El magistrado publica una guía básica con recomendaciones prácticas para abordar de la mejor forma un proceso de ruptura matrimonial
«Somos una sociedad muy divorcista, pero con muy poca experiencia»
Durante sus doce años como juez de familia ha dictado unas 10.000 sentencias de divorcio. Los muchos casos de rupturas matrimoniales que ha tenido entre sus manos han dado a José Luis Utrera Gutiérrez la suficiente experiencia como para recoger en un libro una serie de recomendaciones sobre lo que se debe y no se debe hacer. Con 'Guía básica para un buen divorcio', el juez Utrera quiere ayudar a las personas que transitan por ese momento de su vida para que lo hagan de la mejor forma posible para ellas y sobre todo para sus hijos. El manual parte de la premisa de que lo malo no es divorciarse, sino divorciarse mal.
¿Qué se pretende con esta guía?
Sobre todo ayudar a las personas que tienen que pasar por un divorcio o ruptura de pareja de hecho, aportándoles mi experiencia como juez de familia en 10.000 divorcios. Y sobre todo, la finalidad es evitar los costes emocionales de un mal divorcio, porque el divorcio, en sí mismo, no es malo, lo malo es divorciarse mal.
¿Qué cuestiones aborda en este manual?
Tiene una doble vertiente: una jurídica-legal y otra que aborda el divorcio desde una perspectiva psicológica, que ha aportado María Ángeles Peña, psicóloga del juzgado de familia. Estos procesos tienen un componente emocional importante. Yo creo que es la primera guía que hay en el mercado que aborda el divorcio desde esa doble perspectiva.
Lance desde aquí una recomendación fundamental para una pareja que quiera divorciarse
En primer lugar es fundamental que dialoguen, que hablen y que, en la medida de lo posible, traten de controlar esos sentimientos de ira, desamor, venganza y abandono que los embargan. Y segundo, que coloquen a sus hijos por encima de sus intereses personales. En tercer lugar, asesorarse con un buen abogado especializado en estas cuestiones, que tenga capacidad de negociación.
¿Cuáles son las consecuencias de un mal divorcio?
Además de los costes emocionales, los problemas que se presentan después del divorcio. La falta de diálogo, por ejemplo, cuando hay que tomar decisiones que afectan a la patria potestad de los menores. Como juez, los ex cónyuges me han pedido que decida yo sobre la elección del colegio, si el niño hace o no la primera comunión o si debe conducir un ciclomotor. El juez no tiene una varita mágica; son ellos los que deben tomar la decisión.
¿Cuántas rupturas se tramitan de mutuo acuerdo en Málaga?
Son la mayoría, en torno al 75%. En España somos una sociedad muy divorcista: de cuatro matrimonios tres acaban en divorcio. Estamos por encima de la media europea, aunque tenemos poca experiencia, poca cultura de divorcio. Por ejemplo, interpretamos como una muestra de desconfianza o de falta de afecto el hecho de que antes del matrimonio la pareja pacte un régimen económico y de cautelas legales. Eso no ocurre en otros países.
¿Cuánto dura como media un matrimonio?
Unos seis años. El matrimonio empieza a hacer aguas cuando termina su fase más lúdica. Después del primer hijo suelen empezar los problemas de convivencia.
http://www.diariosur.es/20090620/malaga/jose-luis-utrera-gutierrez-20090620.html
Los jueces solicitan terapeutas para tratar a las parejas hiperconflictivas
El 20% de los matrimonios que se divorcian transforman su relación en un vínculo
patológico dominado por la disputa crónica • Los magistrados avisan de la
necesidad de proporcionarles asistencia psicológica
ENCARNA MALDONADO / MÁLAGA ACTUALIZADO 20.06.2009 - 01:00
Los jueces de Familia de Málaga han reclamado a la Consejería de Justicia que cree un servicio de atención terapéutica a las parejas hiperconflictivas. Los magistrados han constatado que entre el 15% y 20% de los cónyuges no sólo saldan sus diferencias amistosamente, sino que cronifican sus diferencias hasta convertirlas en una guerra viva y mantenida en el tiempo.
