¿Eres una madre que desea que llegue el lunes para ir al trabajo a descansar, que dejas a tus hijos frente al televisor para hacer las tareas domésticas...?http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20140519/abci-club-malas-madres-201405081339.html
El hijo de una «malamadre» nunca dirá «mi madre hace las mejores croquetas de la Tierra», porque esa madre nunca las hizo o no sabía hacerlas o cuando las cocinó se le quemaban. La «malamadre» rezará en su interior para que esta tarde llueva y no tenga que ir al parque con su o sus pequeñuelos. Estará, además, deseando que llegue el lunes para ir al trabajo y descansar del intenso fin de semana junto al buen hijo. Llevará sólo una pierna depilada. O irá al gimnasio no para practicar deporte y cuidar su salud, sino para ducharse sola y secarse el pelo tranquila y sin interrupciones. A la «malamadre» también se le pasará pagar la excursión del niño en el cole. Durante la noche dará codazos al padre para que se desvele y atienda a los niños que piden agua, biberón o quieren ir al baño. Dejará que su hijo vea durante tres horas la televisión, mientras ella limpia la casa y cocina. Y pondrá el grito en el cielo cuando su príncipe o princesa de cuatro años, en plena explosión de creatividad, pinte alegres «happys» en la mesa del salón, por mucho que le quiera.¿Qué madre trabajadora, esposa, hija, mujer... no se ha visto hoy día en alguna de esas situaciones o en otras similares? Miles de madres de hoy, reales, han salido del armario y se han despojado de estigmas sociales, creencias, tradiciones, utopías, presiones, estrés... Están iniciando una revolución en las redes sociales, gritando «somos madres imperfectas». Y orgullosas de serlo.No existen los superpoderes
Se las conoce como el Club de Malasmadres, mujeres que están rompiendo tabús y que no son «superwoman», ni quieren serlo. Su éxito es arrollador. En tan sólo cinco meses, cerca de 13.500 seguidores en Facebook (Malasmadres),6.000 en Twiter (@malasmadres), 200.000 visitas en su web. Su fundadora, Laura Baena, explica así este crítico movimiento: «Hay una necesidad de un cambio social. Las madres de hoy reproducimos el modelo tradicional de madre, el que nos enseñaron nuestras propias madres, pero eso no puede sustentarse en la sociedad de hoy que ha cambiado tanto, que no está preparada para sostener el antiguo rol de madre y donde no existen medidas de conciliación. La madre de hoy trabaja, no se quiere quedar en casa. Y su sueldo se precisa, además, para sustentar la familia».Hace poco más de dos años, cuando estaba embarazada de su hija, Laura creó el primer blog que fue el germen de este movimiento (laninasinnombre.com). «Hablaba de mis experiencias —recuerda Laura—, criticaba esa visión ñona de la maternidad. Y cómo te das de bruces con la realidad, cuando te reincorporas de nuevo al trabajo después del permiso de maternidad, me preocupaba cómo equilibrar todos mis roles de madre, hija, esposa y trabajadora como creativa publicitaria. Era una crisis existencial y el blog me permitía un poco de desahogo».Comenzó a sumar seguidores, comentarios, a ser conocida... Otras madres empezaron a compartir sus errores diarios, sus penas y glorias, sus pesares y culpas, sus quejas y ácidas críticas... Así llegó a fundar el Club de Malasmadres hace cinco meses, una forma irónica, crítica y con mucho sentido del humor para englobar en un colectivo a todas esas madres que se sienten desbordadas, que comente fallos y errores a diario, que «luchan por no perder su identidad como mujer, que no tienen superpoderes ni quieren tenerlos, que no llegan a todo... Pero que no se tienen que sentir culpables ni frustradas ni tener miedo a decir las cosas tal y como son y cómo las viven. No hay que tener temor a decir que a mi hijo le he dado tres noches seguidas croquetas para cenar, o que le doy potitos, o que el suelo de casa está sucio, o la comida sin hacer... Se trata de abogar por la madre imperfecta».«No hay que tener temor a decir que mi hijo ha cenado tres noches seguidas croquetas»
Detrás de todas esas opiniones, comentarios... que aparecen en la web, realmente hay una crítica social feroz: «Soy una malamadre porque no hay manera de ser buena madre en esta sociedad», dice Laura. Pero el trabajo comienza por una misma, explica. «Si las madres comenzamos a cambiar y superar ese sentimiento de culpa y frustración, podremos ir cambiando la sociedad. Las madres somos un grupo de presión brutal».
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