No se pueden alquilar o cambiar estas obligaciones. Los menores viven 24 horas al día, y 365 días al año, pretender que la madre asuma las obligaciones del padre durante 26 días al mes, y 26 días de los cuales la mayoría son días en donde han de imponerse las obligaciones y deberes a los menores, es una injusticia para la madre, pero una injusticia mayor aún para los hijos.
Cualquier empresario o trabajador entiende que una persona no se puede doblar en dos. De ahí que se fije una jornada laboral máxima, que se limiten el número de horas extras, y que se dispongan una serie de tiempos de descanso, horas y días, para que el rendimiento laboral como el personal de persona pueda ser efectivo y adecuado. El hecho de que se atribuya a los hijos de padres separados el fracaso escolar, o su ingreso en centros de menores, es la consecuencia de la imposición de la custodia materna. La sobrecarga de trabajo produce como consecuencia la desatención de los cuidados y atenciones necesarios de los menores, si ya entre el padre y la madre resulta a veces difícil educar a los hijos, más aún cuando toda la carga principal recae sobre una de las partes.
Es a los menores a quienes se priva de derechos, no al padre. El padre mantiene la obligación de educar, amparar y proteger a sus hijos, y los hijos necesitan el cuidado de ambos. Cuando conviven juntos padre, madre e hijos, formando una familia, los menores conviven bajo un régimen de custodia compartida, sin embargo de forma totalmente injusta cuando se produce la separación se declara en desamparo a los menores de su figura paterna, se les deja automáticamente huérfanos de padre vivo.
Fuente:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=123806437990504&set=a.123806594657155.1073741826.100010834454286&type=3&pnref=story
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