Encontramos la imagen gracias a Joseba Urbieta Zubiria
Sus Señorías no dictaminan la pena de muerte en sus sentencias, pero si condenan al varón a una continua cadena perpetua en muchas ocasiones.
Ahora miso aún existe en España una unidad familiar fuerte, pero cada vez menos. Si nos paramos a mirar lo que viene en un futuro ya casi inmediato podremos avistaremos que nuestros hijos no dispondrán muy probablemente de ese cobijo que han ofrecido los abuelos paternos al padre, o mejor dicho, el visitante.
El número de menores huérfanos de padre vivo es más que considerable ya desde hace años, y estos son queines van a conformar la sociedad española en las próximas décadas.
Las leyes que regulan los divorcios y las separaciones articuladas en el Código Civil no discriminan al varón en principio, pero la práctica que de ellas ejercitan sus Señorías matan al padre en vida fehacientemente en el propio texto de la sentencia cuando denominan a la relación que los menores tendrán con el progenitor paterno como "de visitas".
Estos menores que en la actualidad son apartados de sus padres (el varón) cuando sus progenitores deciden separarse o divorciarse ya no cuentan con un hogar familiar al completo, su familia si se ha roto, o si suena mejor, resquebrajado. Pero lo malo no es eso, lo peor consecuencia de ello es que cuando sus Señorías proceden a dictar las medidas que regularán la vida de los miembros de la familia de los menores en el futuro, sitúan al padre en un extremo tan opuesto al de la madre que rompen cualquier estabilidad que pudiera ser deseable para el menor, pues para empezar divorcian a los menores de sus padres. Estos hombres que pasan a ocupar el cargo de un visitante, cuando pueden regresar al hogar de los abuelos paternos y a través de él ofrecer a sus hijos un techo donde recibir esas "visitas" de sus hijos ya se pueden considerar unos afortunados, pues otros muchos no disponen siquiera de esa suerte y terminan o bien como la persona que aparece en la imagen, o bien, incrementando el número del suidicio masculino que tanto interés mantienen por ocultar.
Estos menores el día de mañana cuando se enfrenten a una situación similar a la de sus padres, si sus Señorías de Primera y Segunda Instancia continúan desobedeciendo las instrucciones u órdenes que establece la jurisprudencia y doctrina del Tribunal Supremo conforme al régimen que como norma ha de establecerse en beneficio de los menores tras una separación o divorcio de sus padres, se verán en igual o peor situación que sus padres, pues la posibilidad de no poder recurrir al cobijo de su propia familia es muy alta. Por un lado con su padre existen muchas posibilidades de que ni puedan encontrarle, o que simplemente hayan roto todo tipo de vínculo con él, e incluso cuando en un momento dado se quisiera recuperar éste, ese "visitador" no este ya presente. Pero por otro lado existe otra mayoría de casos en los cuales la madre ha rehecho su vida con otra persona, u otra familia, y los menores en esta muchas veces sobran. Más cuando el menor descubre por la vía del sufrimiento lo que por discernimiento no llegó a comprender, es tal el odio que se fomenta hacía su propia madre que a veces es capaz de desear la muerte antes que volver a ver a ésta.
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- El suicidio masculino ASTAROTH STRIGOII
- "Tarjeta roja" para el padre en el divorcio
Fuente:
Joseba Urbieta Zubiria
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