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- El hembrismo retrocede
Introducción: auge y declive de la distopía de género.
Algo está cambiando en el panorama políticamente correcto, en el paraíso del sexismo y la falsa lucha por la igualdad, dentro del cual hemos vivido en este país durante un par de décadas, pero principalmente durante las dos últimas legislaturas del gobierno de Rodríguez Zapatero. Hasta ahora sólo el hembrismo tenía eco político y la inmensa mayoría de los partidos se limitaban a repetir sus argumentos e ideas dócilmente, con plena subordinación a los análisis mentirosos que las expertas de género confeccionaban y divulgaban con el indiscutible apoyo de los medios de comunicación mayoritarios, siempre dispuestos a informar a través del filtro de los intereses hembristas. Con estos poderosos respaldos las hembristas han disfrutado de una enorme fuerza, y en connivencia con el orden establecido, se han transformado en uno de los grupos de presión más ávidos y celosos de conservar y aumentar su poder y privilegio.
Así, conceptos como la transversalidad o el mainstream feminista configuraron el siguiente paso del sueño de género, básicamente la idea de que el feminismo dominaría los principales recintos sociales, desde la economía al medio ambiente, pasando por la sanidad, la enseñanza, el proceso de creación de leyes… para convertirse en la corriente de pensamiento dirigente. Una postura tan desproporcionada como chocante, en esencia una nueva dictadura dispuesta a controlar desde la legislación, las instituciones, la educación y la manipulación ideológica nuestras vidas, tanto si nos gustaba como si no. Y con el propósito de alcanzar esta meta la mayoría de nuestros políticos, carentes de cualquier dignidad distinta de la de obtener el mayor número de escaños de los que vivir cómodamente sólo por pertenecer a unas siglas, vendieron su elástica honestidad ansiosos por hacerse la foto junto a la hembrista de turno, pensando que apoyar a este grupo de presión era lo mismo que lograr-ni más ni menos- el voto de la mayoría de las mujeres de este país, y de los hombres que por confusión, ignorancia o falta de criterio habían sido colonizados también por las mentiras del feminismo radical.
Esa idea tan sencilla ha llevado a aceptar y cometer muchas acciones lamentables, con el único propósito de complacer a las niñas mimadas y caprichosas en las que las hembristas se han convertido rápidamente, desde el preciso instante en que han comprendido que se les brindaba la posibilidad de hacerlo. Una época dorada para ellas, en la que parecían imposibles de parar, avaladas por un apoyo incondicional y cerrado a cualquier argumentación, respaldado por estudios y discursos manipulados a su medida, repetidos incesantemente por los y las portavoces de las principales instituciones gubernamentales, señal de que el poder era cómplice de sus trampas y estaba dispuesto a que abusasen de él. Por eso perseguía y marginaba a quienes señalaban con el dedo, o metía las manos en las arcas del Estado para repartir más que generosamente con ellas el dinero que el pueblo les permitía gestionar, mientras los medios de comunicación manipulaban las informaciones para dirigir con propaganda a la “masa” fácil de aborregar, recurriendo a la más repugnante de las demagogias al reducir el pensamiento a eslóganes o llamar a la discriminación “lucha por la igualdad” y “neomachistas” o misóginos a quienes sólo trataban de denunciar los abusos cometidos por estas nuevas privilegiadas, obsesionadas por las subvenciones y su triunfal modelo de sexismo.
Y este panorama parecía imposible de quebrar, sólo de vez en cuando surgía alguna pequeña fisura en su superficie que intentaba repararse con la mayor urgencia posible, y como fondo, un clamor social cada vez más fuerte, más extendido, un rechazo mayor a toda la repugnante farsa e injusticia que era en realidad, mientras los cómplices apoltronados de las hembristas las sonreían de un modo infame y baboso, como tranquilizándolas, como dándolas a entender: “da igual, lo tenemos bien montado, no conseguirán nada. Están indefensos, frente a nuestras mentiras y cinismo inhumano.” Hasta que finalmente los temores y advertencias de las hembristas más susceptibles se han hecho reales y toda su grotesca escenificación les ha estallado en plena cara. Por fin, el eco social que trataban de reprimir se ha abierto paso dentro de sus órganos de poder y ahora este eco social se ha trasformado en poder político él mismo.
