Carmen Posadashttp://www.finanzas.com/xl-semanal/firmas/carmen-posadas/20140720/club-segundas-esposas-7421.html
A raíz de la reedición de mi libro El síndrome de Rebeca, que habla de cómo influye la sombra de un amor anterior en la vida de una persona, he tenido oportunidad de conocer a Maite. Ella junto con su «compi de fatigas», como muy gráficamente la denomina, han fundado el colectivo de las Segundas Esposas. La idea es dar visibilidad a un problema que pasa del todo inadvertido en la sociedad de hoy, a las situaciones grotescas, increíbles y casi siempre injustas que se producen como consecuencia de los dictámenes de ciertos jueces de familia después de una sentencia de divorcio. He aquí algunos casos. Elena Porras, que ha escrito un libro titulado Calla y paga, explica en él cómo su novio, que está divorciado, al quedarse en el paro solicitó modificar la pensión que hasta entonces pasaba a su ex. El juez no solo no la disminuyó, sino que decretó que, si él no tenía dinero, debía ser Elena quien pagase algo que tiene todos los visos de ser ilegal, puesto que no se puede obligar a alguien a pagar deudas que no son suyas.
El caso de E. aún es más increíble. Su marido también perdió su trabajo. La sentencia de divorcio de su primer matrimonio lo obligaba al pago de la hipoteca de la casa en la que ahora vive su hijo con su ex y su actual pareja. Muy bien, pues resulta que E., que acababa de dar a luz gemelas, se encuentra ahora con el siguiente panorama. La jueza, al no poder el atribulado padre hacer frente a su compromiso por estar en paro, ha embargado el finiquito de la empresa en la que él trabajaba y también su prestación por desempleo sin tener en cuenta para nada a las dos recién nacidas de su unión con E., que, según esto, deben de ser hijas de segunda clase o algo así. Otro caso curioso es el que se produce con las herencias. Al morir su suegra, M. se llevó la sorpresa de ver cómo el dinero que recibió su marido fue a parar íntegro a su ex para gastos del hijo mayor, mientras que los habidos en el segundo matrimonio no recibieron nada. Como consecuencia de todas estas situaciones, la vida de muchos hombres divorciados está actualmente tan judicializada que parece una carrera de obstáculos. Organizar unas simples vacaciones es toda una odisea y no digamos hacer un viaje al extranjero, puesto que acontecimientos como estos se prestan siempre al chantaje: «O me das esto y lo otro, o el niño no se mueve de casa, etcétera».
Como es fácil de deducir, casos como los que acabo de reseñar son efectos colaterales de injusticias anteriores. Después de que la ley favoreciera durante siglos los derechos de los hombres frente a los de las mujeres, ahora nos hemos ido al otro extremo del péndulo. Al producirse un divorcio, se tiende a discriminar positivamente a favor de la que se considera la parte más débil, es decir, la mujer. Por supuesto eso está muy bien, pero siempre que se haga con criterio, y no como norma sin tener en cuenta las circunstancias de cada caso. Al final, como bien dice Maite, las discriminaciones son siempre horribles, aunque sean positivas. Pero lo más lamentable, a mi modo de ver, es la santa omertá o ley de silencio que parece haberse instaurado alrededor de este problema. Algunas voces se han alzado para denunciarla, pero, hasta ahora, con poco éxito. Existe, por ejemplo, una Plataforma Ciudadana por la Igualdad, liderada por un juez sevillano, pero su labor se ha visto seriamente amenazada por los lobbies feministas más furibundos.
Hace apenas unos días, una sentencia pionera ha dado la razón a un padre que reclamaba que se pagase a medias el viaje de su hijo para pasar con él los días que le correspondían. Y es que la madre se había mudado con el niño y su actual pareja a la otra punta de España y a él le costaba una cantidad considerable poder ver a su hijo un día laborable y fines de semana alternos. ¿Es posible que sea noticia algo que debería ser completamente normal? Por todo ello, me gustaría aportar mi granito de arena y decir que las mismas injusticias que nosotras hemos sufrido en el pasado las están padeciendo ahora algunos hombres. No todos, ni siquiera la mayoría, pero un tema tan sensible como es todo lo que atañe a los hijos bien merece que se estudie caso a caso y no estandarizar dando por supuesto que la razón la tiene siempre una de las partes..
Con relación a la temática de la entrada, recientemente se ha publicado una artículo en El Mundo:
- La sombra de la ex: ¿segunda esposa o esposa de segunda?
La problemática que surge al hombre cuando intenta rehacer sentimentalmente su vida después de pasar por un divorcio o una separación es muy variada y en algunos casos muy traumática, y más cuando hay hijos de por medio. El hombre queda condicionado en muchas ocasiones a ser mantenido por su nueva pareja, o a incluso plantearse si es sensato volver a tener un nuevo hijo, pues las medidas que adoptan los jueces no contemplan que las pensiones de alimentos que marcan hacía sus hijos, más en muchas ocasiones, la imposición del pago de la mitad de la hipoteca (o incluso en su totalidad, pues no en pocas ocasiones la vivienda familiar es propiedad exclusiva del hombre, y éste no sólo es condenado a salir de su propia vivienda sino que también mantiene la obligación de seguir mantiendo sus gastos, aparte de tener que procurarse un nuevo techo para viivr o incluso para cobijar a sus hijos cuando estén con él los miserables 4 días al mes que con normalidad condicionan la relación paterno-filial) conlleva que el hombre, el padre, quede en una situación económica insostenible, lo que en muchos casos termina con muchos hombre en la indigencia. No son pocos los casos en los que el hombre para atender las necesidades de un nuevo hijo tendría que verse obligado a incumplir con la pensión de alimentos impuesta a los hijos del primer matrimonio, que en muchos casos es desorbitada y exagerada y que crea una situación de conflicto y enfrentamiento entre los miembros tanto de la nueva unidad familiar como con los de la anterior, culpando al padre muchas veces de querer más a unos hijos de otros, de haber abanado a sus hijos por los otros o querer más a éstos que a ellos. Situaciones que por desgracia son muy habituales. Las pensiones compensatorias a las ex, también son otro condicionante más para que el hombre pueda rehacer sentimentalmente su vida junto a una nueva pareja. Incluso en el estado de Florida, en los Estados Unidos, se han organizado para intentar exponer y resolver parte de estos problemas: Florida: Intentan modificar las leyes que regulan la pensión compensatoria (en este enlace se encuentra la misma entrada pero traducida al español)
Del caso del periodista Jorde Estadella, ya fallecido, existen multitud de noticias por la disputa de la herencia y diversos problemas entre sus viudas:
- Las 'viudas' de Jordi Estadella, en pugna por la pensión
Exsten ya muchos programas de televisión y radio que dedican una parte de su espacio a esta problemática:
- Derecho hablar con las segundas esposas 220514
- SEGUNDAS ESPOSAS Ondas y radios2000
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- Segundas esposas.mpg
.Las segundas esposas se alían
- Segundas esposas. Pensión de viudedad y segundas esposas. Espejo Público
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