Jueves, 10 de Diciembre, 2015
Una pediatra norteamericana aconseja a los padres controlar a sus hijos respecto del uso que llevan a cabo con loa nuevas tecnologías. La doctora Janeth Ceja advierte de que los adolescentes o preadolescentes pueden llegar a caer en la depresión, sufrir trastornos obsesivos, y desarrollar conductas de hiperactividad o falta de atención debido a que su mente está más que pensando en este tipo de juegos o aficciones que se convierten en adicción.
Los hijos de padres separados no disponen de las ventajas u opciones de que tanto el padre como la madre puedan dedicar su esfuerzo a prevenir este tipo de conductas. Un adulto debe contenerse por si solo, la madurez de los años ha de repercutir en el él o ella deban de saber contenerse ante ciertos caprichos. Pedir esto mismo a jóvenes que entran en la adolescencia es demasiado, necesitan límites, otros distintos a la etapa de la infancia, pero son límites de igual manera. Con los años se vuelven más pillos también, y aprenden perfectamente donde están las debilidades de sus cuidadores para eludir las mismas. La madre pide la custodia materna y se muestra contraria a que el padre contribuya en la ayuda de la educación de los hijos, pero no es consciente de que los menores necesitan tiempo, que no solo se trata de cambiar pañales cuando están manchados o dar biberones a las horas debidas. Con los menores hay que estar atentos siempre, y no es una labor sencilla, conforme van creciendo van necesitando otro tipo de atenciones, y lo mismo que un trabajador no rinde lo mismo en su puesto de trabajo si trabajo 6 horas que si trabaja 12, el oficio de padre o madre es al mismo tiempo igual, pues si la tarea es repartida, el descanso del trabajador conllevará que la ejecución de su labor repercuta en la calidad de su tarea.
Vemos muchos niños que pasan horas y horas encerrados en las habitaciones, madres que han pedido la custodia,, y el juzgado a colaborada imponiendo como práctica la custodia materna, y con un resultado de un fracaso escolar significativo que se achaca a los hijos de padres separados. Niños pequeños problemas pequeños, niños más grandes problemas más grandes. Pero lo peor es que las consecuencias de ese mal trabajo desempeñado las padecerán los menores. Los adultos tienen hecha su vida, pero no es justo que los jueces colaboren en desamparar a los niños de una de sus figuras principales. Son las dos quienes mantienen la obligación de protegerles, cuidarles, y mirar por su bienestar, y éste no pasa solo por tener un techo donde cobijarse, y alimento todos los días, hay otras labores que no se tienen en cuenta, y de las cuales no se exige resultados ni se valoran, pues no es sencillo. Pero si por contra les resulta muy sencillo a los jueces alquilar todas las obligaciones de 2 personas a una sola, a cambio de unas retribuciones económicas sin exigir resultados a cambio. Es una empresa que funciona mientras cumpla años, así tenemos un índice de fracaso escolar tan elevado, y muchos menores que se han apartado sobre todo de su figura paterna, pues si resulta que llega un visitante y pretende imponer las normas que a diario no se siguen, lo más sencillo es colaborar para dejar de ver a este señor. Esa es la forma de actuar de muchos menores, algunas madres colaboran con ellos, pero lo triste es que la justicia que se supone debe proteger el interés de los menores lo consiente y permite.
Por desgracia no son pocos los progenitores que encuentran el aliado perfecto en las nuevas tecnologías para conseguir el rechazo del otro del menor. Yo te permito lo que la otra parte no, y nadie se mete.
Fuente:
Familias: ¿Unidas o separadas por la tecnología?
http://www.laopinion.com/2015/12/09/unidos-o-separados-por-la-tecnologia/

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