El cirujano que querelló al juez de Alba expone su caso como ejemploEnlaces relacionados con el caso de Juan Mariano Pérez
Juan Mariano, el cirujano querellante, es padre de 5 hijos. Los 4 primeros los tuvo con su primera esposa y el último con la segunda. El primer divorcio fue de común acuerdo, el mayor de los de la primera vivía con él bajo su custodia desde los 14 años y tenía un régimen de visitas especial para los otros 3, por el que se le asignaban 2 de cada 3 fines de semana. Esto permitía una relación fraterna más estrecha entre los 5 hermanos de diferentes madres.
El segundo divorcio ocurrió en el año 2006, fue contencioso y las medidas provisionales las impuso el juez Calamita, que posteriormente fue inhabilitado. Inicialmente le prohibió las visitas con el menor, hijo de esta segunda madre, basándose en la sospecha de malos tratos psíquicos, en nombre del "bien supremo del menor". La sospecha parecía basarse en un informe promovido por el tutor del niño, Ginés Torres Cruz, y realizado por la psicopedagoga del Centro, Encarnación Soto Martín, que se vino elaborando desde meses antes del divorcio, mucho antes de que el padre supiera que se iba a divorciar. Para recuperar el derecho de visitas el padre tuvo que esperar la peritación psicológica judicial que se solicitó. Como la designación del equipo pericial se retrasaba, el padre solicitó poder ver al niño bajo vigilancia en el Punto de Encuentro Familiar de Murcia, pero le fue denegado.
El resultado de la peritación fue paradójico, porque no sólo desmentía aquel maltrato, sino que reflejaba manipulación del hijo por la madre en contra del padre y los hermanos, además de poner de manifiesto en ella unas pésimas cualidades pedagógicas. Probablemente inducida por la tradición machista de nuestra sociedad, a pesar de todos los inconvenientes que se encontró en la madre para ostentar la custodia, se recomendaba la custodia para ella, pero condicionándola a su asistencia a una “escuela de padres” y al seguimiento evaluador del gabinete psicológico judicial. Lejos de aplicar dichas recomendaciones, el juez Calamita simplemente restituyó el derecho de visitas del padre, pero con un calendario diferente al que tenía con los hijos de su primer matrimonio, lo que obstaculizaba enormemente la convivencia.
Para poder apelar esa resolución hubo que esperar a que se hiciese firme en forma de sentencia y eso tardó 2 años. Para entonces Calamita estaba ya inhabilitado, así que la impuso su substituto el juez Julio Botella que, negándose a escuchar razones ni testigos del padre, confirmó las medidas que Calamita le impuso en su momento. La Audiencia centró su atención en mejorar ligeramente la situación económica en la que había quedado el marido, pero ignoró el desajuste en las fechas para las visitas de sus hijos. Para poder mantener el contacto con ellos no quedaba otro remedio que intentar una reagrupación con la primera mujer para solucionar la incompatibilidad horaria y la imposibilidad de autosustentarse, aunque fuese a costa de aceptar que la nueva etapa de convivencia discurriese bajo sus normas.
En ese contexto dominado por ella, la excelente relación que había existido siempre entre los hijos y entre ellos con el padre se deterioró rápidamente hasta romperse por completo. Tras la nueva ruptura la situación económica del padre llegó a la catástrofe, agravándose tras la quiebra de un negocio en el que había invertido su escaso patrimonio. Esto le impedía hacer frente a la enorme cifra que sumaban las pensiones que debía abonar y comenzó a generar impagos. Entonces, inducidos por la madre, los 3 hijos mayores le retiraron el trato, inmediatamente después de que anunciase no podría pagar sus gastos extraordinarios. En la demanda de modificación de medidas que presentó para que le rebajaran la cantidad a pagar, el juez Alba aceptó que la madre presentase el testimonio de 2 de los hijos contra el padre, no acertando a percibir que podía encontrarse ante un caso flagrante de alienación parental.
Por último, aquel juzgado decidió desestimar también la queja presentada por el padre cuando la segunda madre cambió su domicilio y el colegio del pequeño a la ciudad de Cartagena sin notificarlo ni solicitar permiso previamente al padre ni al juzgado. Aquel traslado se produjo en un momento en que el padre tenía restringida la conducción por motivos de salud, lo que propició que esa madre alcanzase por fin el objetivo alienador que perseguía desde que solicitó a Calamita la prohibición de sus visitas con el hijo, tan solo con bloquear en el teléfono del hijo las llamadas de su padre.
Otros casos sangrantes, venciendo el miedo a exponer en público su desacuerdo con el Poder Judicial, asoman a nuestra mirada colectiva. Unos con su nombre y apellidos, como se ve en el enlace " https://www.facebook.com/groups/635772263176058/", Otros desde el anonimato, como en el primero de los comentarios que se vertió sobre el anterior artículo de esta serie: "http://vegamediapress.es/not/8894/abogado-denunciada-junto-a-su-cliente-por-presunta-ocupacion-ilegal-en-la-casa-que-ocupaba-el-ex-marido/".
Según Juan Mariano, la escasa sensibilidad de la Administración de Justicia ante un tipo tan grave y frecuente de maltrato infantil como la Alienación Parental, se traduce en la práctica en su indulto sistematizado. La tolerancia generalizada con las madres que enfrentan a los hijos contra sus padres representa una omisión del deber de protección de un "bien supremo del menor", que sin embargo se esgrime con tanta vehemencia a la hora de fijar pensiones. También es una actitud suicida para un país como España, con una tasa de natalidad tan baja que sólo está por delante de la del El Vaticano, pues desanima a futuros padres ante la posibilidad de quedar embargados para siempre y emocionalmente desgarrados, en razón de unos hijos con los que no se podrá relacionar porque le serán enemistados al menor desencuentro con su madre, ante la permisividad de las Instituciones encargadas de evitarlo.
- Presentado el recurso a la inadmisión de la querella contra el juez de familia Marcos de Alba
- Recurso súplica
- Auto e inadmisión
- Cárcel para un padre por no pagar mil euros al mes a dos hijos tras arruinarse
- El cirujano que acusa de prevaricación al juez de familia Alba fue suspendido de empleo al cumplirse la sentencia que él le impuso
- Querellado por prevaricación el juez que ocupa la sala donde fue inhabilitado Calamita en el 2008
- Juan Mariano Pérez Abad ha presentado una queja contra el juez Ferrín. (año 2007)
http://vegamediapress.es/not/9312/suspenso-en-algebra-familiar-para-los-juzgados-de-murcia-por-disponer-soluciones-con-alienacion-parental/
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