ARGENTINA
El joven padre pelea en los laberintos institucionales por reencontrarse con su hija Milagros, luego de que la madre perdiera su vida en un accidente de tránsito durante el 2013.http://www.diariouno.com.ar/mendoza/La-historia-de-Franco-para-recuperar-a-su-hija-una-gran-pesadilla-20140427-0017.html
Andrés, Franco y Graciela esperan el reencuentro con Milagros.La experiencia de Franco Esquivel (20) es única e irrepetible, pero sirve como ejemplo de lo que puede ocurrir cuando la falta de un documento a tiempo transforma la vida de alguien en una pesadilla kafkiana. El joven papá comenzó a transitar los laberintos institucionales reclamando la tenencia de su hija días después de que la madre de la niña falleciera.
El domingo 20 de enero de 2013 a las 7.15 en la ruta 40 a la altura del kilómetro 18, en El Borbollón, Noelia Galdeano (16) viajaba en un Volkswagen junto con tres personas y por causas que se desconocen el conductor perdió el control del vehículo provocando que volcara y ocasionara la muerte de uno de sus ocupantes y la internación del resto.
Hasta antes de que ocurriera el accidente, Milagros (2), la pequeña hija de Franco y Noelia, vivía con su madre en la casa de la abuela Verónica y pasaba varios días de la semana en compañía de su padre en el hogar de susotros dos abuelos: Graciela y Andrés. El vínculo familiar se respetaba y a pesar de que no vivían todos en un mismo lugar los abuelos paternos estaban ampliando las instalaciones de su propia vivienda para acoger a su nieta y a la madre de ella.
Milagros no había sido documentada, por lo que cuando su madre murió no había ningún papel que vinculara a Franco con la niña. El padre alude “falta de coordinación con la madre para realizar el trámite” cuando explica por qué no se inscribió a la menor en el Registro Civil.
El origen de la separación
“Al día siguiente del choque, la familia de Noelia se acercó hasta mi casa para saber si Milagros estaba viva y me la pidió diciendo que tenía que estar cuando despertara la madre. Cuando fui a buscarla nuevamente no me la dejaron llevar explicándome que tenía que verla un abogado para cobrar el accidente, por ser la única heredera”, relata Franco.
“A partir de allí me negaron la tenencia de mi hija hasta que como nadie podía hacerse cargo de Milagros y ya se habían cumplido las formalidades legales frente al accidente, me la dieron”, explica.
Pero cuando se constató el deceso de Noelia, la situación volvió a complicarse. Ese día sería para Esquivel el origen de la odisea que aún lo mantiene separado de su hija, después de más de un año de iniciar los trámites para demostrar su paternidad.
“Cuando Noelia muere, Milagros vuelve nuevamente a la casa de la abuela materna y me vuelven a negar verla. Comienzo así los trámites de documentación a través de una abogada asignada por el juzgado”, dice.
“Dos meses después, Graciela Abraham (patrocinadora oficial) no había ni siquiera iniciado un expediente. Durante siete meses me mandaron del Juzgado de familia, al OAL (Órgano Administrativo Local, de la DINAF) y viceversa, una y otra vez hasta que les dije que la niña estaba en riesgo”, continúa.
Franco explica que se transformó en una brasa caliente que iba de un lugar a otro: “Nos enteramos con mi familia que a Milagros casi la pisa un auto, que se cayó de una escalera, que se quemó con agua caliente. Ninguno nos dio respuesta, a punto tal que terminé enojándome con el OAL porque no nos daba ayuda. Tanto que me asignaron dos profesionales”.
“Una de las trabajadoras sociales, Analía Sosa, me citó y dijo que la nena estaba bien, que yo era muy chico y que no estaba capacitado para ser papá. Le dije que sentía que me faltaba el respeto con lo que me planteaba, que nadie nace padre. Y se negó a volver a hablar conmigo durante un tiempo”, relata Franco.
Un final irresuelto
Franco continuó buscando una salida al enredo institucional. Guiado por Sany Oliva, de Derechos Humanos de Las Heras, y una nueva abogada, la “doctora Rocando” (tal como refirió el entrevistado). Ambas profesionales fueron claves en el proceso para allanar un camino que continúo con más tramites, entre ellos un estudio de ADN.
Así fue como pudo charlar con la coordinadora del OAL, Laura Ferreira, en quien depositó toda su ansiedad y la necesidad de volver a ver a su hija. Pero el contexto también jugó en contra y la muerte por maltrato de Luciana Rodríguez (3) puso en vilo a los funcionarios del organismo que debía resolver su situación.
“El 6 de diciembre pasado me llamaron desde la DINAF diciendo que había una restitución de la nena el 10 de octubre, enviada por el Juzgado de familia, por lo que ya podía ir a buscarla, ya que la abuela materna no podía hacerse cargo de Milagros. El OAL de Las Heras tenía que informarle a mi abogada y nunca nos dijeron. Estuve tres meses sin saber nada, pese a mi insistencia”, dice Esquivel.
Milagros iba a ser restituida al núcleo paterno el 9 de diciembre, pero –según el relato de Esquivel– desde la DINAF dieron marcha atrás con la decisión sin expresar los motivos. “El 28 de enero la abuela materna trata de sacar a Milagros de la provincia para irse a Neuquén. Y me entero de esta posibilidad por intermedio de unos vecinos. Hago una denuncia de paradero y traen a la abuela, quien firma en la DINAF un compromiso de no sacar a la niña de Mendoza”, relata el joven padre, quien no pudo impedir que Milagros fuera llevada a otra provincia.
Lejos de casa
Actualmente la menor permanece en Río Gallegos alejada de Franco. Según la abogado Rocando “una vez que se obtenga la inscripción de nacimiento es inevitable el reintegro de la niña a su padre y un régimen de visitas para la familia materna”.
Consultada por este diario, Patricia Spoliansky, directora de la DINAF, aseguró que se cumplieron las leyes en todo momento: “Lo saludable es que las familias tengan acuerdos Este tipo de disputas son habituales y en este caso los tiempos se dilataron porque no estaba determinada la paternidad. Desde el órgano que dirijo se corroboró que el estado de la niña era el adecuado y por una cuestión de papeles le correspondía a la abuela hacerse cargo hasta que Franco demostrara su paternidad”.
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