CUSTODIA PATERNA: Diez años para la mujer que obligaba a prostituirse a su hija

domingo, 15 de septiembre de 2013

Diez años para la mujer que obligaba a prostituirse a su hija

Domingo, 15 de Septiembre, 2013
SIRIA

24 de abril de 2013
María Celia Tello obligaba a su hija menor a trabajar sexualmente en un local de El Challao. La mujer es de Palmira y atacó con un cuchillo a su hijo cuando éste fue a denunciarla.

María Celia Tello ya estaba detenida; ahora deberá cumplir con la condena que recibió ayer.
María Celia Tello vivió en Palmira hasta octubre de 2011, cuando quedó detenida por la policía. La mujer fue llevada a juicio hace días, acusada del delito de promoción de la prostitución en perjuicio de su hija de 16 años, a la que obligaba a realizar trabajos sexuales en un prostíbulo de El Challao y a quien también le conseguía clientes en el casino de San Martín.
Ayer, María Tello escuchó la sentencia y fue condenada a 10 años de prisión, pena que resultó cercana a los 13 años que había solicitado la fiscal, María Fernández Poblet, durante los alegatos. Por su parte, la defensora oficial, Verónica Manrique, que había pedido la absolución de su defendida por el beneficio de la duda, adelantó que apelará la sentencia.
Según relató la víctima, que hoy tiene 18 años y vive en pareja, los hechos por los que su madre resultó condenada ocurrieron en 2011, en marzo y durante seis meses, hasta que un hermano de la menor se enteró de lo ocurrido y denunció a la mujer.
En ese tiempo previo a la detención de Tello, la menor estuvo realizando trabajos sexuales en el prostíbulo Eros, de El Challao, al que su madre la llevó y presentó con fotocopia del documento de otra persona, mayor de edad.
La chica contó a los jueces que solía cobrar por semana 4.000 pesos y que esa cifra dependía de la cantidad de clientes que atendía. Además, la menor era llevada por su madre al casino de San Martín, donde la entregaba a algunos clientes que conocía para que tuviera sexo por dinero.
"Esa plata, sumada a la que la hija traía del prostíbulo, la mujer solía gastarla en el mismo casino", explicaron en la Segunda Cámara del Crimen de San Martín, donde se realizó el juicio.
El jurado estuvo presidido por Viviana Moricci e integrado por los jueces Jorge del Pópolo y Armando Martínez, quienes escucharon el testimonio de la víctima, el de familiares y el de peritos que se entrevistaron con la menor y que señalaron al tribunal que el relato que hizo la chica era creíble y que no fabulaba.
"La declaración de la chica ante el tribunal fue precisa, llena de detalles sobre lo ocurrido, por lo que su testimonio seguramente ha sido decisivo para el fallo al que llegaron los jueces", comentó la fuente.
También declararon durante el juicio dos de los encargados de Eros, que en 2011 trabajaban en el lugar. Dijeron que recordaban a la menor, que su nombre de fantasía era Salomé, pero aseguraron que en el lugar no había relaciones sexuales entre las chicas y los clientes, aunque admitieron que había bailes eróticos, baile en el caño y reservados. "Lo que las chicas hacían fuera del local es otro tema", dijo uno de ellos.
Durante los meses en que la menor fue incitada por su madre a prostituirse en El Challao, María Tello les dijo a sus conocidos -incluso a su esposo, del que luego se separó- que la chica viajaba seguido desde Palmira a Mendoza porque había conseguido trabajo cuidando a una mujer mayor.
En el mes de setiembre, la chica habría escuchado en el prostíbulo que había planes para llevarla a Buenos Aires y esa situación es la que habría terminado de asustarla y de convencerla de que debía contar lo que le estaba pasando. Entonces decidió hablar con un hermano, quien terminó radicando la denuncia contra su madre.
La defensora oficial de Tello buscó demostrar que no había elementos para condenar a su defendida, ya que, según explicó, en el local de El Challao donde la chica dijo que hacía trabajos sexuales por dinero no podía haber prostitución, ya que el lugar estaba habilitado por la Municipalidad como night club y era controlado por la Policía.
Luego de haber deliberado durante dos horas, el tribunal dictó sentencia y María Celia Tello fue condenada a diez años. "En este tipo de casos, por lo general no hay pruebas concluyentes para llegar a una condena y los jueces deben hilar una serie de indicios, que son los que permiten corroborar que el delito existió", cerró la fuente.