»

Domingo, 19 de Enero, 2014
El doctor Montejo, en la clínica Guadiana, en Badajoz
«No pensamos, de momento, en instalarnos en Elvas», asegura el director de las dos clínicas que hay en la región
EN PRIMERA PERSONA
MIGUEL MONTEJO DIRECTOR CLÍNICAS LOS ARCOS Y GUADIANA
«Quien quiera abortar, lo hará, aunque con más trabas, y el proceso durará una o dos semanas más»
En el año 2007 se practicaron en Extremadura 2.737 abortos, según los datos del SES. Y al siguiente, 1.920. O sea, una bajada del treinta por ciento de un año para otro. Hay una razón que lo explica: en abril del año 2007, Portugal flexibilizó su normativa, y el número de mujeres lusas que viajaban a Badajoz para interrumpir su embarazo descendió bruscamente. Ahora, siete años después, empieza a plantearse la posibilidad de que suceda eso mismo pero al revés. Si el anteproyecto de ley que ya ha sido presentado al Congreso español se convierte en ley y entra en vigor tal como está redactado, será más fácil interrumpir el embarazo en Portugal que en España, es decir, justo al revés de lo que sucedía hasta abril de 2007. Y eso podría significar que las españolas viajaran a Portugal para abortar, lo mismo que antes eran las lusas las que iban a Badajoz.
'Lei espanhola do aborto beneficia negocio' ('Miles de españolas abortarán en Portugal'), titulaba el periódico Correio da Manhã el pasado 22 de diciembre. 'Clínicas de aborto lusas preparan el desembarco de las españolas' informaba La Voz de Galicia el pasado día 5. En este panorama, surge la duda de si en Extremadura, en su condición de región fronteriza con Portugal lo mismo que Galicia, se verá afectada, ya sea porque las mujeres viajen a otro país para pasar por el quirófano o porque las clínicas que hay en la región emulen a las gallegas y se muden. «No pensamos, de momento, en instalarnos en Elvas», aclara Miguel Montejo Bombín, médico, cirujano y director de las clínicas Los Arcos, en Mérida, y Guadiana, en Badajoz, las dos únicas autorizadas por el Ministerio de Sanidad en la comunidad autónoma.
«Hay que esperar a ver cómo queda finalmente la ley, a la que todavía le quedan unos cuantos meses de trámite», apunta el director de los dos centros, en los que se realizan más del noventa por ciento de las interrupciones voluntarias del embarazado practicadas en la región (1.511 de las 1.551 de 2012, según el último informe del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad). «Tenemos un compromiso con el territorio, somos médicos y prestamos un servicio sanitario necesario, no pensamos en cerrar, en este ámbito no se puede funcionar bajo esos parámetros», indica Montejo, que tiene una visión clara sobre lo que cree que sucederá en el caso de que la propuesta que impulsa Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia, acabe convertida en ley.
«Las mujeres extremeñas seguirán abortando aquí, no creo que se vaya a producir un éxodo masivo a Portugal», vaticina el director de las dos clínicas. «Que alguna lo hará es seguro, pero serán una minoría, la gran mayoría de las mujeres de esta región que quieran abortar lo seguirán haciendo aquí», apuesta el cirujano, que detalla las razones de su argumento. «La ley que han puesto sobre la mesa lo que hace es amedrentar a la mujer -reflexiona-, poner trabas, pero no conseguirá disuadir, porque por mi experiencia en este ámbito, cuando una mujer decide abortar, lo hace».
Tres semanas en vez de una
De convertirse en ley lo que ahora es un anteproyecto, Miguel Montejo cree que la principal consecuencia será el alargamiento de los plazos desde que la mujer encinta toma la decisión de no ser madre hasta que pasa por el quirófano. «En vez de tardar una semana, se tardarán dos o tres», anticipa el especialista, que cree que es posible que se produzca un aumento del precio del aborto. Según detalla, ahora cuesta quinientos euros, lo mismo en Extremadura que en Lisboa, donde hay una clínica, denominada Dos Arcos, perteneciente a la misma empresa que la implantada en la región. Además de la ubicada en la capital lusa, hay una clínica en la localidad de Vilar Formoso, cerca del límite con la provincia de Salamanca, a 272 kilómetros de Badajoz y 185 de Cáceres.
La ley lusa, lo mismo que la española vigente a día de hoy (del año 2010, promovida por la entonces ministra socialista Bibiana Aído), establecen un periodo de reflexión obligatorio de tres días. «Eso significa que quien se decida a irse a Lisboa, deberá afrontar unos gastos, de viaje y de estancia, para poder abortar una o dos semanas antes que si decidiera hacerlo en España», apunta Montejo. La otra gran diferencia entre la actual normativa portuguesa y la española es que mientras esta última permite la intervención hasta la semana número catorce, la lusa lo restringe hasta la diez. El anteproyecto de la Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada ya aprobado establece que el aborto es ilegal salvo en dos supuestos: que el embarazo sea fruto de una violación -se puede alegar hasta la semana doce- o que implique un «grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada» (posible en las primeras 22 semanas). En Portugal, el aborto es libre hasta la décima semana.
Pese a estas diferencias, Miguel Montejo -que es crítico con el texto que defiende Gallardón y que aplaude las declaraciones de José Antonio Monago cuando afirmó que «nadie puede obligar a una mujer a ser madre»-, no cree que vaya a cambiar demasiado la realidad del aborto en Extremadura. «Probablemente pueda cambiar más en otras comunidades autónomas, donde el perfil socioeconómico de las mujeres que abortan es diferente al que tenemos aquí». «Además -concluye el director de las dos clínicas que hay en la región-, la gran mayoría de las mujeres extremeñas acuden a los centros de planificación, y estamos en una región en la que el sistema funciona bien, lo mismo con el anterior gobierno que con el actual».
http://www.hoy.es/v/20140119/regional/mujeres-extremenas-seguiran-abortando-20140119.html

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