El hembrismo retrocede ya que el pulso comienza a igualarse desde el momento en que la parte contraria tiene también una mano con la que hacer fuerza. Ha sido un punto de inflexión que quizás no se divulgue por los cauces normales, puede que no se abra al debate de manera oficial o que trate de ningunearse para ver si así se marchita y muere. Ya que han sido incapaces de pararlo puede que prefieran que la ciudadanía lo ignore no sea que terminen sabiendo más de lo que conviene. Pero está ahí, en el parlamento, dentro de lo que consideraban su exclusivo patio de butacas, donde pensaban que nadie se atrevería a ponerlo. El revolucionario discurso de Toni Cantó, miembro del partido UPyD, frente a la retrógrada y sexista Ana Mato, claramente incómoda y descolocada ante la intervención de este diputado, ha roto definitivamente el control políticamente correcto que el hembrismo había impuesto en nuestro país.
El hembrismo retrocede ya que el pulso comienza a igualarse desde el momento en que la parte contraria tiene también una mano con la que hacer fuerza. Ha sido un punto de inflexión que quizás no se divulgue por los cauces normales, puede que no se abra al debate de manera oficial o que trate de ningunearse para ver si así se marchita y muere. Ya que han sido incapaces de pararlo puede que prefieran que la ciudadanía lo ignore no sea que terminen sabiendo más de lo que conviene. Pero está ahí, en el parlamento, dentro de lo que consideraban su exclusivo patio de butacas, donde pensaban que nadie se atrevería a ponerlo. El revolucionario discurso de Toni Cantó, miembro del partido UPyD, frente a la retrógrada y sexista Ana Mato, claramente incómoda y descolocada ante la intervención de este diputado, ha roto definitivamente el control políticamente correcto que el hembrismo había impuesto en nuestro país.
Una indiscutible realidad mucho tiempo calladahttp://www.ellibrepensador.com/2012/03/19/el-retroceso-del-hembrismo-estudio-en-profundidad/
Frases y reproches rotundos como: “Le propongo un juego de agudeza visual, eche un vistazo a su alrededor y dígame si no hay algo que le llama la atención, sí, ¿no? A todos nos llama la atención. Hay pocos hombres aquí, no hay ningún hombre en la mesa que Ud. Ocupa” dicho mientras Ana Mato intercambiaba con muy poca educación sonrisas inoportunas y cuchicheos infantiloides con otras feministazas amigotas suyas, sacadas del sueño de la marmota por una píldora como ésta, dada justo donde más las duele, en plena Comisión de Igualdad, y escuchada ni más ni menos que de boca de un hombre, es decir, alguien sin juicio propio sobre temas de discriminación según el cortísimo esquema mental de una hembrista, obligado por su sexo a callar o corear sus opiniones al margen de la necedad de las opiniones o de la hembrista que las exponga, resultaba un hecho demasiado coherente y novedoso como para no destacar entre las monótonas intervenciones habituales basadas en la simplista y predecible perspectiva de género. Por eso algunas hembristas se volvían para mirarle fijamente mientras hablaba. Demasiado tiempo privilegiadas, eran incapaces de entender lo que estaba sucediendo.
Analizando el discurso
La intervención de Toni Cantó de diez minutos aproximados, incluía reflexiones de una calidad similar a su buen comienzo.
- “Algo tan importante como todo esto no se puede conseguir sin contar con los hombres”: reclamando protagonismo para el sexo masculino, rompiendo el techo de cristal que el feminismo ha impuesto en las instituciones que luchan contra la discriminación, al dar los papeles fundamentales en este campo casi exclusivamente a mujeres de clara ideología feminista, es decir, hipersensibilizadas con las discriminaciones sexuales femeninas e insensibles a las padecidas por los hombres. Desde esta parcialidad son incapaces de trabajar por la igualdad de sexos.
