El malestar de los magistrados del Tribunal Supremo con las reformas planteadas por
Alberto Ruiz-Gallardón en materia de justicia ha provocado algo insólito. Han decidido celebrar este miércoles una reunión, en la que están
convocados todos los miembros del Alto Tribunal, para exponer su malestar y buscar alguna solución.
Trece magistrados han sido los impulsores de esta convocatoria en vista del
ataque a la independencia judicial y la falta de respeto que se está viviendo a la Justicia, señalan fuentes del órgano judicial.
La
intención del ministro de Justicia de incorporar en la reforma de la
Ley Orgánica del Poder Judicial la figura de un vicepresidente del
Supremo y órgano de los jueces que escogería el presidente ha sido la
gota que ha colmado el vaso. Aunque en su tramitación en el Senado, el
titular de la cartera de Justicia ha decidido modificar esta figura,
algunos de los convocantes siguen pesando que el ministro
busca incorporar una figura política como injerencia al Tribunal Supremo.
Esta
reunión se fraguó, sin embargo, después de que Ruiz-Gallardón anunciara
que retiraba esta figura. Sin embargo, consideran que se está atacando
al tribunal y ni su presidente,
Gonzalo Moliner, ni la Sala de Gobierno está actuando con la suficiente diligencia para evitar estas invasiones.
“Un comisario político”
En la
reforma inicial, el
vicepresidente del CGPJ iba a ser elegido automáticamente vicepresidente del Supremo,
iba a presidir las salas de conflictos de jurisdicción y de
competencias y, por delegación del presidente, podría presidir la Sala
del artículo 61, encargada de la ilegalización de partidos
políticos, tener funciones inspectoras en el Alto Tribunal y asumir la
dirección del Gabinete Técnico. Esta figura fue calificada por los
miembros del tribunal como un intento de instalar un “
comisario político”.
La
convocatoria debe ser ratificada hoy porque algunos magistrados se han
mostrado contrarios a reunirse para criticar abiertamente la reforma y
están
intentado que no se celebre. Los convocantes buscan hacer pública la reflexión que se concluya del acto para que la sociedad conozca que
se está invadiendo la independencia de los jueces, según mantienen fuentes del tribunal.
Algunos
magistrados observan estupefactos la intención de la reforma de llevar
una concentración política al Tribunal Supremo, a lo que el presidente y
la Sala de Gobierno “no están reaccionando en un momento tan delicado
como este”, explica uno de los convocantes.
Ruiz-
Gallardón reculó en su propuesta, pero no del todo.
La figura del vicepresidente del TS se va a crear -hasta ahora no
existía-, pero no va a ser también del CGPJ y deberá ser un magistrado
del Tribunal Supremo, tendrá que estar en servicio activo y reunir los
requisitos para ser presidente de Sala del tribunal, aunque no lo sea.
Fuentes
cercanas al conflicto señalan que la directriz de modificar la figura
del vicepresidente ha podido venir de órdenes por encima del ministro de
Justicia, quien
ha conseguido enfrentarse con gran parte de la carrera judicial entre las reformas y los recortes.
El
asunto del nuevo vicepresidente ha sido lo que ha provocado que salten
las alarmas, pero no es el único punto que ha provocado tensión entre
los componentes del tribunal. La Sala de Gobierno se ha mostrado
contraria a otra enmienda aprobada por el Congreso que prevé que exista
una sala especial en la jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo del Supremo para revisar las decisiones del CGPJ, lo que a su entender es contrario al principio constitucional de que cualquier juez debe ser el predeterminado por la ley.
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