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viernes, 3 de febrero de 2012

Jordi Cabezas: "La crisis no es la causa del maltrato, es la guinda"

Viernes, 3 de Febrero, 2012
El abogado penalista y criminólogo asegura que las grandes afectadas por violencia de género aún no han denunciado y que el 30% de las querellas que llegan a los juzgados son falsas | Cree que la mejor lucha contra el maltrato es una educación no sexista       
El 2012 ha empezado con cifras negras en materia de maltrato y muchos son los que temen que la crisis esté detrás de este trágico comienzo de año. Pero para Jordi Cabezas (Barcelona 1949), Doctor en Derecho y Ciencias Penales, abogado, criminólogo y profesor de la UB, la mala situación económica puede constituir un acelerador en la violencia de género pero no es en ningún caso la causa. Este penalista y abogado recuerda que muchas de las mujeres que más sufren esta violencia aún no se han pronunciado y que en cambio un 30% de las denuncias que llegan a los juzgados son falsas. Para este experto la cárcel o un endurecimiento de las penas no es la solución para erradicar un problema que hasta hace poco era un tema cuyo conocimiento se reducía al ámbito familiar pero que los medios de comunicación han sacado a la palestra. Cabezas insiste en que la base de la violencia de género está en una sociedad basada en la dominación del hombre y que el cambio debe partir de una educación no sexista.
El año pasado fue relativamente positivo en lo que respecta a violencia de género porque hubo menos muertes que en 2010. Pero este año ha empezado con una cifra preocupante ¿A qué cree que se debe este aumento?
Hay que esperar un poco más para hacer una valoración, pero es cierto que la convivencia más intensa durante las vacaciones puede traer problemas. Y la crisis también puede haber contribuido en cierto modo.
¿Pero la crisis no es determinante en estos casos?
La crisis no es la causa, es la guinda, porque no necesariamente por estar de mal humor lo tienes que pagar con tu mujer. Puede hacer de acelerador pero nunca es el factor importante. Las causas son más profundas y tienen que ver con factores culturales y con nuestra sociedad machista. Todos proyectamos nuestro malestar con el que tenemos a nuestro lado y consideramos más débil. Y hay quien lo lleva al extremo.
¿Cuál es el perfil de un maltratador?
Hay muchos. Hay personas que han sufrido violencia y la emplean porque la consideran normal. En este sentido la infancia influye mucho y a veces se sigue el modelo paterno.
Más perfiles.
El alcohólico. Hay mujeres que dicen “mi marido es un santo, menos cuando bebe… ¡lo que pasa es que bebe mucho!” Hay individuos que son un marido estupendo y un padre perfecto, pero que cuando bebe pierde el oremus y pega.
¡Entonces ya no es estupendo!
No, claro. Pero así lo explica la mujer. También existen el que creen no ser dignos de tener a su lado a su pareja, tienen miedo de perderla y le cuartan la libertad.

El hombre dominador que no puede soportar una contrariedad es otro perfil. Es el rol, hoy en crisis, que nos han inculcado en otras épocas sobre lo que debe hacer el hombre. A la mujer se la ha tratado con paternalismo pero ahora es independiente y el hombre no sabe hacia donde tirar.
¿Esta base de sociedad machista es el gran detonante de la violencia de género?
Sin duda. Aunque quiero hacer un punto y a parte. Son menos, pero también hay mujeres que pegan a los hombres y que son unas artistas maravillosas en el maltrato psíquico, mientras que el hombre es más violento. Y si dos personas no encajan lo que deben hacer es separarse. Pero la idea que tenemos de la familia monogámica comporta unos sentimientos en el orgullo del hombre por el qué dirán y algunos se desvían. Y los medios de comunicación tenéis mucha culpa.
¿En qué sentido?
No mentís pero amplificáis. Cuando se produce un muerto lo explicáis y esa es vuestra obligación. Lo que pasa es que únicamente decís eso y no explicáis los otros sucesos. En un país en el que hay 47 millones de personas un delito como el maltrato es gravísimo pero entra dentro de lo natural que si las parejas se discuten haya dos o tres altercados de estos al mes. Pero es indeseable, lo recalco.
