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domingo, 16 de junio de 2013

Padres divorciados y fines de semana con dos familias diferentes… ¿Cómo afecta a los niños?

Domingo, 16 de Junio, 2013
Por Lic. Rosalba Gautreaux Betancourt el 11/04/2011
Cada día se observa más esta situación producto del incremento de la separación de las parejas, y esto trae consigo la necesidad de convertirnos en padres más creativos en manera de relacionarnos con nuestros hijos.
Cuando tenemos el contrato de divorcio en nuestras manos y observamos esa parte que dice que el menor pasará dos fines de semana con el padre que no tiene la guarda, y los dos fines de semana restantes, más los días de semana con aquel que queda con la guarda permanente, es que entendemos el impacto que esto tendrá en la vida de nuestros hijos e hijas que tienen que iniciar un trayecto de aprender a compartir su tiempo, su afecto y a abrirse a la posibilidad de tener, no solo dos familias, sino hasta cuatro, posiblemente.
Es el tiempo de recoger nuestros rencores y nuestros temores, y guardarlos, para actuar a favor de nuestros hijos y decidir si será un proceso de ganancia o de pérdida.
En mi experiencia particular trabajando con familias me he dado cuenta que no tiene que ser un proceso traumático, siempre que los padres entiendan que aunque su relación terminó físicamente, serán una familia a pesar de eso, y que como tal, deben luchar para mantener una estabilidad aunque no exista una comunicación activa; es importante que entendamos lo necesario que es mantener una mínima comunicación.
Las condiciones para que la guarda compartida funcione podrían convertirse en arriesgadas para los menores de dos años, ya que en estas edades el niño necesita seguridad física de la persona con la que comparte habitualmente y puede llegar a angustiarse en exceso, mientras que un niño o niña a partir de los cuatro años tiene mayor aguante frente a la ausencia de uno de sus padres, por lo que se puede entrenar para que aprenda a lidiar con esta situación poco a poco; es necesario permitir que se comunique con el padre que queda fuera del fin de semana para que se sienta más seguro.
Cuando estamos en el proceso de aprender a compartir estos fines de semana lo primero que debemos hacer es intentar manejar el odio y los reproches que acompañan el periodo del divorcio. La custodia compartida implica que cada uno confíe en las capacidades educativas del otro y así el niño se verá menos envuelto en conflictos sin necesidad.
Lo más difícil para los niños son las transiciones cuando van de una casa a otra porque implican cambios materiales, afectivos y relacionales. Es recomendable que el niño deje en la otra casa una parte de sus cosas al inicio, para que no se sienta un invitado; con el tiempo este ejercicio puede cambiar poco a poco, ya que podemos enseñarlo a que disfrute de los artículos nuevos que puede llegar a tener en su otro hogar.
Debemos respetar los horarios, el ritmo de vida y los compromisos que nuestra ex-pareja haya hecho con el niño y, sobre todo, evitar ocasionar un estrés innecesario haciendo cambios repentinos en los acuerdos ya establecidos según nuestra conveniencia. Tengamos pendiente que la regularidad aporta seguridad.
En ocasiones los niños podrían llegar a llorar cuando se separan de sus padres, aunque sea un trago amargo debemos entender que es un proceso que a todos nos cuesta, e intentar dar seguridad al niño para que entienda que habrá otros momentos en los cuales lo volveremos a ver, debemos volver a tragar en seco y entender que esto es parte de la decisión de estar separados y pensar que es un momento que pasará, al igual que los demás.
A muchas parejas les resulta efectivo turnarse en la búsqueda de los niños al colegio, porque esto garantiza que el niño seguirá en contacto con el otro progenitor y lo hará como parte de su rutina habitual.
Siempre que el objetivo de los padres sea beneficiar a los hijos, podrán ponerse de acuerdo en desarrollar un plan que incluya ciertas reglas que sean comunes en ambas casas, para que se mantenga una coherencia en la educación del niño.
Si las diferencias entre la pareja son aparentemente irreconciliables y no se puede establecer una comunicación aunque sea mínima, es bueno saber que existen los tribunales de familias, tribunales de menores y adolescentes, y sobre todo ayuda psicológica y psicoterapéutica que favorecen el acompañamiento de los padres que aun continúan defendiendo algo que con el mismo divorcio se perdió.
Busquen ayuda si así la necesitan.

Artículo recomendado:

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