Miércoles, 25 de Noviembre, 2015
Desde el área de la psicología Álvaro Manuel Barea Osuna analiza las formas en que se puede ayudar a los menores a enfrentar la ruptura de sus padres. Las edades para ello cuentan y bastante, pero a pesar de la edad la ruptura de sus padres es un trago amargo hasta incluso para adultos.
Pero hay edades en las que por mucho que se quiera no se puede explicar nada, pues el menor no atiende a razonamientos y solo siente por que muestran sus sentimientos, el uso del razonamiento a través de la compresión oral o escrita todavía no es accesible en su mente. Por otro lado de nada sirven sentencias o artículos para paliar el sufrimiento de unos menores que ven como de la noche a la mañana su papá (por regla general) pasa de a ser un visitante con quien se relacionaran fines de semanas alternos, y aprenden que tras un domingo no volverán a gozar de su presencia hasta dentro de dos semanas.
Los más pequeños experimentan la sensación del abandono por parte de su padre, y se aferran muchos de ellos con sus bracitos al cuello del papá con la finalidad de no apartarse de su lado. No es que no quieran ver a su madre, sino que no desean separarse de su mejor juguete, pues además aprenden por la vía de los hechos que pasará mucho tiempo hasta que llegue ese viernes en donde vuelvan a estar de nuevo con su padre.
Fuente:
http://www.isep.es/actualidad-psicologia-clinica/intervencion-proceso-divorcio-hijos/
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