EUROPA PRESS. 20.01.2011
Los psiquiatras y psicólogos que examinaron a la acusada del asesinato de su ex pareja en Mataporquera no aprecieron en Erica A.M. ninguno de los síntomas mentales que sufren las mujeres víctimas de malos tratos, al contrario de lo que ha venido sosteniendo ella durante el juicio que se celebra esta semana en la Audiencia de Cantabria
Sede de la Audiencia Provincial
Al contrario, de los informes que hicieron a la acusada concluyeron que su personalidad presentaba unos rasgos "psicóticos", caracterizados por la falta de respeto a la autoridad y una desviación respecto a las normas sociales y morales que, en todo caso, no mermaba sus capacidades intelectuales a la hora de actuar.Las intervenciones de peritos y forenses han centrado la jornada de este jueves de la vista que se sigue con el Tribunal del Jurado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial por un delito de asesinato.
Y aunque durante las sesiones ningún testigo los rostros de quienes cometieron la agresión, las pruebas practicadas han encontrado rasgos genéticos de los tres en los efectos que aparecieron en el vehículo desde el que se desplazaron a León.
Además, el rastro de sus llamadas telefónicas en los días previos y durante el día de los hechos, el 15 de mayo de 2009, ha permitido reconstruir su ruta por carretera desde León a Mataporquera.
Las grabaciones de vídeo han confirmado que dos de los acusados estuvieron en un local de León, pero llegando a la una y media de la madrugada y no antes, como habían alegado.
Erica A.M. se enfrenta, junto a otros dos hombres, Jorge B.C. y Ángel Manuel R.M., que la acompañaron en su viaje de León a Mataporquera, a penas que, en su conjunto, oscilan entre los 53 y los 60 años de prisión, por planificar el asesinato de Valentín para intentar quedarse con la custodia del niño. Su culpabilidad o inocencia la decidirá el Tribunal del Jurado.
Rasgos "psicóticos"
En su primera declaración, Erica A.M. aseguró que la víctima, Valentín F.F., su ex compañero sentimental y quien tenía la custodia del hijo de ambos, le daba palizas, la violó y la llegó a tirar por la ventana, además de consumir y traficar con drogas.
Pero los psicólogos y psiquiatras que la examinaron en ese momento niegan que tenga los síntomas que presentan después las mujeres que sufren malos tratos, como por ejemplo el estrés postraumático. El relato que hizo de sus supuestas agresiones era "muy escaso" y "poco verosímil"·
Tampoco presenta un trastorno psicológico o psiquiátrico que redujera su capacidad de entendimiento o afectar a su voluntad. Pero sí que tenía rasgos psicopáticos en una personalidad con problemas con la autoridad y desviaciones respecto a las normas morales y sociales, y opinaron que tendía a "exagerar" sus síntomas" y a "alterar su personalidad" con el objetivo de "manipular a los demás".
Estos expertos también han descartado, en general, que se puedan sufrir pérdidas de memoria limitadas en el tiempo sin un motivo concreto que provoque esta situación traumática. La acusada declaró en su día que se encontró con su ex pareja en las escaleras del portal y que lo siguiente que recordaba era verle tendido en el suelo.
Los perfiles genéticos
Los testigos que han intervenido a lo largo de las sesiones han relatado que vieron la agresión pero sin poder observar los rostros de sus autores, o el vehículo desde el que se desplazaron los tres acusados, bien aparcado o bien marchándose de Mataporquera.
Pero las pruebas forenses realizadas en los efectos hallados en el interior del vehículo, como por ejemplo los rastros de sangre en la ropa de uno de los acusados, se han saldado con el hallazgo de restos genéticos de los tres procesados.
Además, se ha podido reconstruir su trayecto en coche gracias a los rastros que dejaron sus diversas llamadas telefónicas, que además se sucedieron los días anteriores de forma frecuente y algunas pasada la noche.
En el listado de llamadas también se encontró un intercambio de hasta siete llamadas durante los doce días previos entre Erica y un antiguo amigo de Mataporquera, a quien avisó para quedar después de los hechos y que, según ha relatado este en el juicio, tenía interés en retomar su relación con ella. Este hombre también contacto telefónicamente con otro de los acusados, según los informes de la empresa, aunque ha asegurado desconocer por qué.
Una grabación de vídeo confirma que llegaron a un local de León pasadas la una de la madrugada, cuando ellos habían sostenido que estuvieron allí desde antes de esa hora.
Las heridas que sufrió Valentín le rompieron dos costillas y tocaron el corazón, provocándole la pérdida de sangre que le llevó a la muerte. Son lesiones que los forenses ven compatibles con un arma con filo y punta, como la que luego apareció en el domicilio de uno de los acusados, en donde además se encontraron rastros de sangre.
http://www.20minutos.es/noticia/934156/0/
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