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jueves, 8 de marzo de 2012

«Es la rabieta de una niña Sólo quería ir de marcha»

Jueves, 8 de Marzo, 2012
La familia de la menor que denunció a sus padres en Baeza la disculpan y niegan que la pegaran. El coqueteo con el cannabis estaría detrás del castigo
Imagen de la urbanización donde se encuentra el chalé en el que fue castigada la menor
No mucha gente en Baeza conoce a Conchi, debido a que lleva poco tiempo viviendo en la localidad. Esta joven madre reparte su tiempo entre dos trabajos: una cafetería y un servicio de teleasistencia a ancianos. Sin embargo, quienes la conocen bien, les consta que lo está pasando muy mal. «Está destrozada, con una depresión de caballo. Llorando y llorando, sobrevive a base de tilas», dicen desde su entorno cercano. Un sentimiento que también comparte Domingo, su ex marido y dueño de un taller en Úbeda. Se separaron hace seis años y comparten la custodia de su hija.
Esa la misma adolescente de 16 años, que les denunció ante la Guardia Civil durante el Puente de Andalucía, en concreto, el pasado 28 de febrero, por castigarla sin salir de casa. Y es que, a pesar de estar separados, la comunicación de la pareja es más que fluida en lo que a la educación de su hija se refiere.
El padre fue detenido e imputado por un presunto delito de detención ilegal. Con el Código Penal en la mano, los agentes tuvieron que considerar la posibilidad de que se tratara de una conducta delictiva que atentaba contra el deber familiar de proteger a un menor y así se lo comunicaron al padre. De su lado, la madre, al no oponerse al castigo, pasó a ser una supuesta colaboradora.

Revuelo mediático
Puesto en libertad con cargos el padre, el informe sobre los hechos a la autoridad judicial y a la Fiscalía de Menores para que determinen si se vulnera la integridad de una ciudadana que no tiene todavía la mayoría de edad. «Hay que constatar, mediante la investigación del juzgado, que los hechos se corresponden con los que la Guardia Civil ha denunciado», dicen los investigadores que apuntan que «no se descarta que el caso sea archivado» en el supuesto de que «se aclare que no existe indicio de delito referido a la detención ilegal». 
Ante todo el revuelo mediático que se ha generado, Conchi se muestra reacia a hablar del tema. Cree que todo se ha exagerado y no quiere que siga habiendo periodistas a la puerta de su casa. Sólo quiere seguir adelante con su vida. Con su hija. «Ha sido un caso puntual. Lo que nos ha sucedido a nosotros, le podría haber pasado a cualquier padre o madre trabajador de este país», comenta a LA RAZÓN. La madre sólo quiere defender a esa adolescente que les ha generado algo más que un quebradero de cabeza, pero para la que no guarda ni un ápice de rencor a pesar de la denuncia que hay de por medio. «Mi niña siempre ha sido obediente, una niña normal», subraya.
Los amigos de la madre comparten su opinión. «Es la rabieta de una niña», aseguran sobre su comportamiento ante la Guardia Civil. «Quería salir de marcha y ya está», añade una de las confidentes de Conchi que no duda al defender que «padres como trabajadores y entregados a sus hijos como él y como ella hay pocos. Conchi es capaz de estar trabajando dieciséis horas diarias sin parar. Si algo tiene que aprender esa niña, es de sus padres».
Aquellos que han visto crecer a la menor protagonista del suceso también mantienen que «la chiquilla es como una muñeca, pero un poquito rebelde». De hecho, fuentes cercanas al caso explican a este periódico que el padre de la adolescente, viendo que ésta se juntaba con malas compañías e iba por mal camino, decidió tomar una decisión firme: no dejarla salir de su chalé durante el fin de semana. Al parecer, según las mismas fuentes, el padre, preocupado, había hablado con los profesores del instituto para informarse del difícil comportamiento de su hija antes de dar un paso adelante y castigarla.
Y es que, al parecer, la menor habría coqueteado últimamente con el cannabis. Habría sido el contacto con esta sustancia la que alertó sobremanera a su familia y les llevó a intentar frenar en seco a su hija para que la situación no se agravara.
Cierto es que la menor acudió al cuartel de la Guardia Civil para interponer una denuncia y lo hizo presentando un rasguño en un ojo. Sin embargo, varios testigos de lo ocurrido defienden que en ningún caso el progenitor fue responsable de estas heridas, sino que «ella se las hizo de otra manera». «Ese hombre no ha tocado a su hija», explican allegados a Domingo. «Él es un padre excelente y ella una madre ejemplar». El pueblo se muestra preocupado porque «se están diciendo auténticas barbaridades».
En Baeza, los vecinos estaban convencidos de que «lo que les ha ocurrido a esta familia le está ocurriendo a la mitad de la población». Juan, dueño de un bar en la popular localidad jienense, se muestra indignado con lo ocurrido y cree que la menor «ha querido denunciar a los padres y la ley española está como está».

Un cómplice acompañó a la menor
Fuentes del caso aseguran a LA RAZÓN que la casa en la que estuvo retenida la menor estaba en construcción. Además, mantienen que ésta fue castigada durante dos fines de semana seguidos. En el primero, el padre estuvo en todo momento acompañándola. Fue el segundo, cuando permaneció encerrada en el semisotano. Aprovechó que su progenitor no estaba para huir. Con la ayuda de un amigo acudió al Cuartel de la Guardia Civil, donde interpuso la denuncia.

LA POLÉMICA
«Los padres podrán corregir razonable y moderadamente a sus hijos»

Art. 154 del Código Civil derogado en 2006 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero

La eliminación de esta frase en favor de la Ley de Protección del Menor hace que los padres pierdan autoridad sobre sus hijos y sean los Poderes Públicos quienes tutelen al menor. Por eso actuó la Guardia Civil ante la denuncia de la adolescente y detuvo a su padre tras castigarla.

Las claves del caso
1.- La rebeldía
En el entorno de la adolescente insisten una y otra vez que se trata de una chica normal que atravesaba por una mala racha.
2.- Las malas compañías
La medida adoptada por los padres es fruto de los amigos con los que últimamente se juntaba la menor y por el coqueteo con el cannabis.
3.- ¿Hubo lesión?
Aunque la joven se presentó con un hematoma en el ojo, fuentes de la investigación señalan que no se lo pudo provocar.su padre.
http://www.larazon.es/noticia/9543-es-la-rabieta-de-una-nina-solo-queria-ir-de-marcha

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