Miércoles, 23 de Diciembre, 2015
ECUADOR
De nuevo dos profesionales de la psicología que hablan de la necesidad de los hijos de padres separados a a encontrar una estabilidad en la época de la Navidad. Son Jorge Luis Escobar y María de los Ángeles Núñez. Resulta muy triste no encontrar en los artículos críticas a la injusticia que se comete contra los menores cuando son apartados de su figura paterna por defecto, rara vez de la materna.
Si al padre de los menores, los jueces le eximen de sus responsabilidades parentales, al hombre puede parecerle bien o mal, dependerá, pues no vamos desde aquí a defender a todos los hombres como excelentes y responsables papás, no. Pero ni a los papás ni a las mamás. Algunos se quedarán tan contentos, pues si además las circunstancias que rodean la situación les permite de alguna manera rehacer sus vidas, mejor aún, los niños solo de vez cuando. Pero hay otros padres, la gran mayoría hoy día, que no aceptan está grave injusticia, pero injusticia no solo contra ellos, sino contra sus hijos que es aún más grave. Es a los niños a quienes se les priva de esos cuidados, de la necesidad de ser atendidos y cuidados tanto por su padre como por su madre.
Ese fracaso escolar al que alude el texto de la noticia, se produce bajo la custodia materna. La madre se ampara en la decisión del juez, y si por un lado acude a los juzgados con la demanda que quedarse con la custodia de los hijos, y que el padre vea a los menores cuanto menos mejor, por otro lado luego vemos a muchas mujeres quejándose de que tienen que cuidar la mayor parte del tiempo a los menores, y que no dan para más.
Si los psicólogos estudian el bienestar de las personas, no pueden mirar hacía atrás viendo como sufren los menores cuando son pequeños, sabiendo que muchos críos se aferran al cuello de su papá los domingos alternos por la tarde, sabiendo que después de la despedida pasarán dos semanas hasta volver a poder jugar con su juguete preferido, su papá. Pero cuando crecen se hace igual o más, de necesaria la figura del padre, como de la madre, y estos profesionales deberían de exigir la presencia del progenitor paterno en la vida de los menores.
Acordarse que los menores necesitan una estabilidad solo en la Navidad, es demostrar que "pasan" olímpicamente de bienestar de los niños. La autoestima de los menores no se forma solo en la Navidad, se forma día a día, día a día, los menores se siente queridos, apreciados, felices. ¿Cómo creen que se sentirán después de pasar las navidades con sus papás, de nuevo a esa triste vida del resto del año?
Fuente:
http://www.eluniverso.com/vida-estilo/2015/12/23/nota/5312202/acuerdo-alegra-hijos-divorciados
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