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miércoles, 31 de agosto de 2011

La abuela de Quart no ve a su nieto desde hace un año pese a la promesa del Consell

Emilia se planta en la Ciudad de la Justicia para pedir un régimen de visitas al seguir sin saber nada del niño desde mayo de 2010
20.08.11 -BEATRIZ LLEDÓ | VALENCIA
Emilia muestra el cartel con la foto de su nieto con el que reclama justicia, ayer.
Con el termómetro por encima de los 30 grados la Ciudad de la Justicia luce a mediodía casi desierta. Pero en la inmensa plaza que la preside, una mujer desafía el sol sujetando un cartel con la imagen de un niño. Es Emilia Mora, la abuela de Quart de Poblet que trata de recuperar la custodia de su nieto. Y sobre todo lograr que le dejen verlo. No le importa el calor. Quiere volver a mirar los intensos ojos azules del pequeño y decirle que le quiere. Lleva un año, tres meses y 15 días sin poder hacerlo.
Y ello pese a que en junio de 2010 el Consell se comprometió a buscar fórmulas para que Emilia pudiera ver al pequeño aunque fuera entregado a una familia de adopción.
El calvario comenzó el 1 de marzo, cuando tuvo que entregar al niño a los servicios sociales. Hasta entonces lo había tenido ella en régimen de acogimiento. La situación empeoró aún más cuando el 5 de mayo de ese año le suspendieron las visitas semanales.
Desde entonces la petición de la mujer, de 79 años, es clara. «Por supuesto que me gustaría que me concedieran su tutela, pero me conformo con que me den un régimen de visitas y que me dejen verlo en el sitio en que me digan», solicita con los ojos llorosos.
La entonces consellera de Bienestar Social, Angélica Such, aseguró el verano pasado que se estaban estudiando cambios legales para que la abuela no perdiera el contacto con su nieto. Y añadió que esta medida también podría servir para otros casos para que el menor mantenga ciertos vínculos con sus familiares biológicos que no sean peligrosos para su desarrollo.
Lo cierto es que desde el 5 de mayo de 2010 Emilia no ha vuelto a ver al pequeño. En ese tiempo sólo ha logrado que le dieran una fotografía suya, de la que ha hecho copias y que tiene repartidas por toda la casa. Los peluches de Epi y Spiderman, los preferidos del menor, siguen en la habitación donde dormía.
Poco después de comenzar a estudiarse la solución propuesta por el Consell, su hija (y madre del niño) interpuso una demanda contra ella acusándola de malos tratos, lo que paralizó el proceso.
Pero el 22 de julio de 2010, un juez archivó esta denuncia que impedía seguir adelante. El magistrado fue firme. «La declaración de la denunciante no está corroborada por ningún documento ni prueba que acredite lesiones en su hijo y menos aún que la autora fuera la denunciada», sostiene el fallo.
Bloqueada
La sentencia volvió a dar vida a la abuela de Quart de Poblet porque echaba por tierra la causa que mantenía bloqueada la medida. O eso creía Emilia. «La Conselleria se escudó en aquella denuncia y aunque se ha demostrado que es falsa, ya no ha retomado lo de las visitas», lamenta la septuagenaria.
Fuentes de Bienestar Social explicaron ayer que siempre se busca «lo mejor para el menor» y que se cumple con las resoluciones judiciales que hay en firme.
Los fallos existentes se refieren a la batalla por la custodia, que nada tiene que ver con el compromiso de reglar las visitas. En la lucha por la tutela del pequeño, las sentencias que hay hasta hoy son desfavorables a Emilia. En enero se celebró el juicio después de que presentara una demanda contra la resolución de la Conselleria de 16 de febrero de 2010 en la que le denegaba la prórroga de acogimiento.
«Alegan que soy muy mayor para cuidarlo. Es la primera vez que la edad me impide hacer algo, o al menos así lo consideran», critica Emilia. Su abogado ya ha apelado esta decisión, que ahora está en manos de la sección 10ª de la Audiencia de Valencia. El letrado Enrique Vila, que impulsó la lucha, recuperará las riendas del caso tras el verano.
No hay día en que Emilia no se acuerde del niño. El pasado 13 de agosto cumplió cuatro años. Ella no pudo verle soplar las velas de la tarta. Ni darle un regalo. Desesperada, acudió a la sede de Bienestar Social para presentar un texto por el registro de entrada. «Toda tu familia te desa muchas felicidades y que cumplas muchísimos más», escribió su abuela, con la remota esperanza de que aquellas letras llegaran hasta su nieto. «Estoy muy triste pero lucharé hasta que me quede el último soplo de vida», confiesa. En septiembre volverá cada mañana a la Ciudad de la Justicia para reclamar lo prometido: ver a su nieto.

CRONOLOGÍA

1 de marzo de 2010. Emilia tiene que entregar a su nieto a los servicios sociales. Ella se hacía cargo del menor desde que nació por el trastorno bipolar de su hija.
5 de mayo de 2010. Bienestar Social retira las visitas semanales de la abuela a su nieto. Ella lleva el caso a los tribunales.
24 de junio de 2010. El Consell se compromete a buscar fórmulas legales para que, aunque el niño sea dado en adopción a otra familia, Emilia pueda visitarlo.
Julio de 2010. La hija de Emilia la denuncia por presuntos malos tratos, lo que paraliza la medida del Consell. Días después el juez archiva la causa por falta de pruebas. La búsqueda de una fómrula legal para las visitas no se retoma.
25 de enero de 2011. La custodia es la otra batalla abierta de Emilia. El juicio tras recurrir la resolución de Bienestar Social en la que se denegaba el acogimiento es desfavorable. El fallo ya está apelado ante la Audicencia

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