Día 21/09/2011
Un hombre ha asegurado que su exmujer se apropió sin su conocimiento de 240.954 euros de sus cuentas bancarias aprovechando un viaje a Italia con el objetivo de retomar la relación, y donde la mujer desapareció una mañana tras una supuesta cena romántica «con mucho vino».
Así lo ha asegurado en el juicio en la Sección Primera de la Audiencia de Alicante Gerardo F.G., de 45 años, donde la acusación particular pide 4 años de cárcel tanto para su exmujer, la venezolana Mónica Irene G.O., de 33 años, como para una amiga de ésta y abogada, Yolanda G.M., quien presuntamente hizo de intermediaria en el desvío del dinero.
La fiscal también pedía inicialmente 4 años, pero al final duda sobre si la actuación de las mujeres es constitutiva de delito.
El denunciante, que tiene un hijo de 5 años con su ex, ha relatado que después de estar separados de hecho y de que la mujer y el hijo estuvieran más de un mes en Venezuela, ésta regresó en septiembre de 2008 y le convenció para hacer un viaje a Roma para una reconciliación «por el bien del hijo común».
Según su versión, aceptó y el día 9 de septiembre viajaron a Roma desde Valencia aunque la víspera de su regreso, dos días después, ella le propuso una cena romántica en el transcurso de la cual le dio «a beber mucho vino».
Ha continuado que cuando se levantó a la mañana siguiente «ella y su hijo no estaban», y que se llegó a asustar tras buscarles sin éxito por los alrededores del hotel durante dos horas.
Entonces, acudió a una comisaría de la policía italiana para denunciar la desaparición y al regresar al hotel le dieron a entender que ella le podría haber abandonado.
Pese a que le había dado a su entonces esposa 4.000 euros para organizar el viaje que ella le había propuesto, una vez en el aeropuerto la compañía Alitalia le explicó que los billetes de avión habían sido sacados sin regreso.
Una vez en Alicante, también descubrió que habían desaparecido los 240.954 euros que tenía en varias cuentas y que sólo le quedaba un saldo de 69 céntimos.
Este hombre ha dicho que durante el viaje no pudo ser localizado por el banco por estar incomunicado debido a que ella le había dicho que había perdido el móvil justo antes de ir al aeropuerto.
Además, ha expuesto a la sala que después de la desaparición estuvo 9 meses sin noticias de la mujer y su hijo hasta que, por un detective privado, descubrió que vivían muy cerca, en Elche.
Esta versión se contrapone a la de la acusada, que ha reconocido que hizo los traspasos de dinero aunque lo ha justificado en unas gestiones consentidas por su entonces marido para abrir un negocio de venta de bisutería en el centro de Alicante.
Además, ha aducido que otro de los motivos era que quería «resguardar el patrimonio familiar» por al «despilfarro» del hombre por su supuesta adicción a la cocaína y al juego, lo que él ha negado.
Sobre el abandono en el hotel de Roma, la mujer ha asegurado que le despertó para despedirse aunque sin especificar dónde iba con el niño, y ha añadido que dejó encargado a la dirección del establecimiento que le comunicaran su marcha a España, una vez que él preguntara por ella.
La pareja se había casado en abril de 2004 en separación de bienes y que justo cuatro años después (meses antes de los hechos) cambiaron a gananciales, según la mujer a iniciativa del esposo y como regalo sorpresa de aniversario.
Poco antes, en enero del mismo 2008 el marido había vendido unas acciones de una sociedad familiar por 575.000 euros, parte de cuyo dinero invirtió en abrir un restaurante en Alicante.
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