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- La familia moderna v/s la familia tradicional
La familia española está sufriendo y está indefensa ante todo un incompresible sistema. No puedo silenciar el sentimiento de dolor y solidaridad que cada día me invade y me revela contra tanta injusticia y padecimiento de miles de padres, madres y niños en toda nuestra geografía. No estamos en el espacio familiar de la costa conocida, nos encontramos en un espacio y tiempo enigmático para las familias, en el que la angustia e injusticia las atenaza y condiciona su mantenimiento.http://ayudaafamiliasseparadas.es/art/20130510121027/a+una+sola+voz:+jurisdicci%C3%B3n+de+familia
Publicado el 10/05/2013
Si compartís y sentís ese punto de partida, podemos avanzar en una realidad que, aunque se mueva dramáticamente en pequeños espacios domésticos, no deja de ser agraviante, injusta y discriminatoria, esa realidad es en la que se encuentran las familias cuando se da la ruptura entre sus miembros. ¿Qué pasa? ¿con qué se encuentran, están preparados, se les da una respuesta válida ante la complejidad de elementos concurrentes? ¿Quien da esa respuesta está preparado para darla, se ayuda realmente a superar el conflicto a menores y a progenitores, se tiene en cuenta la existencia en nuestro ordenamiento de un Derecho Internacional de la Familia y del Menor?
Soy consciente de la necesidad en derecho de la persona y la familia de una reforma y regulación propia, tanto a nivel sustantivo como procesal, pero ninguna como la urgente y necesaria creación de una jurisdicción de familia, propia e independiente que garantice la atención adecuada, eficaz e igualitaria para todos los ciudadanos, sin discriminación territorial alguna y bajo la garantía de profesionales especialmente preparados en esta materia que aborden adecuadamente los problemas derivados de la crisis familiar.
Deseo defender la tarea honesta de Jueces, Secretarios y demás profesionales de Juzgados Mixtos que prestigian la labor judicial en Derecho de Familia (a veces en condiciones penosas de trabajo y medios), así como de la de Abogados que responsablemente lo estudian y trabajan (sin confiarse en la falsa creencia de que es el “derecho fácil” y que cualquiera puede ejercerlo). Pero desde luego, no deseo silenciar que el actual sistema de justicia (que depende sólo de la responsabilidad personal y no de la preparación y formación institucional de sus miembros) no garantiza ni cumple con los principios constitucionales de igualdad de los ciudadanos ante la ley y ante la justicia, ni garantiza la tutela judicial efectiva de los derechos fundamentales de la persona.
Por ello, con la creación de esta Jurisdicción de Familia se conseguirá no solo que todos los ciudadanos tengan acceso a un Juez de Familia, sino además que todas las materias que se susciten sean tratadas por profesionales con conocimiento especifico y profundo de la materia, lo que propiciará unas resoluciones de calidad, donde el Juez ha contado con servicios colaboradores y auxiliares en un ámbito de indudable complejidad no solo de técnica jurídica, sino personal y humana.
Se conseguirá además una mayor seguridad jurídica y una mayor celeridad en las resoluciones (cuantas veces no hemos visto que el lento mecanismo judicial ha propiciado situaciones alarmantemente injustas o hasta favorecedoras de situaciones de hecho perjudiciales e irreversibles para menores y que se podían haber evitado con una rápida intervención judicial). Qué duda cabe que la formación y preparación de todos los operadores que intervienen en el proceso se traducirá en una mayor agilidad en el estudio y resolución de los litigios y, desde luego, se conseguirá también más coherencia y unidad en la labor interpretativa de las normas, siendo posible alcanzar criterios más homogéneos, evitándose resoluciones contradictorias, lo que generará en el ciudadano una mayor confianza en la justicia.
Engarzo esta editorial con las Conclusiones -desde la primera (año 2.003) hasta la última (año 2.012)- de los Encuentros convocados por el CGPJ con Jueces, Secretarios, Fiscales y Abogados de Familia, en los que se ha venido año tras año reivindicando por unanimidad la necesidad de la creación de esta jurisdicción especializada. En el momento actual, de cara a la realización de la reforma para la modernización de la justicia, con el establecimiento de tribunales de primera instancia colegiados, la especialización en esta materia es un objetivo prioritario.
El ánimo que me lleva en este editorial no es a modo de reflexión, sino el de no mantener ni un párrafo de complacencia con la grave situación a la que se hace oídos sordos, y para que seamos capaces todos juntos de provocar (en su doble acepción de incitar y de irritar e irritarnos por lo injusto) una actuación de continua y decidida lucha frente a la pertinaz resistencia para la creación de una justicia especializada en Derecho de Familia. Se que todos juntos podemos y que en este tema no podemos ni debemos hacer ningún ejercicio de prudencia en nuestra voz frente a nadie, incluido el legislador.
Isabel Bonilla Moreno
Bonilla Abogados
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