Por primera vez en la historia de la Humanidad, en los países desarrollados, mientras las mujeres, tras siglos de lucha, están logrando situarse en el lugar que legítimamente les correspondía conforme a su dignidad y derechos, los hombres parecen estar desubicados. Los cambios inducidos por el feminismo radical han dejado tras sí un paisaje social irreconocible, propiciando modificaciones que generan cierta confusión, como el rol del hombre en la sociedad actual. Estudios, estadísticas e informes avalan que los varones se han convertido en el nuevo «sexo débil».
Aunque vivamos aún en una sociedad dominada en gran medida por los hombres, las transformaciones en el mundo infantil son ostensibles, y no siempre para bien. Los varones sufren una grave crisis de identidad desde que comienzan a tener conciencia de sí mismos. Las pautas de comportamiento, exigencias, preferencias y habilidades femeninas son consideradas prioritarias e ideales para un entorno escolar que presume las manifestaciones de masculinidad como nocivas para el correcto desarrollo personal. El estilo femenino de actuación se ha impuesto hasta tal punto que se ha producido un visible retroceso en los niños, en los jóvenes varones. Sus intereses no son valorados y las tendencias de su comportamiento innato no son toleradas. No se comprenden, y por lo tanto no se respetan, su introspección, sus actitudes en apariencia desafiantes, la asunción y pasión por el riesgo, su impulsividad… Se fomenta, de forma consciente o no, su feminización. En este ambiente social y educativo crece toda una generación de individuos carentes de la también favorable dimensión masculina. Niños incomprendidos que engrosan las estadísticas de fracaso escolar, con problemas de conducta, depresiones, consumo de drogas en los casos más extremos, hiperactividad, etc.
El presente libro de María Calvo pone sobre la mesa una realidad candente pero ignorada hasta la fecha, explicando las causas que han llevado a la misma y aportando soluciones que nos interesan y conciernen a todos, en el necesario y sano afán de construir una sociedad mejor, más integrada, equilibrada y plena.
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