ECUADOR
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El hombre también denuncia maltrato dentro del hogar
Hay quienes acuden para denunciar que son víctimas de maltrato en sus hogares y otras mujeres lo hacen porque no reciben la pensión alimenticia a tiempo. Pero en medio de ellas es cada vez más frecuente encontrarse con hombres que buscan alguna ayuda legal frente a la violencia intrafamiliar. Entre enero y junio de este año, por ejemplo, se receptaron 4 101 quejas de este tipo a escala nacional. Es decir, es el 14,39% con relación a los casos de mujeres violentadas, según las estadísticas de la Dirección de Género del Ministerio del Interior. Uno de estos casos es el de Ismael R., de 35 años, quien hace cuatro meses denunció a su exesposa. Con cierta timidez, él contó que sufría agresiones físicas, verbales e incluso acoso. "En un momento de la relación todo fue insoportable. Ella siempre buscaba cualquier excusa para agredirme con golpes o palabras como: no sirves para nada, lárgate que no vales y cosas peores". Amparito Zumárraga, jueza de la Unidad Judicial de Violencia contra la Mujer y Familia número 5 de Pichincha, mira como positivo que los hombres opten por denunciar. "Lo hacen porque se cansaron y están rompiendo el estigma social. Además, que se empieza a eliminar los estereotipos". Solo en esa unidad judicial, en su primer mes y medio de funcionamiento, se registraron 107 denuncias, de las cuales 14 correspondieron a hombres. Según Margarita Ortega, también jueza de la unidad número 5, el trato que se da a estos casos es igualitario para hombres y mujeres. "No existe ningún tipo de discriminación por género. La mayor parte de hombres que denuncian es por violencia física que han recibido de la mujer. Pero existen casos de violencia de padre a hijo o viceversa". Jenny Pontón, experta en violencia de género e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, explica que aún es mínimo el número de hombres violentados que deciden denunciar. "Puede deberse al pensamiento machista que prima en la sociedad. Los hombres no denuncian porque pueden ver amenazada su masculinidad y su poder en la familia, sintiéndose débiles y avergonzados ante la sociedad". No descarta que haya "cifras negras" de hombres que no denuncian porque no son conscientes de que son violentados, aparte de que desconocen la ley. Aquello le ocurre a José T., de 47 años. "Mi mujer no me pega, pero sí me maltrata". Él cuenta que desde que conoció a su esposa, ella mostró un carácter fuerte y es una de las razones por las cuales se enamoró. "Con el pasar de los años teníamos problemas porque ella quería tener siempre la última palabra. Cuando empecé a opinar, las agresiones verbales aparecieron". Lleva 27 años de casado y, pese a los problemas, no ha denunciado porque considera que eso afectaría a su familia y teme ser criticado por esa decisión. Justo por esa situación, Margarita Carranco, coordinadora del Colectivo Feminista Nosotras, cree que deben denunciarse los casos de violencia en el hogar. "Como feministas somos enemigas de la violencia venga de donde venga, por lo que no se debe desconocer si el hombre es agredido. La ley es para todos y si el hombre o los hijos son agredidos deben denunciar". Pero Carranco insiste que muchos no lo hacen por vergüenza, por patrones culturales y "porque se ha naturalizado que las afectadas sean las mujeres". Para la psicóloga Yolanda Sevillano, este tipo de violencia no solo afecta a la pareja sino que trasciende al resto de la familia. Asegura que "no solo se trata de la pareja y los hijos, sino también involucra al resto de parientes". Esta especialista tiene una receta para frenar este tipo de violencia: educar, prevenir e incentivar el diálogo entre la pareja y la familia. Cuando se da este tipo de denuncias, el juez puede otorgar medidas de amparo si son necesarias, Luego viene la audiencia de conciliación, las partes exponen sus argumentos. Se busca un análisis equitativo y por último las resoluciones pertinentes al caso. Tras la denuncia, Ismael R. recibió una boleta de auxilio. Así se determinó que su exesposa no podía acercarse ni llamarle por teléfono hasta el día de la audiencia de conciliación. Consejos No se deje chantajear ni amenazar. Aquello también es considerado como violencia psicológica. La violencia intrafamiliar es cíclica por lo que una de las partes debe poner un alto ya sea con diálogo, ayuda de un experto y, de ser necesario, asistencia legal. Si es víctima de violencia intrafamiliar, acérquese a cualquiera de las unidades judiciales en el país. Cada caso se trata con absoluta reserva. En Pichincha existen seis unidades judiciales. Una de estas se encuentra en la Juan León Mera y Veintimilla, centro norte de Quito
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