Pilar Fernández-Peña, presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas, en la Plazuela San Miguel. DANIEL MORA
A Pilar Fernández-Peña le pone los pelos de punta que se dude de la palabra de una mujer maltratada, y que una de las partes use a los hijos como arma arrojadiza en una separación. La presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas de Asturias celebra este año las Bodas de Plata de la entidad, que nació cinco años más tarde que la Ley del Divorcio en España. “Creen que nos queremos quedar con todo, y yo me quedé a dos velas y con cuatro hijos”, responde la mujer, que hace bandera de una asociación de la que es presidenta desde 1989.
¿Ha cambiado mucho el panorama para la mujer en estos 25 años? Ha nacido la Ley Integral de Violencia de Género, a las mujeres se nos oye y nos dejan hablar. Yo nací en el seno de una familia fabulosa, pero conocí el machismo años más tarde en mi vida personal. Todo lo que se ha hecho ha costado mucho, ha sido lento, y todavía tenemos que aguantar que haya gente que diga que tenemos muchísimo. Somos personas, y a mí eso de que empiecen a hablar de denuncias falsas me pone nerviosa...
¿Se avanza ahora más rápido en materia de igualdad? Sigue costando muchísimo. Al principio se pensó que éramos unas brujas y unas mujeres malísimas, que nos queríamos quedar con todo. Pero llegó un punto en que me importó un bledo porque hay mujeres que no se mueven porque están atemorizadas. Tenemos derecho a decidir qué hacemos con nuestra vida. Muchos hombres quieren tener hijos, pero luego los quieren partir a la mitad, cuando dos personas adultas deciden tener hijos, deben asumir sus obligaciones.
¿Cree en la mediación familiar? Cuando está bien hecha, no es obligatoria, y no se impone, el resultado es fabuloso. Nosotras tenemos un servicio de mediación familiar que funciona muy bien. Cuando las dos personas son sensatas, los hijos no tienen porqué sufrir. Nuestro servicio está formado por abogados y psicólogos, y lo más importante es que un 50 por ciento de los usuarios son hombres. Sólo rechazamos la mediación en el caso de malos tratos. Los hombres y las mujeres debemos saber que lo que teníamos en común se rompió, pero tenemos que respetarnos y querer a nuestros hijos.
¿Piensa que hay gente que les pone ‘chinitas’ en el camino? Sí, hay rachas. En el caso del movimiento eclesiástico... ¿No dicen que hay que amar a Dios y al prójimo? Si a los católicos no les gusta la Ley del Divorcio, que no la apliquen, pero que nos dejen al resto en paz.
¿La asociación ha cambiado? Los principios básicos de ayuda son los mismos, pero nos hemos adaptado.
http://www.lavozdeasturias.es/asturias/gijon/Pensaban-brujas-queriamos_0_434956552.html
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