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sábado, 17 de marzo de 2012

Demasiadas veces los padres 'golpean' a sus hijos con el mazo de la justicia

Sábado, 17 de Marzo,  2012
El decreto de mediación puede evitar juicios lesivos
- El juez Pascual Ortuño advierte de que judicializar asuntos de familia causa un ‘shock’ en el niño que marcará su vida, y piensa que la mediación debería ser “una obligación moral y ética”.
- Los padres llevan a los tribunales lo absurdo: la comunión, la ortodoncia e incluso se pelean por la genética de los dientes de leche del niño.
Los jueces aseguran que judicializar los problemas de familia es una forma de maltrato
Los jueces de familia tienen que resolver casos tan absurdos como el día de la primera comunión del niño, si debe ponerse o no ortodoncia, e incluso disputas entre ex parejas que se pelean por la genética de los dientes de leche del hijo. No son supuestos imaginarios, sino casos reales que confirman juristas consultados por teinteresa. El problema de llevar a los tribunales asuntos triviales, incluso surrealistas, no solo aumenta el atasco judicial. Lo peor es que se causa un daño psicológico y de salud al menor.
El juez Pascual Ortuño, de la Sección 12 de la Audiencia Provincial de Barcelona, se ha referido al procedimiento judicial como maltrato al menor. El magistrado opina que judicializar los problemas de casa provoca “un shock” en el niño que puede marcarle de por vida. “Al sufrimiento de tener que ir al juzgado, se añade la tragedia que rodea al problema”, explica el magistrado, que reconoce que la resolución de un divorcio puede demorarse hasta 4 años. Esto implica que un niño puede llegar a presentarse hasta 40 veces en el juzgado. “En los textos legales se repite lo del interés legal del menor, pero al final esto queda en una declaración formal”, remarca el juez, que admite que los operadores jurídicos no tienen la preparación mínima para tratar con los menores y disponer de la capacidad para saber escucharles y transmitir sus ideas.
Pero, ¿qué relación existe entre una causa judicial y el daño? Ortuño recuerda que hay estudios de pediatras que constatan que los menores inmersos en causas judiciales sufren más trastornos alimenticios (anorexia, bulimia) pueden tener dificultades en el aprendizaje, y a veces el daño psicológico puede trasladarse a lo fisiológico (caída del pelo, urticaria…).
Francisca Fariñas, catedrática de Psicología Jurídica del Menor de la Universidad de Vigo, asegura que los padres que han llevado sus problemas al juzgado se olvidan del cariño y del apoyo a sus hijos, porque la situación también es conflictiva para ellos: “El estrés permanente que sufre el niño conlleva a una merma de su sistema inmunológico y cuando las emociones son severas puede haber problemas depresivos”, expone la experta, que es presidente de la Asociación Española sobre Interferencias Familiares.
Los juristas reprochan a los padres que utilicen el sistema judicial para expresar sus diferencias y utilicen a sus hijos para sentirse ganadores en el pleito. Es situar al menor en medio del conflicto para que se posicione por uno de sus progenitores y rechazar al otro: “Un niño no está preparado para poner borrar a su padre o a su madre de su vida. Son sentimientos que les marcará para siempre”, subraya el juez Ortuño.
Gabriela Domingo, abogada y delegada de la Asociación de Letrados de Familia, opina que los jueces deberían quedar para lo último en los conflictos familiares. “En las rupturas hay un tema pasional que debería tratarse primero en la mediación. La ventaja es que se suavizan los problemas, no es el juez el que decide, sino que las partes intentan poner una solución antes”.
“Se llevan a los tribunales cosas absurdas, como las excursiones de los niños, los actos religiosos. No hay límite”, se queja Fariñas, quien advierte de que la judicialización de los asuntos de familia tiene un coste social. Por ejemplo, los niños tienen más riesgo de fracaso escolar.
Uno de los expertos consultados cuenta el caso de una pareja que discutió ante el juez por un diente de leche: “Como se le cayó el diente en casa del padre, pero la custodia la tenía la madre, pues al niño le preguntaban de quién era el diente, si de papá o mamá”.
http://www.teinteresa.es/espana/juristas-ninos-divorcios-forma-maltrato_0_664735364.html

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