Viernes, 18 de Marzo, 2011
TU PAPÁ
Mi pequeña Valeria ya tienes 11 años hija, estás al borde de cruzar el umbral hacia otra etapa de la vida, así que aprovecho la ocasión para escribirte estas líneas de acuerdo con tu edad y haré el esfuerzo de no verte como un bebé, sino como una niña que tiene capacidad plena de poder entender muchas cosas que suceden.
Tu papá se marcha con una profunda marca en el corazón, pero lleno de fe y esperanza porque hoy estoy convencido de que tú eres y serás mi gran lección.
En estos dos años que se cumplen de haberme separado de tu mamá, he tenido la posibilidad de reflexionar acerca de mi vida, y más que nunca le doy gracias a Dios de haber tomado esa decisión, por el bien de todos.
La vida nos obliga a recorrer senderos dolorosos y difíciles pero con el tiempo entenderás que es parte de los que nos toca asumir en algún momento.
Mi pequeña, no puedo seguir suplicándote una migaja de cariño; he procurado todo lo que está en mis manos para intentar lo humanamente posible y construir un puente entre ambos. Y aunque no he tenido éxito sé que el tiempo estará a nuestro favor, crecerás y estarás lista para nuestro reencuentro. Hija, ya no insistiré en tratar de verte, no puedo obligarte; pero sí quiero que sepas que cada paso que daré, será únicamente con un sentido: protegerte y cuidar lo que te corresponde. Es posible que no entiendas por ahora muchas cosas, te repito, el tiempo hablará y la justicia siempre llega en el momento apropiado.
Niña de mi alma, como te dije aquella mañana del día del padre en el colegio: mira siempre a los ojos cuando hables, sube tu mirada, quien mira en alto no tiene nada que esconder; no utilices la mentira jamás como un acto válido y sobre todo ama con grandeza, con fuerza, a tus seres queridos.
Tu papá, está siempre a tu lado, por la sencilla razón de que tú llevas dentro de ti la mitad de mí, a eso no puedes renunciar, tarde o temprano ese papi que late en tu corazón te tocará la puerta.
Estos días he estado evocando mil recuerdos: tus clases de Aikido cuando me tomabas de la mano para que entrara contigo porque no querías estar sola; recordé el viaje a Punta Cana, cuando nos fuimos juntos en la lancha y nos sumergimos en el mar para ver los corales, pero te asustaste y me pediste que saliéramos a la superficie; cada partido de tenis los domingos en la cancha de la casa de tu abuela Ivonne; cada cumpleaños tuyo, que a pesar de que no los recuerdas siempre estuve allí; las montañas rusas en los parques donde siempre nos montábamos juntos y nos aterrábamos de las bajadas; los cientos de domingos que salimos a comer con tu abuelo Valeriano; tu primera comunión, en la que parecías toda una princesa de cuento; tu primer pasito para caminar, que lo diste de mi mano en Choroní; tus clases de natación en las que temblabas de frío y me pedías que corriera a ponerte la toalla; la veces que ibas los sábados al estudio para bajar tu música predilecta y grababas con tu voz las canciones que más te gustaban, me reía porque te encantaba cantar “Mi niña bonita” de Chino y Nacho; aún guardo el video que grabamos de la canción del abuelo Valeriano que cantamos juntos en el piano.
Quiero contarte también que fui a escuchar tu corazón latir la primera vez en la barriga de mami, pregúntale si alguna vez falté a alguna de sus citas para ver cómo ibas creciendo; también me acuerdo de tu primera vacuna; quizás no recuerdes una vez que te llevé a sacarte la sangre y casi me desmayé porque no te encontraban las venitas.
Valeria es cierto que tuve que viajar muchas veces, pero jamás te abandoné; ahora que escogiste ser una atleta de alto rendimiento, sabrás que en ocasiones tendrás que desprenderte de tu familia para seguir tus sueños.
Cada noche elevo una plegaria para que el tiempo vuelva a acercarnos, en la verdad, en el amor, al que no podrás renunciar, y allí estará tu papá, siempre dispuesto a dártelo todo, porque, te repito, cada acción que yo haga será para ti y para tu bienestar.
Valeria te amo, pido a Dios que guíe tus pasos, que sane tu corazón y que la paz sea una posibilidad en nuestro camino.
Te amo, te extraño, te espero.
DIOS TE BENDIGA MI VIDA
TU PAPA
http://www.concursocartasdeamor2011.com/otras/2011/tu-papa/
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