- “Y lo que es peor no se puede hacer contra los hombres”: toda una crítica al carácter misándrico de las legislaciones de género, empezando por la problemática y perpetuamente rebatida Ley Integral Contrala Violencia de Género o LIVG, buque insignia de estas normativas que cuenta con el vergonzoso record de ser la que más recursos de inconstitucionalidad de parte de jueces ha recibido, al ser discriminatoria en contra de los hombres desde su enunciado claramente ideológico, negar el derecho básico a la presunción de inocencia y atentar contra preceptos de los artículos 1, 9, 10, 14, 17, 24 y 25 de nuestra Carta Magna, precisamente aquéllos que hacen referencia a los valores de la igualdad, la dignidad, la no discriminación por sexo y las garantías jurídicas. Es decir, todos ellos puntos fundamentales para crear leyes de una calidad adecuada a una sociedad moderna y democrática. En la medida en quela LIVG no respeta la integridad jurídica de los ciudadanos no debe considerarse como una verdadera ley, sino más bien como un experimento social aupado a una categoría que no le corresponde, producto de unas determinadas circunstancias políticas y sociales fuertemente tendenciosas en su favor y que debe ser derogado por el Tribunal Constitucional lo antes posible, dadas sus nefastas consecuencias para el bien común y su carácter irreconciliable con el Estado de Derecho.
- “Por supuesto antes que nada un recuerdo para todas aquellas mujeres que han perdido la vida y que han sido víctimas de la violencia, me parece que no debería ser ni siquiera necesario aclararlo, todos los que estamos aquí, estamos aquí entre otras cosas fundamentalmente por eso.” Es cierto que no debería hacer falta aclararlo, pero Toni Cantó sabe de sobra que conviene hacerlo, ya que determinadas fanáticas han asimilado malintencionadamente la crítica a las leyes anticonstitucionales e ineficientes, como la LIVG, con la defensa de los maltratadores o incluso de la violencia contra la mujer. Hasta tal punto llega su falta de argumentos válidos que tienen que intentar estigmatizar ante la opinión pública a quien se atreva a rebatirlas, con el fin de que una ciudadanía escandalizada por sus distorsiones rechace frontalmente a cualquiera que trate de corregirlas, eso sí, antes de detenerse a escuchar sus razonamientos.
- “tras ochos años de discriminaciones porque para nosotros Unión de Progreso y Democracia la asimetría penal es una discriminación, de utilización dudosa de muchos recursos, y de haber creado el peligro, me parece muy importante, de que se genere un rechazo en la sociedad hacía la igualdad de género, en ese sentido tan importante como es la muerte de tantas mujeres, no hemos avanzado nada”: Todo un dedo colocado decididamente en la llaga justo en el feudo del feminismo de género que han venido siendo hasta la fecha las Comisiones de Igualdad. Efectivamente, no se trata tan sólo de que las leyes de género prioricen los derechos de las mujeres por encima de los de los hombres y produzcan discriminaciones penales graves, sino que además, al margen del enorme apoyo ideológico, mediático y económico que han recibido se han demostrado ineficaces para corregir el mal que pretendían erradicar. El número de mujeres asesinadas por sus parejas masculinas se ha mantenido más o menos constante durante el tiempo que la LIVG lleva en vigor, a lo que debemos añadir el considerable costo económico que la aplicación de esta ley y sus estructuras derivadas supone, el incremento de las denuncias falsas interpuestas en los procesos de separación en contra de hombres, las sentencias condenatorias de carácter dudoso o el incremento de suicidios masculinos en el contexto de la ruptura de parejas. Es decir, incluso si a las ultrafeministas les parecen secundarios o irrelevantes todos los daños y cargas que conlleva la aplicación de esta ley para el sexo masculino y la sociedad, deberían al menos reconocer su fracaso aunque sólo fuese por la incapacidad que ha demostrado para combatir el tipo de delito que justifica su existencia. A pesar de todos sus efectos contraproducentes y el enorme gasto que han producido la legislación y la mayoría de las acciones nacidas del feminismo de género para combatir la violencia en la pareja sufrida por las mujeres son en realidad un artificio inútil. Si se valorasen sus resultados con honestidad la LIVG debería retirarse o modificarse radicalmente. Pero cuenta con la salvaguarda del interés ideológico y de todas aquellas personas que se benefician aún en época de crisis gracias a la inservible pero muy lucrativa industria del maltrato*
