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domingo, 9 de febrero de 2014

Cómo desenvolverse en la jungla masculina: los tipos de hombres que te la lían

Domingo, 9 de Febrero, 2014
No sólo el mentiroso compulsivo es la clase de hombre que puede acabar con tu vida
Si nos permitimos reducir a los esquemas más simplones al género femenino con el fin de echarnos unas risas, debemos ahora hacer lo propio con el género masculino. Sería muy injusto hacer humor sobre ellas y no sobre ellos, que también tienen derecho a identificarse y saberse víctimas –como todos lo somos– de los estereotipos más esquemáticos.
Además, tampoco sería ecuánime otorgarles a ellos una guía –precisa, fidedigna, contrastada– de las mujeres que deben evitar y, por el contrario, dejarlas a ellas desamparadas, sin pautas a seguir, perplejas ante la jungla de hombres que se despliega ante sus ojos. Así, aquí van los principales tipos de chicos que debes evitar por tu propio bien.
1. El celoso compulsivo
Parece amable, pero es controlador: no te dejes engañar. “No te preocupes, que yo te acerco”, “¿Con quién has quedado exactamente?”, “Ah, pues te recojo yo aunque me venga fatal, no te preocupes, princesa”. Todo eso puede ser síntoma de caballerosidad, en efecto, pero también de que tu novio es un posesivo camuflado y quiere saber exactamente dónde te deja y con quién o dónde te recoge y en qué estado. Te llama, te escribe sin cesar cuando quedas con tus amigos… no te observa: te vigila. Y no es atento, es un poco psicópata. ¡Huye!
2. El que es más chica que tú
Llora con Love Actually, te pide que le des mimos, le encanta que os hagáis fotos de pareja para subirlas al Facebook y te llama “capullito de alhelí” –bueno, quizás no eso, pero algo similar– delante de todo el mundo. Como su contrapartida masculina (“el que es más chica que tú”), es un rol muy legítimo y, oye, si tú lloras con El diario de Noa, por qué no va a poder llorar él. Pero si sientes que eres un poco su mamá y que nunca puedes apoyarte en él porque es demasiado susceptible quizás debas, con cortesía y cariño, decirle adiós.
3. El presuntamente misterioso
Este chico oculta misterios insondables. Normalmente está en contacto con las fuerzas de la naturaleza –pero no es hippie: éste se ducha–, lee mucho, escribe poemas, se siente trascender y habla con aforismos, tipo: “La luna nos quiere decir algo pero no sabemos qué”. Pues bien, el misterio insondable de este chico es que, en realidad, y muy a tu pesar (porque es muy guapo), es tonto. Pero rematadamente tonto. Por eso habla con aforismos: le cuesta desarrollar una idea de más de una frase. Y por eso está en contacto con las fuerzas de la naturaleza: es lo que responde cada vez que no sabe qué decir. Que es siempre. Para un par de polvos puede estar bien (porque es muy guapo), pero para todo lo demás, déjalo.
4. El que te idolatra
Eres la luz que ilumina su camino, su estrella polar, su norte, su vida. Tú eres perfecta y todo problema en la relación es un error suyo por el que se fustigará durante noches. La idolatría, en una cantidad limitada, está muy bien en las relaciones. Pero que haga de ti su imagen a venerar es, más que nada, muy aburrido. Lo divertido es que se meta contigo, que te toque sin pudor y que se ría de ti un poco. Si te ha subido a un altar distante y no eres capaz de bajar de ahí, no lo prolongues demasiado. De lo contrario será demasiado tarde, ya que la caída de una religión es algo muy duro para cualquier fiel.
5. El hippie
Para un verano es divertido. Toca la guitarra, lleva rastas, come hierba y está lleno de arena. Pero, insisto: este chico no da para más de un verano. Para empezar, las rastas y la arena son sumamente antihigiénicas. A la guitarra –pronto lo descubrirás– sólo se sabe tres canciones que va alternando, y lo que él llama libertad es en realidad inacción y un estado de vacaciones perpetuas que no es tan divertido prolongar. Llegado septiembre, dile adiós.
6. El que te hace sentir una loca y en el fondo es un ****
Tontea con todas tus amigas, con todas sus amigas, con sus compañeras de trabajo. Con su jefa, con la cajera del Mercadona, con la taquillera del cine. Con su prima. Con sus exnovias. (¡Con sus exnovias!). Pero tú eres la loca paranoica. “Pero princesa, si yo sólo tengo ojos para ti, no te rayes, ¿cómo puedes pensar que estaba tonteando con ella?”. Y tú –ay– te sientes una celosa compulsiva y decides creerle. Y vais a una fiesta, y sientes que hay cosas que sólo ves tú. Hasta que un día te dice adiós porque le ha salido bien la jugada con la rubia de la fiesta del otro día.  Lo mejor que puedes hacer es dejarle ya. Y no le creas. Y fíate de tus propios ojos. Si no lo haces, va a ser él el que te va a dejar. Por tu prima. O por la suya. O por su jefa. ¡O por su exnovia!
7. El de “¡pero vente!”
Es el hombre perfecto (presuntamente). Tiene un proyecto profesional enriquecedor, interesante y rentable, es guapo, es divertido, tiene unos amigos estupendos, se lleva genial con tus amigos. El sexo es bueno, te trae el desayuno a la cama y es encantador con tu madre. Y, en ese justo instante, cuando te tiene totalmente encandilada, te dice, siempre cariñoso: “Princesa, ¿por qué no sigues mi maravillosa estela? ¡Si yo estoy encantado!”. Es decir, que tú te puedes unir a su plan de vida sin problemas. Él tiene ahí una casilla a rellenar en la que pone “Novia”. Pero no va a cambiar sus planes por ti y, la verdad, esa casilla la puedes rellenar tú, pero también alguna otra. No titubees al responder: ese tío no es tan perfecto y, sin ninguna duda, se está mejor sola que mal acompañada.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-02-09/como-desenvolverse-en-la-jungla-masculina-los-tipos-de-hombres-que-te-la-lian_86172/

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