Pero las cifras preocupan.
España es el penúltimo país de la Europa occidental con una ratio más baja de delitos por habitante y el que tiene la ratio más elevada de internos en la cárcel. Es algo que no cuadra… Y en cambio la ciudadanía, ayudada por los medios, dice que las penas son blandas. ¡Eso es una estupidez y una desinformación! Y en lo que respecta a violencia de género también tenemos uno de los índices más bajos de Europa. En cambio en otros países esto no constituye un problema nacional. Y se han puesto una serie de soluciones penales que se ha visto que no llevan a ninguna parte.
¿Cuáles?
La ley penal ha tenido algunas mejoras muy importantes como la ley de protección integral a la mujer para ayudarla a que sea capaz de denunciar porque las grandes afectadas aún no han dicho esta boca es mía porque quedan traumatizadas. Pero aumentar las penas y llegar a meter a un hombre en la cárcel porque le ha dicho a la mujer “eres una burra” es muy inadecuado.
Pero puede ser un indicio de maltrato.
El derecho penal no debe ser preventivo y además no sirve de nada porque el que pega a la mujer y la mata no mira qué castigo tiene. No se evita el maltrato así. Y el ámbito penal no cubre toda la violencia sobre la mujer como puede ser la discriminación. El derecho penal ya ha juzgado desde siempre la violencia de género, no hacia falta que le pusiéramos una etiqueta. Se ha hiperprotegido a la mujer porque lo que antes era una falta ahora pasa a ser delito.
¿Cuál es la solución?
Cambiar la sociedad. Nos debemos cuestionar si esta estructura de la sociedad es correcta, que yo creo que no, y empezar a paliar las causas que generan problemas como el maltrato. Se debe ir contra la violencia de género con un tipo de educación no sexista.
En lo que llevamos de año en Catalunya ha habido seis muertes…
Es tremendo. Sobre las muertes no hay discusión, pero cuando dicen que hay más delitos ¿Qué quiere decir? ¿Qué hay más denuncias? Eso no quiere decir que haya más delitos. En criminología esto se llama cifra negra.
¿Hay muchas denuncias falsas?
Muchas.
¿Los abogados lo recomiendan en procesos de divorcio?
Sí. Eso va en la ética de cada cual. A veces el abogado lo propone para favorecer el convenio regulador, la repartición de bienes. Si una mujer va a la policía y dice que su marido le ha pegado, por la noche el hombre no duerme en casa. Y quizás no ha hecho nada.
¿Se vulneran derechos?
Absolutamente. Cuando no hay agresión es la palabra de la mujer contra la del hombre. Se debería detener cuando haya indicios razonables. La gente abusa de la ley.
¿Las denuncias falsas son un porcentaje importante de denuncias?
Los casos más graves no se denuncian todos y de las de medio pelo igual un 60% no haría falta que llegaran a los juzgados. Y de lo que ha habido y va a los juzgados poco menos de un 30% son falsas. Una denuncia no se debe emplear para “que aprenda”.
El 75% de las víctimas mortales no habían denunciado previamente malos tratos.
Es que esa política de cuando digas “burra” te meto en la cárcel… ¡Los hay que no dicen burra y luego matan! Entran muchos elementos… Entre personas adultas si te amargas debes cortar. Pero a veces, especialmente ahora, eso quiere decir ¿qué pasará con la hipoteca? Y te ves forzado a seguir la convivencia.
Muchos de los agresores luego se suicidan o lo intentan ¿No hay miedo a la cárcel?
¡Que va! Son estos cariños enfermizos de no sin mi pero qué hago yo sin ti. Y, cuando matan, la vida ya no tiene sentido para ellos.
Desde el mundo del derecho ¿Se vive con frustración el aumento de muertes?