- “Esta lacra señora Mato no se puede solucionar sin contar con la mitad de la población de España, es decir con los hombres, y no se puede conseguir solucionar legislando contra ellos”
- “se ha aplicado según nosotros un enfoque a nuestro juicio equivocado debido a la asimetría penal de la actual Ley Contra la Violencia de Género, y me gustaría aportar otro dato, desde el 2005 y el 2009 más de 4000 hombres han ido a prisión en nuestro país por faltas leves, esto nos parece grave, esto nos parece contraproducente, y esto nos parece que es necesario también ponerlo sobre la mesa”. La idea central de lo expuesto aquí es quizás mucho más relevante que la cifra mencionada. En realidad es muy difícil hacerse una visión exacta de la gravedad del crimen de estado que representa la LIVG, ya que los organismos oficiales que manejan la cuestión nos informan de un modo tendencioso, deformado para ocultar celosamente todo aquello que no les conviene reconocer. Debe señalarse de entrada que es imposible crear una ley injusta de la cual no se abuse en mayor o menor medida según su severidad, hecho que seguramente conocían las asociaciones feministas radicales de las que partió el anteproyecto de la LIVG y que son actualmente sus más dogmáticas defensoras. Añadir de paso que de la situación de injusticia que esta ley no igualitaria genera son víctimas apriorísticas todos los hombres a los que puede aplicarse, es decir, todos los hombres mayores de edad presentes en el territorio español, ya que es la única ley creada para ejercer la misandria y el racismo sexual condenando en exclusiva al sexo masculino**. Para terminar de comprender el grado de injusticia, desgarro y violencia sexista que representa deberían cuantificarse con la mayor exactitud posible y divulgarse en las estadísticas gubernamentales la cantidad total de hombres que cometen suicidio en el contexto de la ruptura de pareja y comprobar si esta cifra ha aumentado y en qué proporción desde el año 2004, momento en que entró en vigor la mencionada ley. Pero es un gesto notorio que demuestra la capacidad de UPyD para leer entre líneas el protestar en base a un dato bastante moderado aún como es el de 4000 hombres condenados por faltas leves. Sabemos que esto no es nada más que la punta del iceberg y denunciarlo es el paso previo que nos permitirá conocer su envergadura total.
- “Pero nos parece también muy importante distinguir un matiz que es esencial: hay una diferencia muy grande entre igualdad de oportunidades e igualdad de resultados a toda costa. Esto no es democrático y nos parece importante resaltarlo” Él “a toda costa” es una de las tentaciones más frecuentes en la que pueden caer las ideologías altamente politizadas para desarrollar sus agendas, situación a la que no se sustrae en lo más mínimo la parte actualmente más influyente del movimiento feminista. También reconocible bajo el éticamente discutible principio de que “el fin justifica los medios” representa en la mayor parte de las ocasiones un abuso de poder encubierto, según el cual para beneficiar a unos se debe y acepta el perjudicar a otros, creando nuevas desigualdades e injusticias, bien aceptadas ya que, según la facción que las potencia, dañan a grupos humanos que no merecen su consideración o a los que se odia decididamente. En el caso que nos ocupa puede concretarse esta situación diciendo que la nunca finalizable guerra contra el machismo del feminismo de género es otro modelo de sexismo de carácter hembrista. Si añadimos a esto el elevado grado de apoyo que esta ideología ha recibido de los partidos políticos mayoritarios y de los canales que informan a la ciudadanía, segunda fuerza capaz de oponérseles, es fácil comprender la patente de corso de la que las ultrafeministas han disfrutado durante los últimos años, al no existir prácticamente rivales de su nivel que tratasen de frenarlas. Apenas se ha protegido a las víctimas de sus políticas o al interés del conjunto de la sociedad frente a las posturas muchas veces egoístas de un grupo de presión organizado fundamentalmente en su propio beneficio.
