- Destacamos al ecuatoriano Segundo Aguirre que vive en Getafe (Madrid), su lucha por que sus hijos tengan un futuro mejor es admirable.
- Deseamos un feliz Día del Padre a todos nuestros lectores, ¡felicidades!
MARÍA FERNANDA AMPUERO
18 de marzo 2011
El primer pensamiento de Segundo cuando despierta son sus hijos. Y también el último antes de acostarse.
Por ellos emprendió hace 12 años ese viaje que cambió la vida de toda la familia Aguirre Potosí.
Quedamos en el Teatro García Lorca de Getafe, donde el pequeño Mateo va a cantar con el coro del Conservatorio de esa localidad.
Van muy elegantes, aunque la compostura dura poco y enseguida los chicos se ponen a corretear.
El padre les advierte “cuidado se manchan” y le arregla la chaqueta al menor de sus hijos.
UN PADRAZO
Segundo, ex soldado del Ejército y ex atleta de primer nivel, viajó a España cuando en Ecuador la economía no daba respiro a los trabajadores honrados.
“La cosa estaba cada vez más difícil y yo pensaba en ellos, ¿qué les podía dar? Uno quiere lo mejor para sus niños y uno se va donde sea a buscarlo”, recuerda Segundo.
Se quedaron Blanca, la madre, Juan, que hoy tiene 21 años y no pudo estar en la sesión de fotos, Henry y Pedro.
Pasado un año, Segundo, que había podido regularizar su situación, viajó a Ecuador y, con la alegría del reencuentro, se concibió a Mateo, el cantante.
El padre no puede describir la tristeza de volverse a España sabiendo que en el vientre de su esposa crecía otro bebé.
“Habíamos comprado un terrenito y nos costaba más de lo que teníamos, así que había que regresar a hacer más plata”.
Al poco tiempo vino Blanca, también rota por dejar a sus niños.
“Aquí había trabajo”, cuenta Segundo, “y entre los dos se ganaba muy bien: queríamos la tranquilidad de nuestros hijos”.
El sueño de ver a la familia unida se rompió cuando les negaron la reagrupación. Decidieron regresar.
“Estuvimos un tiempo allá, pero teníamos deudas y había pocas oportunidades, así que nos vinimos otra vez”.
Pero ya los niños se daban cuenta de lo que pasaba y les rompían el corazón: “ustedes se van por dinero y nos dejan aquí tirados”, reclamaban.
La tristeza duró poco: al llegar a España se encontraron con que esta vez sí les habían aprobado la reagrupación.
“Después de estar solos volver a tenerlos en casa, ser de nuevo una familia...”, se interrumpe Segundo, para quien las palabras se hacen pocas para describir lo que fue cuando sus pequeños llegaron a Barajas.
“Les sigo dando el cariño que no les di el tiempo que estuvimos separados”.
Ese amor se traduce, por ejemplo, en un apoyo incondicional para cualquier actividad que quieran realizar.
Si es música, música, si es deporte, deporte.
Mateo, conocido entre la comunidad ecuatoriana de Madrid como ‘El Faraón’, tiene claro que lo suyo es el escenario.
Henry y Pedro, la cancha. Eso sí, para uno la del Bernabéu y para el otro la del Camp Nou.
“Los niños son lo fundamental y en las circunstancias de crisis que estamos toca seguir para adelante por ellos”, resume Segundo, al que aún se le cae la baba por sus cuatro hijos.
http://www.enlatino.com/actualidad/dia-del-padre/todo-lo-que-hago-lo-hago-por-ellos-38238
Quedamos en el Teatro García Lorca de Getafe, donde el pequeño Mateo va a cantar con el coro del Conservatorio de esa localidad.
Van muy elegantes, aunque la compostura dura poco y enseguida los chicos se ponen a corretear.
El padre les advierte “cuidado se manchan” y le arregla la chaqueta al menor de sus hijos.
UN PADRAZO
Segundo, ex soldado del Ejército y ex atleta de primer nivel, viajó a España cuando en Ecuador la economía no daba respiro a los trabajadores honrados.
“La cosa estaba cada vez más difícil y yo pensaba en ellos, ¿qué les podía dar? Uno quiere lo mejor para sus niños y uno se va donde sea a buscarlo”, recuerda Segundo.
Se quedaron Blanca, la madre, Juan, que hoy tiene 21 años y no pudo estar en la sesión de fotos, Henry y Pedro.
Pasado un año, Segundo, que había podido regularizar su situación, viajó a Ecuador y, con la alegría del reencuentro, se concibió a Mateo, el cantante.
El padre no puede describir la tristeza de volverse a España sabiendo que en el vientre de su esposa crecía otro bebé.
“Habíamos comprado un terrenito y nos costaba más de lo que teníamos, así que había que regresar a hacer más plata”.
Al poco tiempo vino Blanca, también rota por dejar a sus niños.
“Aquí había trabajo”, cuenta Segundo, “y entre los dos se ganaba muy bien: queríamos la tranquilidad de nuestros hijos”.
El sueño de ver a la familia unida se rompió cuando les negaron la reagrupación. Decidieron regresar.
“Estuvimos un tiempo allá, pero teníamos deudas y había pocas oportunidades, así que nos vinimos otra vez”.
Pero ya los niños se daban cuenta de lo que pasaba y les rompían el corazón: “ustedes se van por dinero y nos dejan aquí tirados”, reclamaban.
La tristeza duró poco: al llegar a España se encontraron con que esta vez sí les habían aprobado la reagrupación.
“Después de estar solos volver a tenerlos en casa, ser de nuevo una familia...”, se interrumpe Segundo, para quien las palabras se hacen pocas para describir lo que fue cuando sus pequeños llegaron a Barajas.
“Les sigo dando el cariño que no les di el tiempo que estuvimos separados”.
Ese amor se traduce, por ejemplo, en un apoyo incondicional para cualquier actividad que quieran realizar.
Si es música, música, si es deporte, deporte.
Mateo, conocido entre la comunidad ecuatoriana de Madrid como ‘El Faraón’, tiene claro que lo suyo es el escenario.
Henry y Pedro, la cancha. Eso sí, para uno la del Bernabéu y para el otro la del Camp Nou.
“Los niños son lo fundamental y en las circunstancias de crisis que estamos toca seguir para adelante por ellos”, resume Segundo, al que aún se le cae la baba por sus cuatro hijos.
http://www.enlatino.com/actualidad/dia-del-padre/todo-lo-que-hago-lo-hago-por-ellos-38238
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