Reunión de los lunes
miércoles, 2 de diciembre de 2009
^Mírala cabrón; mira lo que has hecho con la niña"
Plácido Alonso Peña, abogado defensor de Diego denunciará a dos médicos y al Servicio Canario de Salud porque han existido "neglicencias". De este modo, y según publica hoy en su edición impresa el diario El Mundo, en el primer informe médico le dijeron que "la niña era de goma, le recetaron Dalsy y la mandaron a casa. Él insistió en que le hicieran más pruebas, pero le dijeron que no era necesario, Volvió el martes a El Mojón, cuando estaba peor; a la niña le dolía la cabeza y hasta se desmayó", relató directamente el letrado al periódico.
Alonso Peña especifica que el segundo médico le impidió entrar, cuando los menores siempre entran acompañados, Fue allí de donde salió el informe médico que hablaba de desgarro vaginal, anal , quemaduras....". En ese momento, Diego era detenido, mientras Aitana moría el jueves y comenzó la pesadilla para el padrastro de la pequeña, al que sólo la autopsia llegó a su rescate aclarando que todos los daños habían sido por la caída, que no había agresión en las partes íntimas, que las quemaduras eran fruto de una alergia...
Pero Diego llevaba ya cinco días detenido "en un zulo de dos metros por dos. En lugar de bocadillos le daban agua y pan. Los agentes le decían que era un violador y un montón de cosas más-prosigue El Mundo-. Le obligaron a sentarse frente al ordenador y le fueron pasando las imágenes de la autopsia de la pequeña. Fotos con la niña muerta y desfigurada, Una, otra, otra más... Le forzaban a ver y le gritaban: "¡Asesino, te vas a pudrir! ¡Mira, mírala, cabrón! ¡Mira lo que has hecho con la niña!'".
Frente al ordenador el joven veía un carrusel de fotos bwestiales del cuerpo sin vida de la nii8ña. Hacía dos meses que él mismo la cuidada, le daba de comer y ola sacaba al parque. Su pareja trabajaba y Diego estaba en paro. Se habían trasladado a Tenerife desde Madrid hacía meses, porque ambos estaban en el desempleo y ella había encontrado un trabajo en la isla.
El día del entierro de la niña, Diego, ingresado en la Unidad de Psiquiatría del Hospital de La Candelaria, decía "dejadme ir , quiero ir a darle un beso a mi princesa". El lunes se tiraba al suelo en el centro médico gritando, "mi niña, me la han destrozado. por qué me han hecho ver todo eso,,,, yo quiero recordarla viva y alegre... Mi vida es unka mierda, no quiero vivir más". Según El Mundo, el médico lo vio tan mal que creyó que había incluso riesgo de suicidio.
Por último, el abogado del joven se pregunta "¿Qué habría pasado si la niña no muere y no hay autopsia, o si sólo hubiera existido aquel informe de Urgencias demoledor? ¿Dónde estaría Diego ahora y sobre todo, con qué ojos le veríamos?".
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=150004
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