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viernes, 21 de junio de 2013

Desvaríos y diarrea verborreica contra la Custodia Compartida

Viernes, 21 de Junio, 2013
El pasado 8 de Junio tuvo lugar en el Centro Cívico de la Diputación de Málaga las “XI Jornadas contra la Violencia de Género”, presididas por la Plataforma Violencia Cero, y con la colaboración de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.
Así, a priori, unas jornadas en las que se pueda debatir sobre la lacra que supone la violencia doméstica debería ser algo positivo. … Y digo “debería ser”, porque bastó con leer el título de las jornadas para dejar claro que los tiros no iban a ir por ahí:  ”Custodia Compartida: Otra forma de Violencia de Género”.
… Sí amigos. No basta con que la actual ley de violencia de género criminalice y exponga a una absoluta indefensión jurídica a la mitad de la población española. También ha de criminalizarse cualquier propuesta que roce la hasta ahora intocable doctrina del hembrismo español.
Pues bien: Más allá de los dogmas que pudieron escucharse de aquellas personas cuyo concepto de igualdad pasa inexorablemente por construirla contra los hombres, y obviando lo irónico que resulta la celebración de una conferencia sobre Igualdad dentro de una de las 41 diputaciones que existen en España y cuyo inútilísimo gasto mina precisamente el reforzar aquellos servicios públicos que sí garantizarían realmente la igualdad y la cohesión social, me gustaría analizar, punto por punto, los ataques de uno de los ponentes a estas jornadas contrarias a la Custodia Compartida.
Agrios párrafos de la “Revista Jurídica de Igualdad de Género” (número 10), citada en la
 ponencia de la Asociación de Mujeres Juristas:
  • “Existe el doble de posibilidades de que un maltratador o abusador sexual solicite la custodia compartida que un padre no violento”. No, amigos. No es una frase de Ignatius Reilly en sus peores momentos.
    Estas palabras, tal y como nos aclara la propia revista, proceden de la American Psychological Association y su Informe sobre la violencia y la familia, redactadas en Washington durante 1996.
    Un informe que fue duramente criticado por su falta de rigor científico, y eliminado de la página web de la Asociación (actualmente ni siquiera aparece en la hemeroteca de la propia APA). Dicho estudio consistía en recopilar como pruebas empíricas afirmaciones de expertos supuestamente ungidos en el tema por su propia experiencia profesional.
    Afirmaciones, cómo no, huecas de contenido y sin posibilidad de ser sometidas a escrutinio científico (cosa a la que, lamentablemente, estamos muy acostumbrados en España.)

    Pero veamos qué es lo que dice la propia American Psychological Association sobre la violencia y la familia, años después de esa publicación, en su informe “The Changing Role of the Modern Day Father“:
    –”La investigación psicológica en las familias de todos los orígenes étnicos sugiere que el afecto de los padres y una mayor participación de la familia ayudan a promover el desarrollo social y emocional de los niños. (…) Investigaciones sobre el papel de los padres sugiere que la influencia del amor paterno en el desarrollo del niño es tan grande como la influencia del amor de una madre. La implicación del padre ayuda a los niños a desarrollar un sentido propio de lugar en el mundo, lo que favorece su desarrollo cognitivo, social y emocional. Por otra parte, los niños que reciben más amor de sus padres tienen menos probabilidades de luchar con los problemas de comportamiento o de abuso de sustancias.”
    (…) “La investigación sobre el impacto de los padres ausentes y no residenciales en las vidas de los niños ilumina lo importante que es su papel. “