Algunas preguntas de obligada reflexión
En su discurso Toni Cantó formuló una serie de preguntas muy útiles para redefinir ideas que nos ayuden a avanzar en materia de igualdad.
- ¿Van a modificar lo que nosotros creemos que es un mal uso del concepto de género y la acción positiva en su línea parlamentaria y acción de gobierno?
- ¿Están ustedes pensando combatir la violencia de género cambiando la ley vigente que contempla la asimetría penal entre mujeres y hombres que además se está mostrando, como decía antes, ineficaz para parar esta lacra y que apenas ha desarrollado medidas de prevención y educativas? Añadir además que acapara una gran cantidad de recursos que deberían usarse en estrategias válidas para resolver el problema, como la potenciación de la mediación familiar institucionalizada y todas aquellas políticas tendentes a disminuir la conflictividad durante la ruptura, momento en que se desarrolla la violencia más grave dentro de la pareja.
- ¿Contemplarán, señora ministra, otras formas de violencia intrafamiliar, como son las relativas a las que sufren los niños […] la que sufren también las parejas del mismo sexo. La que sufren nuestras personas mayores. La que sufren los padres agredidos por sus hijos. La que sufren las personas con discapacidad o la que sufren también los hombres agredidos por sus mujeres? Solicitando una sensibilidad más amplia ante el problema de la violencia no enfocada exclusivamente según el egoísmo hembrista y restableciendo la misma dignidad para todas las víctimas.
- Tenía un prejuicio, y me lo temía, me ha extrañado muchísimo no oírle hablar del tema: custodia compartida. Señora ministra ¿van ustedes a promover una ley de custodia compartida como opción preferente en línea con las mociones que el partido popular ha presentado en múltiples ayuntamientos […]? Nosotros en UPyD lo proponemos […] ¿Para cuándo la custodia compartida como opción preferente en las separaciones con hijos? Es una postura tan igualitaria que sorprende que no haya sido aceptada hace ya muchos años e implementada con multitud de recursos, incluyendo medidas de apoyo a los nuevos núcleos familiares cuando esto se demostrase necesario. Pero el feminismo radical de nuestro país sólo acepta la custodia compartida que tiene trampa, es decir la que puede anularse sólo con que una de las partes se niegue a aceptarla y eso parece motivo suficiente para frenar su implantación definitiva. Bastó con las anteriores legislaturas del PSOE y el hecho de que Ana Mato no haga referencia al tema sugiere que la situación será muy parecida con el PP. Una opción preferente por la custodia compartida favorecería probablemente un fuerte descenso de la conflictividad en la ruptura de la pareja. Esto contribuiría a disminuir también las muertes de mujeres y hombres a manos de sus parejas o de suicidios ocurridos durante las separaciones y divorcios.
Buenos propósitos para un buen comienzo
- En política internacional ¿exigirán activamente el respeto del principio de no discriminación por la orientación sexual a aquellos países que segregan, encarcelan y ejecutan a personas por su orientación sexual o identidad de género? nos gustaría saberlo. El pensamiento políticamente correcto se basa en ciertas concepciones las cuales no desea cambiar, aunque en la práctica se demuestren contraproducentes. Muchas de ellas nacen más de la interpretación discutible que realizan unos pocos que de la realidad de los hechos o el sentido común. Así que habiéndose desarrollado como políticamente correcto el concepto de la alianza de civilizaciones y otros semejantes se hace difícil incluir medidas políticas que los contradigan. Pero es innegable que ni todas las civilizaciones están igual de evolucionadas en el reconocimiento de los derechos humanos, ni todas incluyen el mismo grado de respeto y aceptación de las minorías, cuando no parten de conceptos culturales o religiosos que fomentan el rechazo y la intolerancia. No admitir esto y actuar en consecuencia es lo mismo que ponerse una venda en los ojos para tolerar las injusticias que se cometen en otros lugares del mundo, sólo porque ideológicamente nos resulta incómodo reconocer que éstas suceden.
