Jueves, 7 de Noviembre, 2013
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(la imagen pertenece a este último enlace)
http://blogs.masjerez.com/un-problemas-de-conducta-o-un-nino-maltratado/post/1383390360/81/744Generalmente pensamos que quien maltrata a un menor tiene que ser una persona enajenada o con trastornos mentales muy graves, que no sabe lo que hace. Sin embargo, los malos tratos a niños en familias “normales” son una realidad. Un niño es objeto de maltrato cuando presenta unas manifestaciones físicas, psíquicas o conductuales que son consecuencia de un comportamiento de violencia física o sexual contra él, o lo que es igual de importante, cuando es objeto de la omisión de cuidados y atenciones necesarias para su correcta maduración y desarrollo. Estos comportamientos pueden ser ejercidos con demasiada frecuencia por parte de las personas que asumen la responsabilidad de cuidar del niño durante algún momento del día.
Una de las características frecuentes del maltratador, es ser una persona posesiva, que se irrita fácilmente cuando se le ponen límites o cuando las cosas no salen como quiere. No controla sus impulsos, culpa a otros de sus problemas, tiene cambios bruscos de humor, comete actos de violencia, se expresa de forma agresiva o rompe cosas cuando se enfada. Además, suele tener una autoestima muy pobre. El agresor no va a reconocer el maltrato y puede inventar historias inverosímiles para justificar las heridas del menor. Un importante dato es que la probabilidad de encontrar niños maltratados en las familias donde hay mujeres maltratadas es tremendamente alta.
Con respecto a los efectos que en el menor provocan estas agresiones, podemos sospechar que un menor está siendo maltratado, fundamentalmente cuando vemos que ha perdido , como decía Erik Erikson “el principio vital de la confianza”, niños que vemos mal atendidos en sus cuidados básicos, poco aseados, con higiene deficitaria, retraso del crecimiento, desnutrición, ausencias reiteradas a clase, muy bajo rendimiento académico y sobre todo que se asustan cuando nos acercamos a ellos o se sobresaltan sólo por tocarlos, son niños en los que debemos considerar la posibilidad de maltrato.
En estos casos parece fácil identificar una situación de maltrato, pero a veces niños con depresión, ansiedad, problemas de sueño, niños que no quieren comer, que tienen problemas para relacionarse, que pegan a sus compañeros de clase, que no atienden al profesor o que se comportan de forma hiperactiva, pueden encontrarse en una situación de cuidados negligentes. Para finalizar, sólo un dato impactante, en Estados Unidos, seis de cada mil niños menores de dos años son seriamente maltratados o abandonados y en el 90% de los casos los agresores son los padres.
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