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martes, 1 de marzo de 2011

Un calvario de mil kilómetros para una niña de dos años

Una sentencia obliga a una madre vitoriana a llevar a su hija a Barcelona cada quince días para que esté con su padre 27 horas entre sábado y domingo
27.02.11 -JUAN C. BERDONCES, VITORIA
Luis revisa los escritos judiciales
Chiara es un niña de poco más de dos años que cada dos sábados, de madrugada, se sube al coche de su abuelo en Vitoria con destino a Barcelona. Por delante, más de 500 kilómetros por carretera -otros tantos de vuelta, claro está-. Tiene que llegar a la Ciudad Condal antes de las doce del mediodía para pasar el fin de semana con su padre, en concreto 27 horas, hasta las tres de la tarde de domingo.
Así lo fija una sentencia de un juzgado de primera instancia de Barcelona, a la que ha tenido acceso EL CORREO. «No es lógico. Hay que pensar en la niña, que es pequeña, y meterla siete horas en un coche no es lo mejor. Se cansa, a veces quiere jugar, otras comer, si tiene sueño no puede dormir bien, se cansa...», relata el abuelo materno, Luis Retuerto, que también sufre el calvario que supone tanto viaje.
Él se encarga de ejercer de chófer, «ya que el coche es la mejor opción, nada de tren o autobús. Suelen venir conmigo mi mujer y también mi hija». Y es que el fallo judicial obliga a Begoña, la madre, a acompañar a la pequeña hasta Barcelona y encargarse de «entregarla y recogerla en el domicilio» de Rafael, el padre. Una situación «violenta» porque entre los dos adultos la relación es mala, «no se puede decir que inexistente, pero casi, si no fuera porque está la niña», matiza el preocupado abuelo.
De hecho, la propia magistrada barcelonesa declaró también la disolución del matrimonio celebrado en Vitoria en septiembre de 2007. Un año después, en concreto el 17 de septiembre de 2008, nació Chiara, ya con la familia establecida en Barcelona. Pero durante el embarazo Begoña sufrió agresiones físicas y verbales de su marido, según expuso en su denuncia del pasado 4 de febrero en el juzgado de violencia sobre la mujer de la capital alavesa. Rafael le llegó a dar «una patada en la tripa», relata, que ella no sabe si fue casual, y también le dijo que quería «divorciarse» y que «abortase». Aunque al cabo de unos días el hombre «se arrepintió y le pidió perdón».

Problemas con la pensión

No fue el único episodio conflictivo. Begoña recibió insultos como «hija de puta» y el abuelo añade, «porque lo he vivido, que es un celoso empedernido».Rafael «se fue en más de una ocasión de casa», relata Luis. La separación definitiva llegó en diciembre de 2009. La versión del marido es bien distinta. «Cuesta creer que la señora Retuerto pretenda presentarse como una víctima de violencia doméstica ya que no tiene reparo alguno en presentar frívolamente denuncias ante la correspondiente comisaría», ha relatado su abogada en el juzgado.
Tras el divorcio, «a mi hija le despidió Rafael -tenían una empresa y él era administrador-, empezó a sentir miedo porque él merodeaba por el garaje donde guardaban el coche y las motos y se vino a Vitoria, a mi casa», a mediados de 2010, explica el abuelo. En septiembre comenzó la disputa legal por la hija cuyo último episodio es esta sentencia.
La custodia de Chiara corresponde a la madre, que decidió trasladar su residencia a Vitoria por el apoyo familiar, pero que podía seguir viviendo en Barcelona. De ahí que el fallo judicial obligue a Begoña a viajar a la Ciudad Condal y rechaza la petición de la madre de buscar una ciudad intermedia para que la niña pase el fin de semana.
La pensión también ha generado conflictos. Rafael debe ingresar 500 euros mensuales en concepto de alimentos cuando ella, ahora sin empleo, pide hasta 1.360.
http://www.elcorreo.com/alava/v/20110227/alava/calvario-kilometros-para-nina-20110227.html

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