Como corolario de su intervención Tony Cantó plantó cara precisamente a la arbitrariedad del pensamiento políticamente correcto. Todo un escudo que desde los medios de comunicación, los partidos políticos y el entorno académico ha hecho del hembrismo un tema tabú, convirtiéndolo en un nuevo dogma cuya formulación queda estrictamente reservada a las adeptas más avanzadas de la hermandad feminista, correspondiéndonos a los demás su aceptación sin ningún sentido crítico.
Yo espero señora ministra que en esta comisión hablemos de una manera políticamente incorrecta. Me parece que el miedo, la corrección política, ha hecho mucho daño en este y otros ámbitos, me parece que hay quienes se han elevado a tener una categoría moral indiscutible, y que no es así, que han impedido que otros podamos hacer, incluidos los hombres, discursos al respecto de lo que estamos hablando aquí esta tarde. En UPyD queremos tratar las dificultades que ha causado esta ley y queremos resolverlas porque se ha mostrado ineficaz e injusta en algunos casos, es decir, queremos evolucionar, queremos pensar en las mujeres que sufren la violencia de género, queremos por supuesto pensar e intentar erradicar el hecho de que algunas de esas mujeres pierdan su vida por ello. Pero también queremos, sin que se nos acuse de nada, hablar aquí de los problemas que esta ley ha engendrado, que no demos la espalda a las denuncias falsas, señora ministra, que no demos la espalda a los hombres que no pueden ver a sus hijos, y a los hijos que no pueden ver a los hombres, con toda la asiduidad que quisieran. Queremos defender a aquellas mujeres que necesitan sus pensiones compensatorias para criar dignamente a sus hijos, pero sin olvidar por favor a aquellos hombres que se ven privados de todos sus recursos de forma injusta. […] Cuando una política no funciona lo que se espera de nosotros es que no tengamos miedo a discutir todos sus aspectos dándole la vuelta si fuera necesario, sin dogmas.
¿Por qué esto es tan importante?
Un partido político de calado significativo apuesta por una nueva sensibilidad ante la situación de hombres y mujeres en España, y se decide a denunciar los fallos del feminismo de género, haciéndose portavoz de quienes han sido censurados y castigados por descubrir y divulgar los múltiples defectos de este movimiento social. Por fin los votantes sedientos de encontrar un programa político honesto con la patente desigualdad en la que hemos vivido durante los últimos años tenemos una opción, en esencia alguien a quien podemos votar a favor de la igualdad auténtica. ¿Qué van a hacer las hembristas ahora? ¿Pedir que se prohíba o ilegalice al partido UPyD? Lo siento, no serán capaces, a este nivel la estratagema del todos contra uno, útil para acosar y limitar a personas concretas, ya no les sirve para nada.
Todavía queda mucho por hacer y lograr, pero los hombres tenemos por fin una opción política que reconoce la violación de nuestros derechos y a partir de ahí puede interesarse por erradicar nuestras discriminaciones, no sólo las nacidas de la misandria presente aún en el feminismo, sino también aquellas que por rol sexual han sido asignadas al sexo masculino. En la medida en que nosotros mismos las estudiemos, conozcamos y tratemos de corregir podremos contar con la empatía y apoyo de un partido político que comprende que la igualdad mujer hombre no puede entenderse como la manipulación del lenguaje en la forma sin más fondo que el femicentrismo puro y duro. Por este motivo, en mi opinión, actualmente UPyD es la mejor opción política para los hombres, ya que es el único partido comprometido en la teoría y en la práctica con la defensa de nuestros derechos. Y si les recompensamos y fortalecemos con nuestros votos, si les animamos a continuar por esta senda, si seguimos explorando y entendiendo mejor lo que nos conviene cambiar y lo reclamamos con la energía y paciencia suficientes, ahora tenemos a alguien con autoridad dispuesto a escucharnos y luchar por ello. Con el tiempo este tipo de acciones generaría un interés similar en los demás partidos, haciéndoles más igualitarios y favoreciendo el que cualquier tipo de ideología política incluyese sus propios posicionamientos en contra de la discriminación masculina.
Se ha abierto una grieta en el Estatus Quo hembrista. Si seguimos adelante la primera de las muchas que vendrán.