    Dicho ésto, decir que un padre pederasta tiene más interés en una custodia compartida que un buen padre, porque al pederasta ha de sumarse, amén del interés biológico como padre, el interés sexual hacia el hijo, y que semejante afirmación se torne argumento contra la custodia compartida es algo que resulta, cuanto menos, obsceno ante la lógica.
  • “La custodia compartida impuesta es un arma igualmente para mantener el control sobre la mujer tras el divorcio. Para conseguir reducir la pensión de alimentos. Para conseguir vender el domicilio familiar. La mujer cederá en todo con tal de proteger a sus hijos e hijas, lo que agravará su empobrecimiento económico” Esta afirmación me evoca un fragmento del estudio que presentó el Observatorio para la Igualdad de la UAB a razón de la custodia compartida. Estudio dirigido por la Dra. Judith Solé Resina y Dra. Maria Ysàs Solanes, y cuya lectura recomiendo:
    “Es necesario prescindir definitivamente de los estereotipos del pasado, hay que invertir la tendencia también porque el cambio en el después puede incidir en el antes y aumentar así el efecto de la lucha contra la discriminación de la mujer en su condición de madre.
    Resulta imprescindible dejar de reproducir el modelo familiar teóricamente superado, precisamente por discriminatorio contra la mujer, llevando hasta sus últimas consecuencias el nuevo modelo de la “corresponsabilidad” de los padres respecto a sus hijos. Y es que los hijos son responsabilidad del padre y de la madre, antes y después de la crisis de convivencia, por lo que después de la misma ambos deben procurarse las condiciones óptimas para cumplir con los deberes inherentes a la potestad, como debieron hacer ya antes.” 
    La ruptura afectiva de la pareja no debería afectar a la salud y desarrollo emocional del niño. Y que ésta no dependa del vínculo de la pareja es lo que intenta proteger la Ley de Custodia Compartida.
    Interpretar como norma general que una distribución igualitaria de la custodia es un arma de chantaje, no sólo concede una visión anacrónica del modelo de familia, sino que da por inexistente cualquier posible sentimiento afectivo del padre hacia el hijo que le haga desear dicha custodia más allá de aquellas presuntas intencionalidades ocultas que, interesadamente o no, se le adscriben.
    Decir igualmente que, por norma general, un padre no tiene mayor interés en la custodia de su hijo que la de usar ésta como arma de control sobre la madre, es tan ridículo como afirmar que una madre, por norma general, no tiene mayor interés en una independencia económica respecto de su pareja que la de presionarle dentro del entorno familiar. Todo muy precuela de “Cuéntame”, ¿verdad?
  • “La custodia compartida impuesta puede suponer un maltrato institucional para los y las menores que se vean obligados a vivir en un ambiente conflictivo” Se da por hecho que los criterios de atribución de la  Ley de Custodia Compartida que se debatirán tras su presentación (esperada, por cierto, para este verano, tal y como se comprometió el Ministro de Justicia en respuesta a una pregunta formulada por UPyD en enero) incluirán obvios presupuestos legales, tales como la petición de uno de los padres, ausencia de indicios de violencia doméstica y de género, informes favorables del Ministerio Fiscal y del Equipo Técnico, y otros criterios o circunstancias fácticas que salvaguarden el interés del menor.
    A propósito de estos presumibles criterios de atribución, y sobre la línea jurisprudencial iniciada con la Sentencia del Tribunal Supremo de 8 de Octubre de 2009, recomiendo la lectura de InDret (Revista para el análisis del derecho) y el número de Cristina Guilarte Martín-Calero sobre este asunto.
  • “Consecuencias en la salud de los y las menores de la custodia compartida obligada: Problemas de socialización, síntomas depresivos, miedos, alteraciones del sueño, síntomas agresivos, problemas de integración, estrés postraumático, En algunos casos los y las menores pueden llegar hasta la MUERTE” Visto que no hacen referencia a estudio alguno, y que seguramente aquél en el que esté basado tenga las mismas deficiencias metodológicas que los citados anteriormente, voy a limitarme a mencionar uno de los estudios más amplios realizados hasta la fecha en este aspecto, publicado en la revista ‘Journal of Divorce & Remarriage’ por la Universidad de Utrecht (Países Bajos).
    Dicho ensayo se llevó a cabo con una muestra de 3.561 jóvenes de entre 10 y 16 años que asistían a 57 colegios diferentes de 51 ciudades distintas de los Países Bajos. En él, se examinaron cinco tipos de familia: las intactas, las de madres sin o con poco contacto con el padre (al menos una vez al mes), familias de madres con contacto regular con la ex pareja, las situaciones de custodia compartida y las familias de solo el padre.
    Los investigadores evaluaron el bienestar de todos los niños participantes y de sus progenitores, así como el miedo, la ansiedad, los sentimientos depresivos y la agresividad en todos ellos.
    Pues bien: los datos constatan que, “obviamente, el bienestar general es mayor en los hijos y en los adultos de familias intactas, pero los resultados también evidencian que los miembros de las familias con custodia compartida alcanzan asimismo altos grados de bienestar, lo mismo que las famillas cuyas madres mantienen un contacto regular con los padres”.
    Y sigue: “(…) aunque varios estudios han demostrado que el bienestar de los niños de los padres y madres es más alto en familias intactas, si el divorcio parece inevitable, el objetivo debe ser el de mayor continuidad de la crianza conjunta de los progenitores, siempre que sea posible y factible”.
    Es decir: Que si bien no existe consenso general en la literatura científica sobre los efectos de la custodia compartida después del divorcio, afirmar que la Custodia Compartida es causa y efecto de  tan abruptas enfermedades e “incluso la muerte” resulta, cuanto menos, disparatado.
    Absurdas y disparatadas afirmaciones para unas absurdas y disparatadas jornadas.
    Pero en fin, como dijo Upton Sinclair, resulta difícil hacer que alguien entienda algo, cuando su salario depende de no entenderlo”.
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Sobre todo lo demás… las Diputaciones deben ser destruídas.
Un saludo.
@Alvisepf
http://alvisepf.wordpress.com/2013/06/20/desvarios-y-diarrea-verborreica-contra-la-custodia-compartida/

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