Domingo, 10 de Abril, 2016
Una vez más vemos como la Iglesia a través del nuevo Papa, Jorge Bergoglio, advierte del daño del cual son víctimas loe hijos en los procesos de divorcio cuando uno de sus progenitores, el padre o la madre, hablan mal del otro progenitor al menor. Se llama alienación parental, y el hecho de que el feminismo resople pestes sobre el reconocimiento legal del Síndrome que recoge la manipulación de los menores por parte del padre o la madre en los procesos de divorcio, no tiene mayor explicación que la de que en la mayor parte de casos es la madre quien predispone a los menores para conseguir que éstos expresen que por su propia voluntad rechazan al otro progenitor, que suele ser el padre en la mayor parte de casos.
Por otro lado hay que lamentar que la Iglesia de nuevo no se involucre en el daño del son víctimas miles de niños desde el comienzo del divorcio. Pues de forma automática los niños pasan a ser declarados huérfanos de padre vivo, destierran a sus padres al lugar de un visitante más en sus vidas, y un padre de visitas no puede nunca aspirar a desempeñar el papel en la vida de sus hijos que corresponde por obligación a un padre de verdad.
La Iglesia ha citado algo así como que son el "hogar paterno" para esos divorciados y divorciadas que se encuentran perdidos, pero no hablan de exigir la protección sobre los niños, los menores, que son quienes más desamparados se encuentran en un mundo de adultos. No pueden pasar por alto que es un injusticia y grave maltrato infantil desamparar a los menores de su figura paterna, quienes critican que la ideología de género busca la destrucción de la familia. Aunque el padre y la madre decidan separarse y no seguir unidos, los hijos no tienen que ver como su familia se familia se destruye, ellos siguen teniendo una madre y un padre.
Fuente:
http://www.diaadia.com.ar/mundo/francisco-advirtio-sobre-las-consecuencias-de-las-peleas-de-padres-separados-en-sus-hijos
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