Lo que falta por decir y en lo que a nosotros respecta
Es cierto que incluso con un cierto reconocimiento a las discriminaciones masculinas UPyD se encuentra aún muy lejano a admitir todo el grado de desigualdad que sufrimos los hombres y presenta un discurso basado en las directrices básicas feministas, poco interesado en la plena liberación masculina. Pero representa un importante avance respecto al sistema de hembrismo radical dentro del que nos movíamos hasta la fecha, el cual comienza a resquebrajarse, permitiendo que las demandas masculinistas hagan acto de presencia. Como decíamos más arriba conseguir una mayor implicación en la lucha por los derechos de los hombres es ahora posible, en la medida en que nosotros mismos comprendamos colectiva e individualmente nuestras discriminaciones, las señalemos agrupados ante el conjunto de la sociedad y demandemos a los partidos políticos acciones concretas y eficientes para corregirlas cuando esto sea necesario. En el discurso de UPyD la mujer sigue siendo la gran discriminada, pese a todas las circunstancias en las que los hombres se llevan la peor parte. Conozcamos nuestras discriminaciones, exijamos su solución y dediquemos una importante parte de nuestras vidas a trabajar por ella. Si nosotros nos fortalecemos desde el interior de nuestro grupo será posible definir la realidad tal como es para, a partir de ahí, demandar acciones realmente igualitarias y justas, lejos de los muchos años de confusión y sexismo nacidos de la parcial y preigualitaria ideología feminista.
La vinculación de lo masculino al riesgo, la competencia extrema entre varones, la misandria cultural o agresión continuada al concepto de lo que significa ser varón, fruto de las tendencias más radicales enquistadas en el movimiento feminista, son formas graves de discriminación y perjuicio que la sociedad reserva casi en exclusiva a los varones, y que de ser vividas por mujeres darían lugar a una intensa reacción por parte de todos nuestros partidos políticos por considerarse gravísimos ataques contra el sexo femenino. Pero pueden aceptarlos si dañan a los hombres, hoy en día, el único grupo humano que no está organizado para ejercer su autodefensa. Nada de esto menciona UPyD ni en causa ni en efecto. Nada de la mayoría de muertes violentas y prematuras sufridas por hombres a manos de otros hombres, ni de toda la violencia simbólica presente en nuestras creaciones culturales que vulgarizan y perpetúan la imagen de los hombres matándose entre sí. Ni de los más de mil hombres muertos al año en accidentes laborales, o de los que salvándose de la muerte pueden arrastrar severas secuelas de por vida, o de los muertos invisibles, aquellos que enfermaron gravemente y fallecieron relativamente jóvenes aún como consecuencia de su trabajo, al aplicar métodos o productos peligrosos en épocas en las que la salud de los trabajadores apenas se protegía. Los tres casos anteriores representan formas de precariedad laboral de nefastas consecuencias para el sexo masculino, que no dan lugar a ningún tipo de reivindicación de género por parte de nuestros sindicatos hembristas. Tampoco se ha señalado el número muy superior de suicidios masculinos comparados a los cometidos por mujeres, cantidad que se dispara en los procesos de ruptura de parejas, cuya cifra exacta nadie conoce desde el 2004, fecha en la que entró en vigorla LIVGy en la que dejaron de divulgarse datos fundamentales para calcular con exactitud el número de suicidios de hombres asociados con las separaciones y divorcios.
Son muchas las discriminaciones sexuales masculinas que UPyD soslaya, pero no puede negarse que da un importante paso en la dirección correcta, ya que nos apoya en el desarrollo de nuestro propio masculinismo y a partir de ahí, si conocemos y divulgamos nuestras discriminaciones, cuidadosamente silenciadas ante el hombre medio y el conjunto de la sociedad, podremos solicitar con creciente firmeza su solución, haciendo evolucionar la lucha por la igualdad más allá del limitado molde femicéntrico en que se encuentra estancada hoy en día. Realmente todas las formas de discriminación masculina u odio antivarón pueden solucionarse sólo con que los hombres nos decidamos a encontrar y ejercer las respuestas adecuadas, entre otras apoyar con todo lo posible, incluidos nuestros votos, a quienes estén dispuestos a trabajar por nosotros también. De esta manera conseguiremos un modelo correcto de lucha por la igualdad, que considere dentro de su campo de acción tanto las discriminaciones femeninas como las masculinas, dando forma a la idea de que todas las personas al margen de nuestro sexo merecemos el mismo grado de atención y respeto.
