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martes, 15 de octubre de 2013

Condenada por una denuncia falsa que provocó un asalto policial en una fiesta infantil

Martes, 15 de Octubre, 2013
Un juez impone un año de prisión a una madre por acusar a su expareja de secuestrar a su bebé en un local en Palma - Policías fuertemente armados fueron al lugar donde había una celebración
Un numeroso grupo de agentes de la Policía Nacional acudió al local.
Un juzgado penal de Palma ha condenado a un año de prisión a una madre por una denuncia falsa al acusar a su expareja de secuestrar al bebé de ambos, de 20 meses de edad, en un local de la ciudad, lo que obligó a actuar a un grupo de asalto de la Policía Nacional. Cuando los agentes fuertemente armados con fusiles, ariete, chalecos antibalas, escudos y otras medidas defensivas llegaron al lugar, descubrieron atónitos que el menor se hallaba en perfecto estado jugando con otros niños en una fiesta familiar.
El magistrado Juan Manuel Sobrino ha impuesto un año de cárcel a la mujer como responsable de un delito de denuncia falsa, así como una indemnización de 1.800 euros a su excompañero por los perjuicios morales que le causó. El juez, que ha absuelto a la imputada de simulación de delito, destaca la gravedad de los hechos, ya que la sospechosa denunció a su ex por un delito muy grave con una elevada pena de prisión. La sentencia, que aún no es firme, también hace hincapié en las consecuencias que tuvo el comportamiento de la mujer, de 31 años, ya que "rompió la paz y tranquilidad de unas cuantas personas que estaban disfrutando de una celebración, creando alarma y desasosiego en ellas".
Según se desprende del fallo, se trata de "un caso paradigmático de claro desprecio a la Administración de Justicia y de evidente uso de la maquinaria policial y judicial para conseguir los objetivos de la acusada, sabiendo esta que los hechos que denunciaba eran manifiestamente inciertos, y sin que le importase poner en marcha, ante la gravedad de lo que denunciaba falsamente, un dispositivo policial de asalto que perturbó la tranquilidad de las personas, incluidos su propio hijo, que estaban disfrutando en paz de una velada de fiesta".
Enero de 2012
Los hechos enjuiciados se remontan al pasado 14 de enero de 2012 cuando una pareja, que estaba en proceso de separación y con un hijo en común de 20 meses, pactó de mutuo acuerdo que el menor iba a pasar esa tarde con el padre, porque este iba a celebrar la festividad de Sant Antoni con unos familiares y amigos. El progenitor iba a llevar a su hijo a esa fiesta y quedó con su exmujer que se lo devolvería a las 19 horas.
La celebración tuvo lugar en los bajos del mismo edificio donde vivía el bebé con su madre, a las afueras de Palma, un local que está acondicionado para celebrar fiestas, pues cuenta con cocina, baño, televisión, sofás, mesas. De hecho, la acusada conocía bien el lugar, ya que antes de la ruptura conyugal había celebrado allí sus propios cumpleaños y otros eventos familiares. Esa tarde, su excompañero le mandó un mensaje de teléfono diciéndole que le llevaría el menor un poco más tarde ya bañado y cenado, extremo al que accedió la imputada.
Pesa a ello, la mujer, a sabiendas de que su hijo se hallaba en perfecto estado en una fiesta acompañado por su padre, sobre las siete de la tarde acudió al local y aporreó la puerta de entrada con patadas y puñetazos. Gritó y exigió a su excompañero que le entregara el menor. El hombre, ante el escándalo, llamó a la Policía, que comprobó que el bebé estaba bien. La mujer siguió dando golpes a la puerta, pero los policías le advirtieron que si continuaba, acabaría detenida.
Al no conseguir su objetivo, que era llevarse a su hijo, la madre "con claro desprecio a la verdad" acudió poco después al juzgado de guardia de Palma donde denunció que su marido padecía un trastorno bipolar y que había sido denunciado por coacciones, amenazas y maltrato. Según su versión, su esposo se había llevado a su hijo "encerrándolo" en un local en los bajos de la vivienda.
El juzgado, alarmado por estos hechos, ordenó a la Policía Nacional que acudiera al lugar y entregara el menor a su madre. Inmediatamente, los agentes formaron un dispositivo de asalto ante la gravedad del caso. Armados con fusiles, ariete, chalecos antibala y escudos, los policías descubrieron que el secuestro del pequeño en un trastero era en realidad una fiesta con varios niños y familiares y que el bebé estaba en perfecto estado. Al comprobar que la denunciante había mentido, el jefe del operativo le dijo a la madre: "Señora, esto no se hace así, no ha dicho la verdad". Y ella le respondió: "Si ya lo sé, pero es la forma más rápida".
El subinspector policial recordó en el juicio que cuando abrieron la puerta del local, "pensó que era todo una cámara oculta" y que sus compañeros policías le estaban gastando una broma porque allí solo había una fiesta con niños. La sentencia destaca que la acusada faltó a la verdad de forma intolerable, injustificada y palmaria. Tras los hechos, su expareja sufrió estrés y ansiedad y tuvo que ser tratado psicológicamente. Según el juez, el hombre vio como una simple fiesta se convirtió en un infierno terminando con un asalto policial en toda regla al local de la celebración.
http://www.diariodemallorca.es/sucesos/2013/10/15/condenada-denuncia-falsa-provoco-asalto/882136.html

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