Crimen de un bebé: madre procesada, el padre libre

Viernes, 18 de Abril, 2014
ARGENTINA

RESOLUCIÓN EN EL QUINTO JUZGADO DE INSTRUCCIÓN
El testimonio de una psicóloga sobre la autoincriminación de la mujer, madre de otros 7 chicos, fue clave para que el papá del recién nacido despegara. Por Eduardo Manrique

Miguel Angel Sosa (30) quedó desvinculado del homicidio de su recién nacido.

El testimonio de la psicóloga Amelia Ovalles, con 38 años de trabajo en el Hospital Guillermo Rawson, fue clave para que el juez de Instrucción Guillermo Adárvez (subrogante en el Quinto Juzgado de Instrucción) resolviera procesar con prisión preventiva a la madre del bebé ahogado en el inodoro de su casa en Capital y, al mismo tiempo, decidiera desvincular y dejar en libertad al padre de esa criatura de 8 meses de gestación, que pesó 4,100 kg, midió 53 cm y vivió entre 5 y 15 minutos, dijeron fuentes judiciales.
¿Qué dijo la psicóloga? Según las fuentes, la profesional refirió que luego de ser internada por la repentina pérdida su octavo hijo, la joven pidió una entrevista y ahí le relató que ella había tenido al niño espontáneamente y que lo tiró en la mochila del inodoro. También reconoció que sentía mucho miedo por lo que se le venía (la cárcel) y por la situación en la que quedarían sus otros hijos.
¿Por qué cometería el tremendo acto? La versión de la profesional fue que la mujer le dijo que su concubino la sometía sexualmente, aunque sin violencia. Y que cada vez que tenían relaciones le advertía que no se embarazara porque, de ser así, la echaría de la casa.
Además de la psicóloga, el magistrado chequeó la versión que dio el padre sobre los hechos que ocurrieron la noche del 20 de septiembre en la vivienda de Lavalle al 1370 Sur, en Trinidad, Capital.
Así, Sosa fue coherente en sostener que quería tener al bebé. Que esa noche su hermana, al despedirse, notó a su pareja con síntomas de parto. Y que él al ver restos de sangre llamó a su hermana para que le pida una ambulancia.
‘La decisión del magistrado era lo que correspondía en derecho. No había pruebas para endilgarle participación criminal alguna a Sosa’, dijo ayer Guillermo Cano, codefensor de Sosa con Marisel Sánz.
Zafra en cambio aceptó y negó a su hijo. Quiso involucrar a su marido e incurrió en numerosas contradicciones que, a final, la complicaron como única sospechosa. Ahora, su defensa puede apelar.

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