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La psicóloga chilena Pilar Sordo afirmó que "los chicos no quieren crecer ni tomar responsabilidades porque ven a los adultos tristes y llenos de problemas".http://noticias.terra.com.ar/sociedad/,2e22d717c9c21410VgnCLD2000000ec6eb0aRCRD.html
De visita en la Argentina para acompañar el relanzamiento de su libro "No quiero crecer", Sordo aseguró a Télam que "me cansé de escuchar en miles chicos de América Latina la frase: `no quiero crecer` y por eso decidí emprender una investigación".
"Cuando comienzo a rastrear el por qué de este comportamiento descubro que es por el mensaje que el mundo adulto entrega hoy a los chicos", agregó.
"Los mayores hablamos constantemente de cansancio, agobio, tristeza. Los chicos ven que los padres no cantan, ni bailan, y que casi nunca agradecen. Observan en cambio que papá y mamá se juntan para hablar de cuentas a pagar, en vez de besarse, abrazarse o tocarse el culo en la cocina", ejemplifica.
"Para mi investigación tomé grupos de chicos con edades que van entre los 9 y 30 años. A través de ellos detecté todas las inconsistencias que los padres y los educadores cometen a diario con los pequeños", precisa.
En el texto -editado por Planeta- Sordo no sólo describe lo investigado durante cuatro años de consultas con distintos pacientes, sino que ejemplifica, de manera simple, aquellas situaciones en la que los padres obran correctamente, además de brindar consejos para mejorar los puntos endebles.
¿Está dirigido sólo a los adultos? "El libro apunta a la familia completa. Lo pueden entender chicos desde los 10 años, y eso es importante porque ellos también tiene cosas que aprender.
Deben hacerse cargo de su propia historia, independientemente, de que los adultos comentan algunas equivocaciones".
"Los pequeños no pueden estar culpando de todo a los adultos.
Deben hacer cosas para mejorar su propio desarrollo", afirma Sordo.
"Por su parte -aclara-, los padres tienen el problema que son de una generación que vivieron con rigor y ahora quieren flexibilizar la relación con sus hijos, convirtiéndose en amigos de sus hijos, algo que termina siendo una obviedad".
"No es ningún mérito ser amigos de los hijos. Voy a ser amiga de mis hijos porque los amo y eso es algo `gratis` que trae aparejado el amor", explica.
"Lo complicado es entender que por encima del acto de ser amiga, soy mamá y por ende tengo que ser jodida", apunta en firmeza Sordo, quien agrega "le tuvimos miedo a los padres y les tenemos terror a los hijos y es por eso que nos pasamos la vida complaciéndolos en demasía".
¿En qué se los complace comúnmente? "Al llenarlos de cosas que quizás no son tan necesarias sin darles lo que ellos en verdad necesitan: contención emocional, tiempo real, escucharlos pero de verdad", enumera.
Sordo sostiene la teoría de que "los padres de hoy son de una generación que no quiere pagar costos y desean ser evaluados todo el tiempo como `buena onda` y eso en la paternidad es imposible".
"Los chicos necesitan que les digan no, piden -a su manera- disciplina. Es necesario que se los regule el tiempo que están frente a cualquier pantalla. La familia debe sentarse en la mesa sin celulares, sin televisión. Sería sano que en la casa haya conversación real. No es fácil, pero es un trabajo de fuerza de voluntad de parte de todos", sostiene.
"`La voluntad de hacer` es el concepto clave al final de la investigación. Desde allí estamos fallando, por eso tenemos chicos obesos porque la voluntad nos falla, porque no queremos que se enojen con nosotros y le damos lo que nos piden de comer", ejemplifica Sordo.
La autora de "¡Viva la diferencia!" asegura que "vivimos en una cultura individualista, donde cada uno está pensando sólo en sí mismo. Cuesta ceder en favor de los demás. Cada uno está en su habitación y cuanto más recursos económicos, peor es la situación de individualismo".
La investigación realizada en el libro prueba que la comodidad excesiva no ayuda en nada al crecimiento: "Siempre tiene que haber un grado de incomodidad. Los roces en las familias siempre hacen bien porque ayuda a conocer al otro y de esa manera crecer. Cuando hay exceso de confort no hay desarrollo de habilidades", señala.
Finalmente, en un repaso por todas las edades con sus características más destacadas, Sordo apunta: "Mezclar ternura con firmeza, parece ser el punto clave de la educación. Si los padres siguen ese camino habrá un futuro con personas líderes o seres humanos que se harán cargo de sus propias vidas".
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