Sábado, 11 de Julio, 2015
Lucía Martínez Odriozol, es quien redacta este artículo, utilizado para la crítica a los varones, a los jueces, a la custodia compartida, y quizás, sin ella darse cuenta a las madres y a ella misma.
Bajo el entorno de la aprobación de ley de custodia compartida en el Parlamento Vasco el pasado martes 30 de Junio, analiza ciertos aspectos relacionados con la práctica de la custodia compartida y con una supuesta realidad que se enfoca desde un aspecto de los valores del feminismo.
Dar por hecho que en las familias es la madre quien por seguro sí ejercerá la labor de la crianza de los hijos, es una actitud más que machita y patriarcal en el siglo XXI, pues no se parece a la realidad para nada. Las mujeres han demostrado ser capaces de superar a los hombres en muchos aspectos, pues ahora fuman más, beben más, y en causas de infidelidad seguro que con creces superan a las del hombre, es más, si de estas separaciones y divorcios el primer requisito fuese el de la prueba de ADN muchos niños si quedarían de verdad huérfanos de padre vivo, pero en este caso, de padre vivo y desconocido. Afortunadamente no se impone, y la tragedia que supondría para los menores no se produce. Pero aún cuando ello sucede, hay una gran diferencia, y es que hay casos en los que el padre esta dispuesto a seguri manteniendo el rol del padre hacía el menor, e incluso demanda ante el juzgado ejercer el mismo papel en la crianza de un menor que ha quedado demostrado no ser su hjio (Un juez le concede la custodia de un menor aunque no es el padre biológico).
Esta mujer nos viene a contar que realmente muchos varones solicitan hacersc cargo de los hijos cuando se separan o divorcian, y que los motivios que se esconden tras ello es eludir la pensión de alimentos y ser expulsado de la vivienda familiar. Algo que puede ser cierto en muchos casos, pero hay todavía muchos más casos en donde la madre solicita la custodia de los menores solo porque detrás de la custodia recibirá un sueldo y se quedará con la vivienda famliar, y además, podrá ver "jodido" a su ex. Pero es que además, mantener la custodia de los menores no supone para nada aceptar sus responsabilidades. Lo primero es que no ha de rendir cuenta alguna sobre el destino o empleo de la penión de alimentos, que supuestamente es para los gastos del menor, lo segundo es que esa vivienda familiar, pasa a ser utilizada para rehacer su vida con otro hombre, o como lugar de "picoteo", y lo tercero, es que no tiene mayor seguiemiento como ejerce la guarda y custodia, de ahí que el fracaso escolar y los índices de delincuencia centren a los hijos de padres separados entre sus porcentajes mayores, pues éstso cuando no son criados por los abuelos maternos, campan a sus anchas mientras la madre se dedica a sus labores, como puede ser meterse en un chat, u otras claro.
Que la vivienda familar sea el lugar en donde el menor se quede, y que sean los padres quienes hayan de trasladarse cada vez que se produce un cambio, resulta ser un esfuerzo enorme para la autora del texto. Claro, se han pasado toda la vida diciendo que para el menor era perjudicial cambiarse de vivienda, y ahora que se busca una solución favorable al menor, se alega que no es viable, cuando la realidad es que la comodidad que supones para la madre las medidas que se adoptan con la custodia materna no se quieren perder. No se se busca el beneficio de los hijos, se argumentan todo tipo de incongruencias para mantener impuesta la custodia materna, es decir, para mantener al varón alejado de sus hijos. Tener tres casas no es imprescindible en muchos casos, pues si bien claro que afirma la autora del texto que muchos hombres se ven forzados a regresar al hogar de los abuelos paternos, también podría darse en la mujer. Pero con una diferencia, que el hombre no solo se ve fozado en muchos casos a regresar al domicilio de los padres, sino que además ha de ser muchas veces mantenido por ellos, porque con la misería que le resta después del pago del alquiler de la obligaciones parentales a la madre poco le queda. De esta forma ambos disponen de un dinero que pueden utilizar a su antojo, pero la situación simpre resultará más equilibrada que la que actualmente persiste con la imposición de la custodia materna. De lo que no hablar esta señora es que en realidad la pretensión es la de mantener las ventajas y privilegios que dispone la madre cuando ostenta la guarda y custodia, pues esto es igual que la realidad del feminismo, mucho protestar y pedir igualdad, pero agradecen y valoran la caballerosidad de un varón que considera que ha de coger las bolsas de la compra más pesadas, que ha ceder el asiento a su mujer aunque este tenga las rodillas molidas de trabajar, o que ha de invitar a la señoríta que gentilmente se adorna para estar con él.
Desde luego el día que se miren realmente por el interes del menor y no por el de la madre, cambiará realmente la situación. El día que desaparezcan las ventajas y privilegiso que supone quedarse con la custodia del menor para la madre, veremos a muchas madre que obran con su hijos lo mismo que cuando éstos son engendrados en su vientre y condieran que su nacimiento no debe llegar a producirse.
Fuente:
La custodia compartida empieza antes del divorcio
http://www.eldiario.es/pikara/custodia-compartida-empieza-divorcio_6_407769238.html
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