En absoluto. Nunca he creído que el derecho penal pueda solucionar este problema y creo que nadie lo cree pero nos han intentado vender esta idea. ¿Quieren poner más? No servirá más que para satisfacer el sentimiento vindicativo pero no evitaremos nada. No digo que no deba estar castigado pero el código penal no evita nada. El derecho penal no es muy disuasivo, pero en estos delitos menos porque hay un componente pasional.
¿Cuál es la pena mínima para una agresión de estas características?
Si es del hombre a la mujer son seis meses de cárcel o trabajos para la comunidad. Esto es el mínimo que puede ser por un insulto o un empujón.
¿Y si el agredido es un hombre?
En este caso la pena mínima puede ser de tres meses.
¿Por qué?
Es una de estas chapucillas que se hacen. Es para respetar el principio de igualdad: tratar de desigual manera a los desiguales para igualarlos. Reconocer que hay una desigualdad de la mujer estructural es el reconocimiento de un fracaso. Pues ¡cambia de estructura!
¿Se debe denunciar a la primera?
Sí si se cree que se debe hacer. Evidentemente cuando insultas a alguien ya has roto una barrera y la próxima vez será más fácil dar un empujón y sí que hay esta progresión. También se pide denunciar a la primera porque hay casos en que si la cosa va a más la mujer se siente culpable y al final ya no es capaz de denunciar. Pero la contrapartida es que denunciaremos cosas y nos colocaremos en lugares en los que si después no hay demasiado criterio criminalizaremos frases. Hay que ser muy ponderado. Pero nunca le diré a nadie que sufre con algo que está fuera de la ley que no lo denuncie.
¿Si denuncia alguien de la familia tiene la misma validez?
Sí. Pero la ley dice que no es obligatorio denunciar a los familiares.
Es un poco incoherente…
A la mujer se le dice por un lado “Denuncia” y por otro “Ten en cuenta este artículo”.
En los maltratadores condenados ¿El índice de reincidencia es muy elevado?
Dicen que los que siguen los programas de rehabilitación en la cárcel sí que logran algunos éxitos. Lo que pasa es que muchos ni entran a prisión. Y en estancias cortas no tienen tiempo de seguir ningún programa. Además, hay pocos medios.
¿Fuera de la cárcel no existe la posibilidad de seguir estos programas?
No. Pero muchas veces los trabajos a la comunidad son cursos de sensibilización. Aunque cuando se tiene una conducta muy asentada, en un año no se puede quitar todo ese sedimento.
¿En qué consisten los programas de rehabilitación?
Se trata la adicción, si la tiene. También se trabaja el control de la violencia y programas de estructura que le explican que una mujer no es de su propiedad y que somos iguales.
¿Sirven de algo en los casos más graves?
Decir que son irrecuperables se me hace difícil aunque es un tema complicado. Pero queremos que los castiguen y también que nos los devuelvan sin que generen riesgos. Además, los programas son voluntarios porque nadie está autorizado a cambiar a nadie, aunque participan porque les da beneficios.
No se puede aspirar a que cumpla la pena y encima se rehabilite…
No. Es más, cumpliendo penas en general poca gente se rehabilita. Y si nos vengamos mucho el agresor en lugar de simpatizar con su víctima empezará a sentir que la víctima es él porque lo están puteando en la cárcel. Y cuando salga puede ser una bomba de relojería. En un contexto de falta de libertad ¡¿cómo se puede insertar para la libertad?!
Entonces ¿Qué hacemos?
Medidas alternativas a la cárcel. Pero esto rompería el sistema tal y como está y le quitaríamos el negocio a los que ya les gusta el sistema.
¿Cómo ve el futuro?
Mientras no se ataquen las causas todo serán parches. Y ciertamente, si la crisis va a más, sí que habrá una incidencia en todo lo que son comportamientos violentos, desmadrados… Los tiempos no ayudan…
http://www.lavanguardia.com/vida/20120203/54248349267/jordi-cabezas-crisis-maltrato-mujeres.html

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