*Según estimaciones realizadas por diferentes grupos de defensa de los derechos de los hombres, asociaciones de padres de familia separados o fuentes críticas con los abusos del feminismo radical sólo un 15% del dinero destinado a ayudar a las mujeres maltratadas llega realmente a éstas. El resto se repartiría a través de todos los elementos intermediarios que intervienen en su gestión, dando lugar a un lucrativo negocio que ha venido a denominarse “industria de género” y del que reciben sus sueldos multitud de profesionales y asociaciones feministas incluidas en su organigrama:
Extracto del artículo “las escandalosas verdades sobre la violencia de género” de Paula Ballesteros:
Ayudas de la UE para violencia de género al Estado Español
• Por denuncia formulada 3.200.- euros
• Por condena 0.- euros
(de 3.200 a 6.100 euros por denuncia para gastos de los servicios en la lucha contra la violencia de género en España)
¿Dónde van los 3.200 euros por denuncia?
• Gastos Juzgados VSLM
• Gastos nuevos servicios protección mujer en cuerpos de seguridad
• Creación nuevos puestos trabajo en PIM, CIM, Institutos de la Mujer, etc.
• Creación nuevos puestos trabajo en diputaciones, y CC AA relacionados.
• Subvenciones a asociaciones exclusivamente de mujeres.
• Fondos para Colegios Abogados y de Psicólogos.
• Universidades, Fundaciones, etc. (estudios)
• 15% ayudas a mujeres maltratadas (Seg. Social, pisos tutelados, etc.)
Datos globales sobre fondos CGPJ:
650.000 denuncias desde la entrada en vigor de la ley en 2004.
a 3.200.- euros la denuncia = 2.080.000.000 euros de la UE
(347.360.000.000 de las antiguas pesetas).
El texto íntegro AQUÍ.
** Una de las ramas más marginales y extremas nacidas del feminismo es el movimiento ginárquico o de gobierno de lo femenino. Según esta tendencia la mujer es un ser superior al hombre en todos los aspectos y esta superioridad de la mujer debe plasmarse en la plena subordinación del sexo masculino respecto al femenino. Según el modelo de evolución histórica planteado por las ginárquicas el último paso en el desarrollo de su sociedad incluiría la esclavización de los hombres y en las vertientes más radicales de este movimiento su extinción o exterminio. Antes de alcanzar estos fines las ginárquicas plantean una etapa previa de sometimiento legal del hombre a la mujer, mediante la creación de un sistema judicial que pueda ser usado por las mujeres para ejercer dominio sobre los hombres. Curiosamente para muchas de las ginárquicas buena parte de los países occidentales se encuentran ya en esta etapa. Es decir, las feministas más radicales de todas concuerdan con los críticos del feminismo en que los hombres de los países occidentales están discriminados legalmente respecto a las mujeres, en una forma que favorece su sometimiento. Esto desgraciadamente es cierto. Hoy por hoy y con la legislación vigente una misándrica o maltratadora no necesita poner un solo dedo encima a su pareja masculina para dañarlo. Basta denunciarlo por malos tratos o abusos sexuales mediante mentiras o manipulaciones, o arrebatarle sus hijos y patrimonio a partir de un divorcio injusto, para causarle un perjuicio personal del que quizás no se restablezca durante el resto de su vida. Muchos de los hombres llevados al límite en circunstancias similares optan por el suicidio, pero su sacrificio no afecta a la dinámica del feminazismo ya que sus muertes no se divulgan. Su drama, sufrimiento de hombres al fin y al cabo, ciudadanos de segunda en una sociedad hembrista, no tiene ninguna importancia, y cae en el olvido como si fuese algo que nunca sucedió.
por Gustavo Revilla Olave
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