"Han sido once meses de infierno", exclamó
Nigel Evans,
diputado británico, al confirmarse su inocencia de nueve cargos de
abuso sexual en el Juzgado de Preston la tarde del jueves. El
parlamentario conservador y adjunto al moderador de los Comunes, de 56
años y abiertamente gay,
estaba acusado de violar a un joven de 22 años y de ocho actos de indecencia sexual con siete varones.
Los abusos contra los denunciantes, cuya identidad sigue protegida por la ley,
se sucedieron a lo largo de una década, entre 2003 y el pasado marzo, según se escuchó en las cinco semanas que duró el juicio. La fiscalía quiso probar que
Evans había
abusado de su poder político para forzar relaciones homosexuales,
incluida una violación, en el propio recinto parlamentario, en bares de
los congresos del Partido Conservador, en pubs rurales y en su
residencia de Pendleton, en la región del noroeste de Inglaterra que
representa en los Comunes.
Evans siempre protestó su inocencia y
ha contado con el respaldo de un buen número de colegas y rivales políticos desde
su arresto, hace once meses. En el juicio ha salido a la luz su
tendencia a beber más de la cuenta y su espíritu juerguista y ligón.
Pero también quedaron desacreditadas la serie de acusaciones a medida
que su abogado resaltaba las inconsistencias en los relatos de las
supuestas víctimas.
La violación
resultó ser una penetración consentida entre dos adultos,
según aceptó el jurado de Preston, en el norte de Inglaterra. La
defensa calificó la grave denuncia como la reacción de un veinteañero
que al día siguiente se avergonzó de hacer el amor con un hombre de
doble edad.
'No es momento para la celebración'
El resto de las acusaciones, que ahora se han probado falsas o sin
fundamento penal, se añadieron a la causa como una cadena de dominó.
Evans se suma a una larga serie de famosos que la fiscalía está llevando
al banquillo acusados de abusos sexuales y el jurado exonera de los
cargos. Muchos cuestionan ahora si estos procesos no son producto del
fracaso de la policía y el ministerio Fiscal que hicieron la vista gorda
a los numerosos indicios sobre los abusos de menores perpetrados por el
fallecido de Jimi Saville, el notorio presentador de televisión. "Es
necesario revisar el mecanismo", ha resaltado el diputado tory David
Davies.
"No es momento para la celebración ni la euforia.
No hay ganadores ni perdedores en estos casos", resaltó Evans al librarse de la pesadilla del último año. "Ya nada será lo mismo", añadió.
Evans
dimitió de la oficina parlamentaria, el
pasado septiembre, al ser formalmente acusado. Preserva su escaño en
los Comunes, aunque ha actuado como independiente estos meses. Entró en
el parlamento en 1992 - de los pocos conservadores nacidos en Gales- y
se definió homosexual en una entrevista en 2010 porque, según explicó,
estaba harto de "vivir en una mentira".
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