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domingo, 16 de junio de 2013

Hijos de padres confinados: olvidados en la historia

Domingo, 16 de Junio, 2013
La separación de los hijos por parte de uno de los padres por confinamiento en las prisiones puede causar más daño emocional que otros tipos de separaciones.
La literatura del apego también indica que es bien importante ser honesto con el niño y no esconder ninguna información.
Por Dra. Nancy López
Existe un área que considero bien importante y que, por error involuntario, olvidamos: los hijos de padres confinados; llamados en la década de 1990 como los "huérfanos de la justicia". En términos de género, en este artículo se incluye tanto el femenino como el masculino.   
La Comisión de Derechos Civiles del Estado Libre Asociado de Puerto Rico realizó una investigación en el 2009 para estudiar el Sistema Correccional de Puerto Rico y recomendar un plan de intervención en dicho sistema. A base de entrevistas realizadas a la población correccional, se destila que 53.4 % son hombres y 41.2 % mujeres. El 46.6 % informó haber tenido unión familiar, ya sea como casado, viudo, divorciado o separado. Además, un 40.3 % de la población poseía jefatura familiar al momento de entrar a la cárcel y tenía 1 o más hijos (hijos o hijas). En Estados Unidos, de acuerdo con la Organización del Bienestar del Niño de América, se estima que más de dos millones de niños tienen un padre o madre que ha ingresado en la cárcel del estado y prisiones federales. 
Estos datos son relevantes para que, además de trabajar con un proceso de rehabilitación y en pro de los derechos de los confinados, el gobierno de Puerto Rico investigue la cantidad de hijos que quedan sin un padre o madre o ambos cuando estos son internados en la cárcel, además de los que cumplen pena en el Sistema Correccional.

Efectos en los hijos
Joseph Murray y David P. Farrington, investigadores del Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, destacan que la separación de los hijos por parte de uno de los padres por confinamiento en las prisiones puede causar más daño emocional que otros tipos de separaciones. Esto se justifica por el estigma que cargan en sus espaldas por ser hijo de un confinado, el rechazo que reciben de la sociedad, la persecución de la justicia hacia los niños por el historial de uno o ambos padres, los problemas financieros que esta separación conlleva en la familia, el efecto de crisis de la relación marital y otros. A esto se añade el valor que se le otorga a la madre como figura central o focal en la supervisión de sus hijos. 

Manifestaciones de la conducta
Existen varias manifestaciones de la conducta en los hijos de padres confinados validadas por investigadores como Julie Poehlmann, del Waisman Center de la Universidad de Wisconsin, en Madison; Joseph Murray y David P. Farrington, Shay Bichik, Juris Doctor de la Universidad de Georgetown y otros. Se mencionan las siguientes:
* Hiperactividad
* Síntomas depresivos
* Agresividad
* Regresión
* Aislamiento
* Calificaciones bajas en la escuela
* Algunos escapan de los hogares
* Problemas de sueño
* Problemas alimentarios
* Dificultad de concentración
Otros datos importantes es que los estudios realizados con la Teoría del Apego de John Bowlby establecen que, independientemente de la etapa del niño, esa conexión con los padres especialmente de la madre, se afecta una vez se esta se encarcela, resultando en un evento traumático para el niño. Una vez se ubica al niño de una madre confinada en ambiente en donde exista una buena relación entre el niño y adulto existe una probabilidad que se disminuya los efectos negativos que puede ocasionar dicha pérdida. Se menciona, también, que existe un gran cúmulo de investigaciones en las cuales se resalta la depresión como una de las condiciones que se observan en los padres (abuelos) de los confinados, por el dolor que se siente en tener a uno de sus hijos en la cárcel. Esto, a su vez, afecta directamente a los hijos pues por lo general son los abuelos que se encargan del cuido de estos niños. La literatura del apego también indica que es bien importante ser honesto con el niño y no esconder ninguna información. Es decir, que se debe establecer una comunicación honesta entre el adulto y el niño en el cual se dialogue por la situación difícil que está ocurriendo en la familia para que el sentido de confianza no se afecte. Poehlmann enfatiza, además, que cuando se esconde la información al niño, se distorsiona o se le informan detalles que puedan atemorizarlo, las consecuencias destilan a problemas emocionales o de conducta. Hay que aclarar que, de acuerdo con las investigaciones relacionadas con madres confinadas, se desconoce qué se le informa al niño relacionado con el confinamiento de sus madres. Cuando se encarcela a una madre, por ejemplo, los abuelos asumen la responsabilidad, enfrentando dificultades finacieras, físicas (salud) y emocionales. Los abuelos resienten la situación con coraje, culpabilidad, desesperación e impotencia, aspectos que se reflejan en la crianza de los nietos.

Posibles alternativas  
Se presentan algunas alternativas para trabajar con el hijo o hijos de confinados apoyada por las investigaciones. Estas son:
* Desarrollar un programa de mentoría en el cual se trabaje con los familiares y con el niño o los niños. Es importante estudiar programas ya establecidos y los resultados del mismo.
* Desarrollar un comité multidisciplinario en las escuelas que incluya: trabajador social, consejeros, psicólogos y maestros para trabajar con los estudiantes y familiares, y llevar a cabo un plan de acción. 
* Proveer en las escuelas actividades curriculares que fortalezcan y le ofrezcan seguridad al estudiante. Se deben trabajar grupos de apoyo de parte de los estudiantes para evitar la burla y el discrimen que se comete con estos niños.
* Incluir las bellas artes, que incluyen: artes visuales, danza, música y teatro, como método terapéutico para trabajar con aspectos emocionales o de conducta en el niño.
* Insertar en las escuelas un programa terapéutico con perros. Recuerden lo que indiqué en el artículo pasado de acuerdo con las investigaciones; los perros ayudan a relajar los niños, a aumentar la autoestima, las destrezas del lenguaje y a capacidad de socializar.

Para el viernes, 28 de junio dialogaremos sobre el niño con problemas de atención e hiperactividad.  Recuerden que me pueden escribir a nlopez_speduc@yahoo.

La autora es catedrática del Recinto Universitario de la Universidad de Puerto Rico.
http://www.elnuevodia.com/hijosdepadresconfinadosolvidadosenlahistoria-1530739.html

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