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jueves, 6 de noviembre de 2014

Los engaños, amenazas y chantajes que llevan a firmar un convenio

Jueves, 6 de Noviembre, 2014
El artículo fuente fue escrito por Luis Zarraluqui
En principio a todo el mundo le parece bien "llegar a un acuerdo" cuando nos enfrentamos a un procedimiento de familia.
Desde el ejecutivo se propone la mediación como fórmula milagrosa, los propios juzgados de familia animan a las partes a llegar a un acuerdo antes de entrar a los juicios, los abogados de las dos partes lo intentamos, etc... y, en muchos casos, se logran esos acuerdos. Sin embargo, no se presta suficiente atención a la situación personal y anímica en que se encuentran las partes en el momento de "cerrar ese acuerdo".
  • De ese acuerdo puede depender que el resto de sus vidas sea un calvario o no
  • a veces, también, un mal asesoramiento, hacen que en muchas ocasiones se firmen acuerdos de los que se puede uno arrepentir toda la vida.
  • Las trampas de firmar un convenio de mutuo acuerdo sin tener en cuenta las circunstancias personales en las que uno se encuentra se pueden pagar muy caras


El autor del artículo fuente utiliza la palabra trampa, pero desde aquí hemos añadido otra serie de acciones que sabemos que condicionan en especial a los hombres, los padres a la firma de un convenio regulador, a través del cual como bien dice el autor del artículo se convierte en sentencia firme que después regirá nuestras vidas y el cual no resultará tan fácil de cambiar aquellas.condiciones que hayamos acordado y firmado supuestamente de mutuo acuerdo con la otra parte.
Para comenzar hay  que destacar la desigualdad que existe para el hombre con respecto a la mujer a la hora de enfrentarse a un proceso de familia en un juzgado en el cual los hijos se encuentre por medio.
 La mujer conoce perfectamente que el juez a la hora de decidir otorgará la custodia a la madre por defecto. Es decir,  ESTÁ IMPUESTA la custodia materna en LOS JUZGADOS. No existe ley alguna que manifiesta tal afirmación y realidad, pero del aproximadamente 90% de custodias maternas que resultan en separaciones o divorcios, es la propia mujer la que bien conoce que la custodia será para ella sin duda alguna.

 - Fran sobre la custodia de Tana: ''¿Fines de semana alternos? Para no parar de vomitar''
 - Fran Rivera: "El padre todavía está mal visto, porque la sentencia es de vergüenza"

Los chantajes y amenazas que profiere una madre al  padre cuando enfrentan una separación no son muy distintas unas de otras: utilizan a los hijos para condicionar al padre a firmar aquello que ellas desean. Por supuesto que la situación fuese a la inversa no dudamos que los hombres harían lo mismo:

- Kiko Rivera demandará el "chantaje" de Jessica Bueno y pedirá custodia compartida
- Alberto Isla se atreve a denunciar que recibió amenazas con no ver a su hijo
- "Vas a llorar hasta que no tengas lágrimas en los ojos, vete preparando el dinerito"
- El chantaje con el hijo, la moneda de cambio.

Que un hombre escuche amenzas como que se llevarán a su hijo  a otro país y no volverá a tener contacto con él, o como que  si quiere ver más a su hijo tendrá que firmar aquello que la mujer quiere, o simplemente que si quiere recuperar su casa a de firmar aquello, etc., no es nada extraño en un proceso de divorcio. Eso cuando se está por la labor de "negociar", porque cuando no existe intención o interés alguno directamente la mujer sabe que si crea un ambiente de disputa y enfrentamientos con el padre de su hijo es una de las premisas que muchos jueces consideran para no conceder la custodia compartida (es una práctica judicial, sobre todo en muchos juzgados de primera y segunda instancia).
Pero es que además tienen otra herramienta a su disposición, y en este caso LEGAL. Y es la denuncia a través de la ley integral de violencia de género. El Código Civil en su apartado número 7 del artículo 92 regula que:

 No procederá la guarda conjunta cuando cualquiera de los padres esté incurso en un proceso penal iniciado por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con ambos. Tampoco procederá cuando el Juez advierta, de las alegaciones de las partes y las pruebas practicadas, la existencia de indicios fundados de violencia doméstica.
 Por lo que la mujer ya tiene conocimiento de que una simple denuncia anula la opción del juez a establecer un regimen de custodia compartida entre las partes.

