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jueves, 25 de octubre de 2018

El juzgado ejerce violencia contra la figura paterna y los hijos cuando convierte al padre en un visitante para los menores

Jueves, 25 de Octubre, 2018

Desde luego el artículo presenta bastantes partes ineludibles de citar, pero en su comienzo sí vamos a señalar que lo que dice su autor sobre que un divorcio supone un fracaso, no siempre es verdad. Hay muchas personas que antes de casarse ya tienen más que asimilada la idea de que dicha unión va a ser temporal, pero no como algo de lo que existe bastante probabilidad que sucede, sino como un hecho premeditado que atiende a sus intereses.

Podemos colocar como ejemplo aquella persona que se compra en un momento determinado de su vida un vehículo que atiende a las necesidades del presente siendo consciente que un futuro sus necesidades dispondrán la conveniencia de un vehículo más amplio. Pues bien, esto sucede de igual forma en las parejas que pasan por el juzgado, o por la iglesia (aunque esta última opción se baraja con cautela por quien tiene más que anticipado conforme a su interés personal el divorcio de antemano. Y más aún si se conoce que con un divorcio su status social va a sentirse más que mejorado. No olvidemos que como norma los hombres son expulsados de su vivienda pero han de seguir costeando sus gastos, y son apartados de sus hijos y con dicha excusa obligados al pago de una manutención económica, a la madre, de la cual ésta no debe rendir la mínima cuenta de su empleo a nadie.


  • Y yo lo voy a decir todo lo claro que pueda: la custodia compartida es lo óptimo, pero no todo el mundo puede tener custodia compartida. Punto. No todas las parejas están preparadas para apostar por la coparentalidad de sus hijos tras el divorcio. Dejemos aparte el buenismo y el wishful thinking y agarrémonos a la frialdad de la realidad. La custodia compartida es una figura legal que requiere de personalidades civilizadas para poder llevarse a cabo, para poder hacerse real más allá del papel timbrado del juzgado. El juez puede decir misa -el juzgado huele a orfidal-, pero sin padres que quieran y puedan llevarla a cabo, sin padres comprometidos con una idea, siempre será un fracaso
  • pedimos demasiado porque la probabilidad de que este tipo de personalidades -responsables, templadas, tendentes al acuerdo y a la negociación y que antepongan el amor a sus hijos a cualquier otro aspecto- se den en la tensión de un contexto de divorcio, no es alta
  • Por ello, y como máxima, si uno de los dos no quiere o no puede compartir custodia, yo abogo plenamente por la custodia exclusiva…pero para el otro. Si una de las partes no es civilizada, no puede, además, salir ganando.
  • Lo que desde luego no podemos es soportar las trampas de determinados colectivos, que rechazan la “custodia compartida impuesta”, cuando en realidad lo quieren decir es que solo quieren custodia compartida en los casos en los que a la madre de la criatura le apetezca, como si los hijos fueran algo de su propiedad y dependiera de ella decidir esto. Y no es así. Negar la custodia compartida sin motivo es atentar contra los niños
  • desposeer a un padre de la custodia por el mero hecho de ser hombre no es la manera de proteger el interés del menor sino de castigar al menor y al padre en función de una discriminación sexual flagrante
  • No se puede relegar a un padre a un papel residual, como dando por hecho que hay roles principales y secundarios o que la educación y la crianza de los hijos son algo que recae fundamentalmente en las madres.
  • Es el momento de poner fin a esta violencia ejercida cada día en los juzgados contra los hombres y contra los más débiles: los menores. Esta forma de violencia -separar a un padre o una madre de sus hijos y separar a los hijos de su padre o madre- es la más tortura más cruel que se me puede ocurrir


Fuente:
MAGNÍFICO MARGARITO
Custodia compartida: clave para el cuidado de los hijos tras la ruptura
https://elpais.com/elpais/2018/10/16/mamas_papas/1539684302_396624.html

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