Lunes, 30 de Mayo, 2011
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¿Qué factores pueden explicar la emergencia del 15-M? En mi opinión existen dos factores: la crisis de gobernanza de las instituciones sociales y la crisis económica actual que acentúan los problemas de legitimidad institucional. La crisis de gobernanza, de naturaleza cultural, afecta a instituciones consideradas, hasta hace poco, columnas vertebrales de estructuración social. Crisis como la que afecta a la institución de la Iglesia con sus escándalos y la desafección feligresa que se traduce en un acusado descenso de los matrimonios religiosos que compromete su reproducción. Crisis de la institución educativa como instrumento socializador instrumental y de normas sociales, que observa cómo crece el fracaso y el abandono escolar prematuro. Paralelamente, los alumnos bien formados encuentran dificultades para la inserción laboral. Transformaciones en la célula social de la familia, con el auge de las familias monoparentales y la crisis de legitimidad del papel tradicional del varón que obliga a reconstituir la familia sobre nuevos valores. Crisis de los medios de comunicación tradicionales desbordados por las nuevas formas de comunicación operados a través de internet y el fenómeno wikileads. Crisis del pacto social basado en que las personas que se esfuerzan y trabajan tendrán la recompensa de una posición social respetable. La crisis de la institución del trabajo, que afecta especialmente a los jóvenes, con una precariedad y temporalidad persistente y un desempleo estructural alejado del objetivo del pleno empleo. Puede ocurrir, como plantea el Fondo Monetario Internacional (FMI), que nos encontremos con una generación perdida, es decir jóvenes que, o bien no encuentran un trabajo, o bien es muy precario, por lo que sus posibilidades de prosperar son escasas. Estas incertidumbres retrasan la emancipación, la edad al matrimonio y la posibilidad de desarrollar una biografía vital respetable. Crisis del pacto intergeneracional de un reparto equitativo de los recursos públicos, porque los jóvenes están excluidos de la agenda política al no haber sido capaces, hasta ahora, de configurar un grupo homogéneo políticamente capaz de introducir sus demandas en la agenda como ha sido el caso del grupo de mayores. No podemos olvidar que los jóvenes representan el grupo del futuro y que sin su aportación a la sociedad los beneficios sociales que disfrutan los mayores no existirían. Crisis de las instituciones financieras, cuya operativa teórica basada en el cálculo y la racionalidad termina siendo irracional y tiene que ser salvada por los Estados mientras las deudas e hipotecas de los ciudadanos corrientes no los salva nadie. Instituciones y que no hace poco clamaban contra la intervención del Estado en la vida económica y ahora demandan el apoyo de lo público. La crisis de los políticos, con los casos de corrupción, despilfarro y ostentación conspicua de sus protagonistas avalada por los dirigentes de sus mismos partidos que en lugar de ser cirujanos, son bomberos de este cáncer. El partidismo de las elites políticas que no son capaces de grandes acuerdos políticos que beneficien a la sociedad en su conjunto, como lo fueron los Pactos de la Moncloa en su momento. Todos estos son factores contribuyen a una crisis de legitimidad institucional, ya sean políticas, económicas o sociales, generan desafección ciudadana y especialmente en los jóvenes que nacieron en la democracia y se caracterizaron por cierto apoliticismo. No olvidemos que las instituciones sólo son viables si cuentan con legitimidad social. Igual que los coches necesitan combustible para funcionar las instituciones necesitan legitimidad para sobrevivir.
Los jóvenes actuales se han dado cuenta de que sus problemas no están incluidos en la agenda política. De ahí el rechazo juvenil a muchas instituciones y especialmente a los partidos y la política, porque consideran que no representan sus intereses y sus necesidades. Otra cuestión es ¿cuánto tiempo durará este movimiento de protesta? Hasta ahora se ha apoyado en las nuevas tecnologías de la comunicación para generar la masa crítica de apoyo a las demandas. Como todo fenómeno social es difícil de predecir su recorrido, pero el factor liderazgo posiblemente sea determinante. En la medida en que sean capaces de articular una agenda con demandas, tengan la capacidad de movilización y apoyo ciudadano y un liderazgo, que no tiene porque ser unipersonal, con capacidad para generar ilusiones tendrán posibilidades de que sus demandas sean incluidas en la agenda política. El problema de estos movimientos, como formas de organización postmodernas, es el rechazo a los liderazgos, pero sin ellos el movimiento tiene fecha de caducidad.
http://www.farodevigo.es/opinion/2011/05/30/jovenes-movimiento-15-m-postmodernidad/549382.html
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