Con todo este tipo de condicionante el hombre se enfrenta a un proceso en el cual de antemano sabe que parte con una gran desventaja, pero es peor aún cuando acude a un "profesional" que lo primero que argumenta es que no le conviene pedir la custodia compartida, pues convence al padre bajo su supuesta "profesionalidad" de que el juez por seguro no concederá esta medida, y es mucho más beneficioso pedir la custodia materna y solicitar un amplio regimen de visitas (humillante término utilizado por LOS JUECES para denominar la forma de relacionarse entre los menores y sus padres). Con este punto muchos "profesionales" consiguen convencer a sus clientes para que renuncien a la custodia de sus hijos, para que renuncien a sus obligaciones con ellos, hecho que un padre no es que no debiera, sino que no puede, es la primera (si utilizásemos un lenguaje machista diriamos en vez de primera "madre") de todas las obligaciones que tiene un hombre desde que es padre. El cuidado de los hijos es un derecho, pero por encima de ese derecho se encuentra la obligación con ellos.
Esta renuncia de tus obligaciones conlleva consecuencias para un futuro. La primera a nivel judicial es que posteriormente ante cualqueir modificación de medidas que se instase el juez al ver que fue el propio padre quien desistió de ejercer sus obligaciones con sus hijos, y pasó éstas a la madre a cambio de pagar una pensión de alimentos tendrá muy en cuenta el hecho para cambiar la custodia materna voluntariamente aceptada por el hombre a una compartida o paterna. Se produzca este hecho bien en un mutuo acuerdo o bien a través de un proceso contencioso (que sucede y mucho) será muy condicionante para el futuro la renuncia por parte del padre a sus obligaciones parentales a cambio de pagar un dinero a la madre para que ésta se haga cargo de la responsabilidad  de los menores. Esta sin darse cuente el padre asumiento el papel de visitante y él mismo declarando huérfanos de padre vivo a sus hijos, porque lo que  él no sabe es que toda esa declaración de voluntades que expresa la madre a la hora de firmar un mutuo acuerdo asumiento la guarda y custodia materna mediante las cuales manifiesta al padre que no se preocupe que no importa aquello que digan "los papeles", que luego podrá ver a sus hijos cuando quiera, se convierte después en un estricto tiempo que se cierne a aquello que contiene la sentencia.

También es muy habitual que el padre y la madre acudan a un letrado en común y que éste les asesore y aconseje de como llegar a establecer ese mutuo acuerdo. No tenemos más que leer dicho convenio cuando los padres vienen por la asociación los lunes por la tarde para darnos cuenta que ese abogado o bien ha sido contratado por la madre, o bien no quiere tener mayores complicaciones y lo más fácil es establecer una custodia materna, pues la madre, la mujer, tiene a su disposición muchas asociaciones e instituciones que van a decirle que no firme una custodia compartida bajo ningún concepto, pues renunciaría a la vivienda familiar así como a una pensión de alimentos por los menores.



 "No te voy a coger el teléfono y no vas a poder hablar con el niño. Yo sé que para tí Hugo es tu vida, para mi es una carga, pero voy a hacer lo imposible para quedármelo. 

Vete preparando el dinerito, voy a hacerte la vida imposible. Vas a llorar hasta que no tengas lágrimas en los ojos".




Fuente:
- La trampa de los convenios
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/abogadodefamilia/2014/11/03/la-trampa-de-los-convenios.html

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