El titular del Juzgado de Primera Instancia número 5, José Luis Utrera, señala que los informes que realizan los psicólogos judiciales son "radiografías del conflicto en el que siguen instaladas" las partes, por lo que cree imprescindible que se sometan a terapia para afrontar los malos hábitos de conducta. Se trata de parejas "que no llegan a romper la relación, sino que la transforman convirtiéndose en una relación patológica porque "no se supera el duelo de la ruptura y se quedan enganchados en el conflicto".
Las disputas, que no entienden de nivel cultural ni económico, alcanzan dimensiones de la magnitud de acudir al juzgado para que impongan un régimen de visitas hospitalario a los progenitores de un niño enfermo de leucemia. "Incluso he tenido que decidir si un menor con una enfermedad grave se sometía a una intervención quirúrgica aquí, en el Carlos Haya, o en una clínica de Barcelona".
Utrera, que acaba de publicar Guía básica para un buen divorcio editado por Ediciones B, reconoce que ha tenido que lidiar con situaciones que rayan el absurdo a causa de las disputas crónicas. Uno de estos episodios lo marcó una comunión en la que primero tuvo que dirimir si una menor recibía o no el sacramento para después determinar la proporción de familia materna y paterna que podían ocupar el banco de la iglesia reservado a familiares y, finalmente, dividir los horarios de la celebración. Porque la niña tuvo dos fiestas, con sus dos tartas, dos sesiones fotográficas y dos tandas de regalos.
Entre el 70% y 75% de las separaciones en Málaga se realizan ya de mutuo acuerdo, diez puntos por encima de la media nacional, gracias a la batería de medidas incorporadas por los juzgados especializados, entre las que figuran la elaboración de unas tablas orientativas para establecer las pensiones alimenticias y un servicio de mediación intrajudicial para apurar hasta la última posibilidad de llegar a un acuerdo consensuado.
En este sentido, Utrera precisa que el 80% de las disputas las originan las pensiones alimenticias para menores, de ahí que contar con unas reglas homogéneas para fijar las cantidades sea un elemento tranquilizador para los cónyuges en proceso de separación. Más del 10% de las peleas judiciales están relacionadas con la custodia de los hijos y el resto por cuestiones diversas como el reparto de los bienes o el uso del domicilio familiar.
Doce años de experiencia como juez de Familia en Málaga convierten al titular del Juzgado de Primera Instancia número 5 de Málaga en una autoridad cuando afirma que "el problema no es divorciarse, sino divorciarse mal". En este sentido, el libro, de contenido especializado pero estilo muy divulgativo, hace recomendaciones tan elementales como la importancia de dialogar y no dejarse llevar por los sentimientos de ira, despecho y venganza, de manera que el conflicto se pueda controlar y encauzar para no convertir a los hijos en munición.
También es importante saber elegir abogado. En este sentido aconseja acudir a un letrado especializado en procesos de familia y nunca a un pariente o familiar "porque pone más emotividad y carga personal en el conflicto". Incluso es saludable preparar el divorcio antes del matrimonio. Por ejemplo, elaborar un inventario previo de los bienes para evitar peleas por "un visón, las joyas o una colección de vinilos".
Este trabajo preventivo en opinión de José Luis Utrera no es baladí. "El 75% de los matrimonios que se celebran fracasan. España tiene la tasa de divorcios más alta de Europa".
Otro punto relevante es conocer cómo es un juicio de Familia para que no pierdan los nervios ante el abogado contrario ni llamen como testigos a los familiares "porque el juez le dará poca importancia a su testimonio" y, sin embargo, los parientes, que con frecuencia asumen un papel de mediador informal entre las partes, perderán esa condición al tomar partido de forma tan activa.
Respecto a los niños, los grandes perdedores de las batallas de la pareja, el magistrado recuerda que se debe tener en cuenta que pocas veces declararán si tienen menos de 8 años y que, en ningún caso, debe ser preparado o mediatizado porque el tribunal lo descubrirá como, por ejemplo, cuando cuestionan al juez por qué no les pregunta con quién quiere vivir. "Al final los hijos son los más razonables porque lo que quieren es que sus padres vivan juntos y si no al menos que no se peleen".
Guía básica para un buen divorcio también pone el acento en la necesidad de conocer el alcance de la patria potestad. "El progenitor no custodio no es un convidado de piedra", sino alguien que también interviene en decisiones como un cambio de domicilio, un traslado fuera de la localidad o la salud.
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