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En Cantabria hay registradas 24.232 familias monoparentales con hijos mayores y menores a su cargo
Hombre soltero se dispone a desayunar en su casa.La sociedad cántabra no es ajena a los cambios del modo de vida que se han impuesto entre el resto de los españoles. El número de personas solteras o divorciadas con hijos a su cargo sigue un ascenso imparable. El perfil de las familias ha cambiado radicalmente en los últimos diez años. Los últimos datos aportados por el INE (Instituto Nacional de Estadística) demuestran una notable evolución social y familiar de los españoles. La atomización es una tendencia que parece no tocar techo. 37.000 solteros o divorciados viven solos.En total, en Cantabria, 60.322 personas viven solas en una vivienda. En los cada día más numerosos ‘singles’ se encuadran los ciudadanos de más de 65 años que viven sin compañía –por soltería, divorcio o viudedad– y los que tienen menos de 65 años, que están en edad laboral, y que han querido o han tenido que vérselas solos en sus casas. Los hombres y mujeres menores de 65 años que viven solos son justo el doble de los que lo hacían hace una década.Las rupturas de pareja son la principal causa de que, en Cantabria, se haya duplicado desde 2011 la cifra de hombres y mujeres menores de 65 años que han decidido vivir cada uno por su cuenta: eran 21.801 los varones cántabros que en 2011 vivían en soledad, frente a los 10.768 en esta misma situación diez años antes. Similar es el caso de las mujeres: 15.394 vivían solas en 2011, mientras que una década atrás la cifra era de 8.212.Las familias, ni parecidasParecen casi extinguidas las familias luengas en las que padres, hijos, abuelos e incluso otros parientes cercanos se sumaban a la prole del hogar. Eran los años de las familias con patrones estrictamente tradicionales, con sus miembros unidos de forma voluntaria u obligados por las circunstancias. Los años han venido a modificar las costumbres. De grupos plurifamiliares se pasó, primero, a los integrados exclusivamente por padres e hijos, y de ahí, a la deriva de núcleos monoparentales –un padre o una madre que vive con sus hijos pero sin pareja–, ‘singles’ de todas las edades.La ruptura de las otrora estructuras familiares ha llevado también a que los mayores vivan sin compañía cada vez en mayor medida. Ya no ofician de patriarcas dentro de los núcleos familiares. Las mujeres son más longevas e independientes que los hombres –al menos a la hora de vivir por su cuenta– y así lo reflejan los datos que aporta el INE: 17.102 mujeres mayores de 65 años viven solas (13.671 en 2001). Sólo la mitad de los hombres quiere o puede permitírselo: 6.025 varones en 2011, dos mil más que diez años atrás. Por otra parte 5.781 cántabros de más de 65 años han renunciado a la independencia y viven en residencias para mayores.Que los jóvenes no pueden abandonar la casa paterna –o materna–, emancipándose, queda formalmente registrado en los datos estadísticos recogidos por el INE. La estructura de familia tradicional, formada por padre, madre e hijos no independizados –menores de 25 años– que viven juntos, se da en 59.018 hogares, once mil más que en 2001.En Cantabria hay 12.547 hogares con un solo padre o madre que viven con hijos de más de 25 años. Otros 11.685 padres ‘singles’ tienen hijos menores de esta edad viviendo con ellos. Está estabilizado el número de parejas que no tienen hijos, que se sitúa en torno a las 55.000 desde el año 2001. La fotografía social de las familias tradicionales en Cantabria queda plasmada en los siguientes datos: 55.585 parejas no tienen hijos; 45.255 tienen un vástago; 35.872 son padres de dos hijos; 5.176, de tres y 692 tienen cuatro o más descendientes.Mujeres, con mayor cargaCuando se produce una separación o divorcio, son las mujeres que pasan a ser ‘singles’ las que mayor carga familiar soportan. 33.141 cántabras viven sin pareja, pero con sus hijos, frente a 6.884 varones en la misma situación. Dentro de este epígrafe hay algún dato que llama la atención, como el hecho de que ningún hombre solo tenga a su cargo cuatro hijos y que 222 mujeres sí tengan que criar en solitario a un grupo de cuatro hermanos.La crisis económica, la falta de empleo y el encarecimiento de la vivienda –tanto en compra como en alquiler– ha originado una nueva fórmula: que dos o más familias se vean obligadas a vivir juntas sin tener lazos entre sí; hay registrados 252 casos como este. Por diversas circunstancias existen actualmente en Cantabria 3.439 viviendas ocupadas por personas que conviven sin tener ningún lazo en común (2.347 había en el año 2001).La situación económica y el paro han llevado a muchas familias a límites insostenibles. Parte de ellas están ‘colgadas’ con una hipoteca a la que malamente pueden hacer frente. Estas situaciones han variado también la realidad física de las viviendas en Cantabria. Siguiendo los datos del INE, el censo de casas o pisos en la región se sitúa en 236.743 unidades, un 77% más de las que había en 2001 (182.256). Los efectos de la burbuja inmobiliaria son claramente apreciables.Otra cosa es cómo está la propiedad real de las casas. 93.164 cántabros tienen su vivienda totalmente pagada. Sin embargo, el número de personas o familias hipotecadas por la compra de su casa se duplicó entre 2001 y 2011, periodo que incluye la etapa en la que la burbuja inmobiliaria estaba en pleno esplendor. 81.452 viviendas son propiedad de los cántabros, pero con una hipoteca pendiente, cuando en 2001 había justo la mitad de deudores, a cargo de 40.161 hipotecas.Más alquileres que compraMás estable, aunque ha crecido, es la cifra de quienes han tenido la suerte de recibir una vivienda mediante herencia o donación, sin tener que pagar por ella, 18.230 casos (16.242 en 2001).Ha sido cuantioso también el aumento de personas o familias que han optado en la última década por irse a vivir a una vivienda alquilada, bien por no haber podido acceder a un crédito para su compra, o porque han perdido su hogar. Quizás por estos motivos, de los 15.201 inquilinos que había en el año 2001 se pasó a los 22.749 de 2011, con un crecimiento porcentual del 67%.Los ciudadanos cántabros que disfrutan de una vivienda porque les ha sido cedida gratuitamente o a bajo precio ascienden a 6.121, una cantidad que se mantiene bastante estable.
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http://www.eldiariomontanes.es/20140406/local/cantabria-general/solteros-divorciados-viven-solo-201404060824.html
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